34.

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Después de pelear un rato con Mareny, finalmente llegamos al lugar donde como lo esperaba. Ya había varias personas, todos parecían ser más o menos de nuestra edad, había muchos chicos tomando, otros decían bromas y se reían, las chicas estaban divididas en pequeños grupos, era como si fuera en la preparatoria. Al adentrarnos, nos llevamos varias miradas, las chicas me miraban coquetas y bueno, eso no me sorprendía en lo mínimo, estoy acostumbrado a que reaccionen de esa manera al verme. A pesar de que había muchas chicas en el lugar, sólo una llamó mi atención con verla.

Mareny nunca se separó de mí, la tenía enganchada en mi brazo derecho, está de sobra decir que suele ser un poco sobreprotectora cuando hay muchas chicas a mi alrededor. Nos dirigimos hasta donde estaba aquella chica a paso lento, atravesamos los invitados mientras que ella saludaba a uno que otro chico, aquella chica que llamó mi atención nos miro y arqueó una ceja al ver unidos nuestros brazos, tal vez este mal que piense cosas como estas. Pero, esa chica es realmente linda, luce como toda una mujer que sabe lo que quiere y lucha por tenerlo, se nota.

- Esa rubia que ves ahí. -Mareny eleve su tono de voz por la música fuerte.- Es Kendall Vasilíe, es la cumpleañera. -informo zafandose de mí.

Corrió hasta donde la chica y la abrazo como si no la hubiera visto en años. El abrazo termino con un beso en la mejilla y me fue imposible no analizarla.
S

us ojos verdes captaron principalmente mi atención. Su cabello era corto y eso la hacía lucir algo interesante: rubio, rubio era su cabello el cual se movía de en vez cuando por el poco aire que estaba haciendo, sus cejas eran sumamente definidas. Parecía como si un profesional en maquillaje se las hubiera hecho a mano, mientras que sus labios eran gruesos e hinchados, sus pestañas eran algo largas. Podía decir que eran postizas, pero no era así, se veían cien porciento naturales, las facciones de su perfil eran perfectas, un vestido negro; muy ajustado, cubría su cuerpo, era de tirantes y se podía apreciar parte de su pecho.
Aclaro; parte de su pecho, no de sus..
- Creí que no vendrías. -la voz tan suave y a la vez tan calculadora de la chica me sorprendió.
- Nunca faltaría a tu fiesta. -exclamo Mareny animada.- Pero no vine sola. -con su último comentario ambas me miraron.
Aquella chica me miró con tan sólo una sonrisa, en sus ojos verdes pude ver agrado y curiosidad.
- ¿Y él quien es? -ambas dieron un paso hacia mí y se pararon justo enfrente.
- Mi queridísimo mejor amigo. -contestó Mareny sonriente.- Ryan Ferrer. -me presentó.
La rubia dió un corto paso más frente a mí y extendió su mano derecha.
- Kendall Varlón. -dijo mientras compartíamos unas cuántas miradas.
- Ya lo escuchaste. -digo sonriendo.- Ryan Ferrer. -repetí.
Por alguna razón, nuestros ojos siguieron viéndose entre sí, esos ojos verdes sin duda, eran lindos. Pero, no sabía exactamente porque llamaban tanto mi atención.

***

Ahora que estoy en Miami, me doy cuenta de que estoy peor que cuando estaba en un principio en New Jersey, conozco cada lugar de aquí, pero no he salido a ningún lugar, llegue a casa hace varias horas. Sin embargo, no he vuelto a salir, estoy encerrada en mí antigua habitación, no he comido nada en todo el día y mamá ni siquiera se ha molestado en hacerme una llamada, tampoco he hablado con Ryan, me marco hace un rato, pero la verdad no estoy para seguir discutiendo.
Me caería de maravilla hablar con él y dejar que las horas se vayan pasando, pero eso es algo que no pasará. Como siempre, él malinterpreta las cosas y eso es algo que me cansa con facilidad, no sé que esté haciendo en estos momentos, tal vez está igual yo, conociéndolo seguro que está encerrado en su habitación pensando lo mismo que pienso.
Tomo mi teléfono y marcó el número de Gris, tal vez con su buen humor me ponga de buenas.
- Habla Gris, chica. -apenas contesta su voz alegre me hipnotiza.- ¿Como la estás pasando, pequeña amargada? -pregunto burlona.
Sus palabras hicieron que resoplara.
- Muy mal. -murmuré lo suficiente alto para que me escuchará.- ¿Dónde estás? -pregunté al oír música de fondo.
- Estoy en una fiesta. -rodé los ojos.- Si no te hubieras ido aquí estarías conmigo. -comenta en un tono triste.
- ¿Fiesta de quién? -replique ignorando lo último que dijo.
Lo último que quiero es estar en una fiesta, no es que no me gusten, pero en este momento no me interesaría estar en una.
- A decir verdad, no lo sé. -rié al decirlo.- A mi sólo me invitaron y vine. -esta vez reí yo.
- ¿Y está bueno el ambiente? -inquirí más interesada en el tema. Pasaron unos segundos, pero Gris no respondía, sólo escuchaba la música de fondo, así que decidí hablarle de nuevo.- Hey. ¿Estás ahí?
Escuchaba la respiración y la música de fondo. Sin embargo, Gris no respondía.
Hasta después de unos segundos..
- No me vas a creer lo que te diré, pero.. -por fin habla, lo hace con suspenso y eso es molesto.- ¿Te acuerdas cuando conocí a tu vecino? -pregunta con un tono serio.
- Pues claro. -rodé los ojos al responder.
- Él está aquí. -sus palabras me dejaron en blanco.
¿Ryan estaba en una fiesta?
¿Estaba de fiesta mientras estábamos lejos?
¿Qué diablos pasa por su cabeza?
Yo estoy como tonta pensando en nuestros problemas y él está de fiesta con quién sabe quién. Esto sin duda, me enfurece, me hace sentir rabia, coraje y mucho resentimiento, es increíble que hace un rato me haya llamado y ahora esté en una fiesta. Ryan está en problemas, creánme que si.
- Maldición. -maldije sin importarme que Gris me escuchará.
- Oh, no.. -murmuró.- Amiga, de verdad. Si fuera tú ya lo estuviera llamando en este justo momento. -comenta con cierta molestia.
- ¿Que está pasando allá? -me apresure a preguntar.
- Hay una chica...
En ese momento mis oídos dejaron de escuchar a Gris, solamente había captado chica. ¿Realmente estaba con una chica?
¿Como podía hacerme esto?

La Chica Indicada ✔️ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora