Capítulo 41 - Muggsy Bogues

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El trayecto en tren a Madrid resulta mucho más leve de lo esperado, sobretodo para Agoney, quien se ha pasado la mayor parte del viaje dormido sobre el hombro de Raoul. Y vale, puede que el rubio haya tenido que aguantar los chistes y burlas de Ricky durante más de seis horas y que además el brazo se le haya dormido en varias ocasiones, pero si la recompensa es ver al canario dormir completamente tranquilo por primera vez desde que huyó de casa, cualquier sacrificio es poco a ojos del catalán.

Por ello le sabe fatal oír que su parada es la siguiente justo cuando Agoney está a punto de babearle la camiseta del gusto.

-Ago... -lo llama con suavidad en un susurro- amor, que ya hemos llegado

-Mmm -protesta el mayor revolviendose en el asiento pero sin estar por la labor de abrir los ojos

-Venga, va -insiste Raoul dejándole un tierno beso en la frente que sonsaca una sonrisa al moreno- despierta

-Hombre, es que así no se despierta en la vida -vuelve a atacar Ricky a la par que se hace con la botella de agua que ha llevado durante todo el viaje para arrojar la poca que le queda sobre la cabeza de Agoney, despertandolo de golpe- esto ya es otra cosa

-¡Ricardo Luis Urdiales Merino, te mato! -lo amenaza el canario levantándose de un bote- ¡Te juro que te puto mato!

-Sí, hombre, ¿y estas acusaciones sin prueba alguna? -se defiende el de ojos azules poniendo las manos en alto en señal de inocencia

-¡Pero si tienes la puta botella vacía en la mano! -la señala el moreno aún mosqueado

-Jo, Ago, perdona pero teníamos que hacer algo para despertarte -hace un puchero el rubio que el contrario se encarga de borrar con un pico rápido al que le sucede una sonrisa compartida

-No pasa nada, pero me asusté -acaba cediendo el más mayor mientras acaricia la nuca del catalán

-Buah, Raoul, dame tu poder -bromea Ricky antes de fijarse en el hombro de la camiseta del chico- joder, o se me ha ido la mano con el agua o Agoney estaba realmente cómodo ahí -afirma señalando una pequeña mancha que oscurece la tela

-Qué más da, ya se irá -se encoje de hombros despreocupado el rubio

-Eso es amor -ríe el mallorquín

-Sí, bueno, eso y que no sería la cosa más asquerosa con la que me ha manchado una camiseta -confiesa Raoul en un ataque de poca vergüenza que hace reír a su novio

-¡Raoul, colega, demasiada información hasta para mí! -arruga la nariz Ricky

-Agoney, que es un cerdo -se defiende entre risas

-Sí, hombre, lo dice el que esta mañana casi se carga la cama de un pedo -ataca el tinerfeño dejando un mordisco juguetón en el moflete de Raoul en cuanto nota el cambio de color- es broma, es broma, no te enfades, mi niño

-Has conseguido que Ricky se calle la boca -esboza media sonrisa el menor- no me enfado

-His cinsiguidi qui Ricky si cilli li bici -le hace burla el de ojos azules antes de regresar a su asiento junto a Luis

Es cuestión de un par de minutos que el tren llegue a su destino y el equipo entero baje para subirse a un autobús, que los llevará finalmente al hotel en el que se van a hospedar hasta que acabe su paso por el campeonato. Puesto que el equipo del Pío Baroja es el más reducido de toda la competición, nada más llegar al edificio, Tony les comunica que les han asignado dos habitaciones: una de cuatro y otra de tres camas.

Tras una leve pero intensa discusión en pleno vestíbulo, los siete chicos terminan llegando a un acuerdo. En la pequeña se alojarán Roi, Luis y Ricky. En la de cuatro Hugo, Nick, Raoul y Agoney.

TIEMPO MUERTO (Ragoney) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora