TIEMPO MUERTO (Ragoney)

Capítulo 43 - Glenda

Este capítulo me ha quedado algo más corto de lo normal pero telita el que se viene el sábado 😂. Espero que os guste ❤️

Dicen que los momentos más memorables de nuestra vida suceden tan rápido que casi ni nos damos cuenta de cuándo empiezan y cuándo acaban: son únicos, breves e irrepetibles, de ahí sale parte de su encanto. La primera palabra, los primeros pasos, la caída del primer diente de leche, el primer beso... Lo que nunca se tiene en cuenta es todo lo que acarrean esos momentos efímeros, un largo periodo de cambios, miedo y dudas al que se debe hacer frente para conseguir los beneficios. Meses y meses de aprender a vocalizar por repetición -por no hablar de la dolorosa salida de los dientes-, miles de caídas antes de tenerte en pie por ti mismo, semanas de dolor y sangrado mientras se te mueve el diente que tan agarrado parece estar, enamorarte por primera vez con el miedo y la incertidumbre de no saber si eres correspondido...

Agoney está en uno de esos momentos previos que se te hacen eternos e infumables, y lo reconoce porque después de años sufriendo en soledad, al fin tiene ante sus ojos un rayito de esperanza. Su hermana, sentada frente a él, le dedica una sonrisa que emana culpabilidad y esto, pese a sonar un poco cruel, le hace sentirse un poquito mejor consigo mismo. Le hace entender que su hermana lleva tanto tiempo culpándose por haberle dejado solo como él lo ha estado haciendo por contribuir en su marcha.

Y es que es ahora cuando, sentados el uno frente al otro con los ojos vidriosos, se dan cuenta de que ninguno de los dos tiene derecho a exigir perdón. Simplemente cada uno miraba por su bien. Aún así, Glenda decide hacerlo.

-Yo... lo siento mucho, Ago -pide con sinceridad su hermana- fui tan egocéntrica en su momento que cuando me harté de papá, me fui sin pensar en cómo ibas a pasarlo tú

-Huíste de un maltratador psicológico, nadie te puede culpar por eso -la intenta tranquilizar acariciandole el brazo- siempre decía que mamá se había ido por nuestra culpa y encima al convertirte en "la mujer de la casa" estabas más esclavizada que la Cenicienta, es un machista de mierda y tú solo buscaste la supervivencia -cierra los ojos con fuerza para dejar que le caigan las lágrimas- siento mucho haberte guardado rencor durante tanto tiempo

-Es un machista, sí -asiente Glenda dándole la razón- ¿y sabes qué más? Es homófobo a rabiar y yo me fui, Agoney -empieza a llorar- me fui dejándote con un homófobo durmiendo en la habitación de al lado

-No lo sabías, Glenda

-Pues imagínate la cara de idiota que se me queda cuando me escribe de repente por Twitter un chico diciendo que es el novio de mi hermano y que necesita ayuda porque no aguanta más en casa -suelta de golpe la canaria abrazándose con fuerza a su hermano- no me imagino todo lo que tuviste que sufrir, pero lo lamento tantísimo

-Te lo repito, no lo sabías -Agoney le acaricia la cabeza para tranquilizarla, no sabe si sirve de algo pero con Raoul funciona

-Pero soy tu hermana mayor, debería haber estado más atenta, debería haberte hecho caso, cuidarte mejor... los hermanos mayores estamos para proteger a los pequeños, no para abandonarles a la primera de cambio. Y vale, yo estaba jodida en ese momento, muchísimo además. Papá no me dejaba respirar con las tareas de casa, no podía salir de fiesta sin que me interrogara por todo, cuestionaba todo lo que hacía, la ropa que llevaba, la gente con la que salía. Y era una mierda, pero debería haber pensado un poco más en ti, en que si dejaba de pagar su mierda de vida conmigo, se cebaría contigo...

-Tampoco hubieras solucionado nada estando en casa, yo seguiría siendo maricón y él, un homófobo de mierda -se encoge de hombros el menor

-No habrías estado solo

-No lo estuve, hermanita, no del todo -pone media sonrisa- mis dos mejores amigos estuvieron para mí siempre que lo necesité, deberías conocerlos