Capítulo 23 - VIP

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El primer sábado de marzo llega mucho más rápido de lo esperado y, sin darse cuenta, los jugadores del Pío Baroja se preparan para un partido decisivo. Juegan contra los del Ausiàs March, o lo que es lo mismo, el equipo que encabeza la clasificación de la liga. Si ganan, tienen opciones de seguir luchando por ser los primeros. Si pierden, solo podrán acceder al nacional mediante el segundo puesto, algo que no les conviene ya que es más que sabido que los segundos clasificados suelen emparejarse con los equipos más fuertes en el sorteo del campeonato.

El nerviosismo y la adrenalina se cuelan por cada espacio libre del vestuario. Pero una persona está un poquito más al borde del ataque de nervios que el resto.

-Ricky, por Dios, cálmate -pide Raoul sujetando por los hombros a su amigo- te necesitamos concentrado al cien por cien

-Que me ha guiñado un ojo, Raoul, que me muero -afirma en plena taquicardia el mayor- encima es el pivot del otro equipo, que voy a tenerlo pegado a mí todo el partido

-¿Qué pasó? -pregunta un extrañado Agoney ante la imagen del miembro más mayor del equipo atacado por la histeria

-El crush, que nos lo ha atontado ya -explica Cepeda con desgana- eso es jugar sucio, que conste en acta

-No van a expulsar a un jugador por ser amable con el equipo contrario -ríe el capitán ante el absurdo de la situación

-"Ser amable..." ¡Y una mierda! -se indigna el mallorquín- Ha sido una ficha clara

-¡Hala, que yo no sabía que Ricky rii está enamurat! -interviene el canario con una voz extremadamente aguda y una sonrisa de oreja a oreja- ¿quién es?

-El número cuatro -aclara el rubio ganándose un manotazo por parte del de ojos azules

-Es que no llevan la equipación aún -hace un puchero Agoney

-Uno algo más bajito que él, con la cabeza rapada y, aunque parezca imposible, con más tatuajes que Hugo -ríe el catalán- es fácil de localizar

-Ay, ya sé quien es -celebra el moreno asomándose a la cancha para ver al chico haciendo los estiramientos con su equipo- uh, que guapo. Si es que siempre tuviste buen gusto...

-Narcisista -ríe Ricky algo avergonzado

-No, pero lo digo en serio, madre mía -sentencia el canario sin quitarle los ojos de encima al pivot del equipo contrario

-¡No! Esa mirada me la conozco, no seas cabrón que este me gusta en serio -lo amenaza el mayor- ¡Agoney!

Al ver la indignación instalarse en el rostro de Ricky, el canario no aguanta más la farsa y empieza a reírse a carcajada limpia.

-Que te estaba vacilando, Ri, además no es mi tipo...

Dicho esto, Agoney dirige su mirada al rubio para guiñarle un ojo antes de volver a prestar atención a Ricky.

Raoul, por su parte, nota como un escalofrío recorre toda su espina dorsal a la par que se le detiene el pulso por un segundo. Ahora entiende al mallorquín y su imposibilidad de jugar teniendo al chico de los tatuajes cerca.

Recomponiendose de la impresión de la mejor forma que sabe, el catalán da una de sus mejores charlas hasta la fecha, haciendo que tanto sus compañeros como él mismo salgan a la cancha extremadamente motivados.

El primer bajón llega cuando Ricky, a pesar de medir algo más que el otro pivot, no consigue la posesión del balón al inicio del partido, consiguiendo que sean los del Ausiàs March quienes estrenen el marcador.

-¡Va, chicos, que no es nada! -anima Raoul antes de recibir el pase del saque

Avanzando con una gran destreza y agilidad, ayudado por su pequeño cuerpo, Raoul consigue colarse al área de tiro contraria. Cuando parece que va a tirar a canasta y varios jugadores del equipo contrario se abalanzan sobre él para taponarle el lanzamiento, esboza media sonrisa chulesca antes de acabar pasándosela a Nick, quien estando solo desde atrás de la línea, consigue hacer un triple que les hace adelantarse en el marcador.

TIEMPO MUERTO (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora