Capítulo 12 - Lágrimas

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Pasan las semanas, nos adentramos en diciembre y Raoul y Agoney siguen sin hablarse. Bueno, es Raoul quien sigue sin hablar a Agoney, pues el canario ha intentado por activa y por pasiva acercarse al chico, pero sólo ha recibido respuestas evasivas por parte del catalán.

Los sábados de partido, que a principio de curso se le antojaban pesados y agotadores, son ahora el momento favorito de Agoney, pues sobre la cancha Raoul parece ablandarse dejando los rencores a un lado y tratándole como a uno más del equipo. Le felicita cuando juega bien, celebra sus canastas, sus manos vuelven a rozarle en los abrazos de equipo... Sobre la cancha, Raoul vuelve a ser Raoul.

De hecho, puede -y sólo puede- que esa sea la razón por la que el moreno está jugando mejor que nunca últimamente. Irónico teniendo en cuenta que ahora que han empezado a ganar prácticamente todos los sábados, Raoul tenga menos ganas que nunca de celebrar nada con él.

Es Agoney quien se acerca después del partido a la taquilla en la que se encuentra Raoul cogiendo una toalla para la ducha.

-Raoul, tengo una duda de baloncesto... -afirma el canario jugando su mejor baza- ¿me ayudas?

-Dime -responde el rubio sin siquiera mirarle

-Ahora que estamos escalando puestos en la liga y todo eso, nos veo con más opciones de llegar a uno de los campeonatos, ¿cómo funciona todo eso? -pregunta Agoney, aún sabiendo de sobras cómo se distribuyen los equipos

-¿No te acuerdas? -alza una ceja el rubio mirándole por primera vez en lo que llevan dentro del vestuario

-No -niega con la cabeza el moreno poniendo una mueca apenada

Pero claro que se acuerda, ¿cómo no se va a acordar si Tony se lo ha dicho un millón de veces? Lo único que quiere es ver un poco más al Raoul dulce que habla con una sonrisa de oreja a oreja sobre su pasión antes de que vuelva a transformarse en el chico escurridizo y de pocas palabras al que se está acostumbrando Agoney.

-Pues es súper sencillo, los que queden primeros y segundos en la liga van al nacional -explica el rubio con entusiasmo- esos tenemos que ser nosotros, evidentemente. Y los que quedan terceros y cuartos son seleccionados para el campeonato local. El nacional dura una semana y se celebra en Madrid y el local es un finde aquí en Barcelona

-Aaaah vale -asiente el moreno sintiéndose tremendamente ridículo al fingir de esa manera solo por mendigar unas palabras del contrario

-¿Algo más? -cuestiona el rubio menos a la defensiva que hace un par de minutos

-Sí... ¿cuándo vamos a hablar? -ataca el mayor por sorpresa a Raoul, quien nota su corazón detenerse por momentos tras la pregunta del contrario

-Estamos hablando -se limita a responder el menor despreocupado

-Hablar de lo que hice... quiero que dejes de estar enfadado conmigo -pide el canario

-Ya no estoy enfadado, Agoney -afirma con sinceridad el rubio

-¿Entonces por qué estás así conmigo?

-Porque que ya no esté enfadado no quiere decir que quiera arriesgarme a confiarme y que vuelvas a meterme una hostia de estas tuyas sin querer -explica el catalán

-Dios, lo siento tantísimo... si pudiera volver a ese momento y replantearme las cosas, te juro que no habría hecho el graffiti

Agoney apoya su codo en las taquillas y empieza a juguetear con el mechón que forma un pequeño bucle empapado de sudor que cae por la frente de Raoul. Momento en el que el rubio debe contener la respiración para que no se note que está a punto de caer redondo al suelo de la impresión al sentir de nuevo el tacto del moreno en su cuerpo, aunque sea simplemente una caricia en el pelo.

TIEMPO MUERTO (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora