Capítulo 18 - Vacío

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No entiende nada. Hace semanas que está aguantando el mismo panorama y ya no puede más, por ello se acerca a Raoul sin vacilar ni un segundo antes de que llegue Paco a dar las notas del examen de literatura que hicieron hace un par de días.

-¿Por qué no me hablas? -va directo a la yugular el moreno

-Hola a ti también, y por si no lo ves estoy hablando con Roi, ¿podrías hacer el favor de no interrumpir? Gracias -le responde más dolido que cabreado el rubio, pese a que a Agoney le llega más como lo segundo

-¿Qué coño te pasa? Estás rarísimo -frunce el ceño confuso el canario

-¿Y a ti? ¿Qué coño te pasa a ti? -se devuelve Raoul volviendo a atender a Roi dándole la espalda así al moreno

Agoney tiene pensado replicar cuando el profesor de lengua aparece por la puerta, exámenes en mano, obligándole a sentarse.

-En cuanto os senteis todos, repartiré los exámenes -afirma el hombre- la verdad es que el resultado deja bastante que desear, si tenía alguna esperanza en alguno de vosotros, este examen me las acaba de quitar todas de un plumazo

Agoney casi puede ver desde el fondo de la clase como el corazón de Raoul se detiene en ese momento. Llevarán semanas sin ser lo que eran pero lo conoce lo suficiente como para saber que esa frase por parte de su profesor le ha derrumbado todos sus muros de autodefensa y está más vulnerable que nunca.

-Tranqui, Paquito, que nosotros tampoco tenemos mucha esperanza en ti -salta el moreno sonsacando las carcajadas de prácticamente toda la clase

-Hernández, otra payasada más y te mando al aula de convivencia con un parte y un punto menos en el examen -sentencia el profesor acallando las carcajadas- bueno, el punto menos no que igual me acabas debiendo nota y todo

Y las carcajadas vuelven a inundar la sala haciendo que Agoney se encoja en su sitio algo avergonzado.

-No le hagas ni caso al gilipollas este, Ago -lo intenta consolar Alfred castigando su uña del dedo índice con los dientes

El gesto del catalán sorprende a Agoney, pues además de no haberle visto haciéndolo jamás, no puede evitar que cierto rubio se adueñe de sus pensamientos al verlo. Aunque se obliga a deshacerse de estos para volver a centrarse en su amigo.

-¿Y tú desde cuando te muerdes las uñas? -pregunta escéptico el tinerfeño

-Desde que estoy dejando de fumar

-¿Estás dejando de fumar? ¿En serio? -se sorprende Agoney, pues Alfred siempre ha fumado bastante más que él- ¿y eso?

-Mimi lo está dejando también y quiero apoyarla, así que me he unido a la lucha -suelta una tímida carcajada el de la bandana- ¿quieres sumarte tú también?

-Debería, pero de momento no creo que esté mentalmente preparado -pone una mueca de culpabilidad el mayor

-No pasa nada, gatito, pero intenta no fumar delante de Mimi porfa, a ella le está costando mucho más que a mí -explica Alfred apartando rápidamente la mirada de Agoney para dirigirla al profesor

-Vale, lo tendré en cuenta

Agoney se gira también para recibir el examen de manos de Paco. Un 1'4. Al menos se ha intentado.

-¡Hostia, que Raoul ha suspendido! -oye de una voz procedente de detrás del rubio

-¡Venga ya!

-Imposible

-Claro, desde que se junta con Agoney...

-Todo lo malo se pega

Raoul, por su parte, hunde la cabeza entre sus brazos sobre la mesa. Las exclamaciones por parte de la clase siguen sucediéndose y Agoney solo puede apretar el puño con fuerza de la rabia y la impotencia.

TIEMPO MUERTO (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora