TIEMPO MUERTO (Ragoney)

Capítulo 35 - Dudas

La piel le arde. No sabe si es por el calor que lleva acompañándoles estas últimas semanas, por la adrenalina de haber superado el último partido antes del nacional o porque aún siente sobre la lengua el cosquilleo del fantasma de la de Agoney. Pero le quema todo el cuerpo y no tiene idea de qué hacer para evitarlo.

¡Qué hasta se ha ido del vestuario sin ducharse! Encima ha quedado, en una casa que no es la suya, para comer y así terminar el trabajo de catalán. Miki lo mata. Aún con sus pensamientos atrapados entre los labios del canario, llama al timbre del que se ha convertido en uno de sus mejores amigos.

El de rizos lo recibe con un amplia sonrisa y el amago de darle un abrazo para felicitarle la victoria, pero en un intento se queda.

-Yo no haría eso, estoy sin duchar -reconoce tremendamente avergonzado el rubio haciendo que el contrario frene en seco sus movimientos

-¿Y te presentas así a mi casa? ¿Cómo eres tan cerdo, colega? -ríe animadamente Miki haciéndole saber que en realidad no le molesta

-Es que... a ver...

-No me digas más -lo corta el de rizos- Agoney

-¿Cómo lo sabes? -pone los ojos como platos el de ojos pardos

-Rubio... me conozco esa cara -sonríe de lado su amigo- es la que pones siempre que vienes a hablarme de él, ¿qué ha pasado?

-Me ha comido la boca en medio del vestuario con todos delante... -se muerde el labio inferior recordando el tacto del canario sobre éste- pero comida en plan heavy, con lengua y todo. Cuando nos hemos separado y nos hemos dado cuenta de qué habíamos hecho, cada uno ha tirado por su lado intentando pretender que no ha pasado nada, pero yo aún siento fuego por todas partes. Si pudiera quitarme la piel, lo haría, te lo prometo

-Joder, amiga, ¿te dejo la ducha? -bromea el mayor

-Miki...

-Perdón -ríe poniendo las manos en alto en señal de inocencia- pero no veo dónde está el problema: te gusta, le gustas y os besáis. Punto. Es lógico

-No, porque se supone que aún somos solo amigos y los amigos no se besan -razona Raoul

-Bueno, en algún momento tendréis que dar el paso, ¿no? Y por lo visto ya está más que claro que os gustáis, no entiendo por qué seguir en el limbo -razona el de rizos

-Pues que todavía quedan cosas que pulir, él es súper inseguro y a veces hace cosas que son un poquito tóxicas -pone una mueca apenada el rubio- no quiero que por correr no tengamos la relación sana que nos merecemos los dos, porque sinceramente estoy hasta los huevos de vernos sufrir, nos merecemos que esto salga bien

-A ver, si a mí eso me parece perfecto -interviene Miki- pero la gracia de las relaciones es que los límites los marcáis vosotros, ¿que no queréis salir antes de que esté todo solucionado? Perfecto. ¿Que queréis comeros la boca en público sin necesidad de salir corriendo? También. Si ambos os sentís cómodos con esas muestras de afecto, ¿por qué tenerlas como un tabú?

-Porque una vez esas muestras de afecto no eran tabú y terminé con el corazón hecho una mierda -suspira el menor sintiendo como se le forma un nudo en la garganta

-Pero es diferente ahora, Raoul -razona el de rizos- sabes que te quiere y él cada vez te lo demuestra un poquito más

-Ya pero es que cuando me ilusioné la última vez y vi gestos que también demostraban cosas, me dijo que solo me quería follar -se le escapa una lágrima rebelde que no duda en secarse al instante- y sé que era mentira, pero supongo que aún escuece esa herida