Raoul nota el sudor deslizándose por cada rincón de su cuerpo debido al sobreesfuerzo físico realizado durante toda la primera parte. Pese a lo que pueda parecer desde fuera, todo el agotamiento que siente se concentra en su mente, pues la cabeza le pesa más que cualquier músculo que haya podido llevar al límite en esos veinte minutos de juego. ¿Por qué? ¿Por qué siguen perdiendo si están jugando mejor que nunca? ¿De verdad son tan malos que hasta jugando al cien por cien pierden? En cuestión de segundos, el rubio se obliga a cambiar el chip cuando nota a los cuatro pares de ojos que le observan con expectación tornarse desesperados e inseguros.
-Vale, chicos, independientemente del marcador estamos jugando de puta madre -sentencia Raoul con total convicción- Ricky, los tapones que has hecho son la hostia. Vuestros lanzamientos, Roi y Luis, nunca habían tenido unas estadísticas tan buenas como las de hoy, ¡que al igual os están entrando cuatro de cada cinco tiros! Y tú, Agoney, has hecho más de ocho puntos y ninguna falta
Sus compañeros desfruncen el ceño ante la charla del capitán y se permiten sonreír algo más tranquilos viendo que no estaban equivocados y que el esfuerzo que han hecho de verdad está teniendo unos resultados. Aunque el marcador no quiera demostrarlo.
-Estoy orgullosísimo de vosotros y de cómo estamos jugando hoy -vuelve a la carga el rubio- así que solo os pido que sigáis como hasta ahora, dándolo todo, ¿vale?
Y tras un "sí" gritado a pleno pulmón y en estéreo, los cinco se dan un fortísimo abrazo de grupo y vuelven a salir a la cancha con los ánimos renovados y muchas ganas de seguir jugando.
El resto del juego parece seguir el patrón de la primera parte, pues en cuanto logran reducir la distancia entre las puntuaciones, el equipo contrario vuelve a anotar haciendo que se queden atrás de nuevo. Cuando Tony pide el tiempo muerto a falta de pocos minutos para que termine el partido, la diferencia es de ocho puntos.
Con la respiración al límite de sus posibilidades y aferrándose a las botellas de agua como si la vida les fuera en ello, aunque probablemente así sea, los cinco se dejan caer exhaustos sobre el banquillo y es que cada vez empieza a notarse más la ausencia de suplentes. Teniendo una toalla a cada uno, el entrenador se sitúa frente a ellos.
-¡Va, chicos, no os vengáis abajo que no queda nada! Estáis jugando muy bien, de verdad, pero si queremos ganar creo que tendremos que ir un paso más allá y algo a la desesperada -explica Tony a pesar de que todos, excepto Agoney, saben qué significa eso- aprovechando que Roi y Luis están teniendo unas estadísticas increíbles, creo que nuestra mejor baza es jugarnosla a los triples
-No sé, yo creo que me voy a desmayar -informa Cepeda secándose el sudor de la cabeza con la toalla y prácticamente jadeando
-Ya somos dos -interviene Agoney antes de amorrarse a la botella con desespero
-Si me hicierais caso y dejarais de fumar... -les riñe el entrenador
-Hombre -se mete Raoul con la respiración agitada también- tener suplentes también ayudaría, que yo no fumo y voy a echar los pulmones por la boca en cualquier momento
-Raoul, te juro que estoy intentando fichar a gente -asegura Tony- pero hasta entonces vamos a tener que entregarnos al doscientos por cien
-Lo sé -aisente el rubio
-Volvamos a centrarnos en el partido -pide el hombre con seriedad- Roi y Luis a los triples, Ricky a taponar y coger rebotes, Raoul encárgate sobretodo de los robos y junto a Agoney haced los pases más rápidos y precisos posibles, ¿vale? Si conseguimos que no metan ni una canasta, con tres triples ganamos
-Y si ganamos, mejor imagen damos y más gente querrá unirse al equipo -concluye la frase el catalán
-Efectivamente -le da la razón su entrenador- así que ya sabéis, ¡a por todas!
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TIEMPO MUERTO (Ragoney)
FanfictionAgoney está acostumbrado a saltarse las normas, por ello su vida da un giro al verse obligado a formar parte del equipo del instituto de un deporte con tantas reglas como el baloncesto. ¿Aprenderá a jugar o acabará matando al pequeño capitán del equ...