26.

2.3K 174 21
                                    

Hablé como persona civilizada, grite como loco, insistí como nadie en el mundo y aún así Victoria no ha querido creer en mis palabras, no sé si verdaderamente esté molesta conmigo o ya no quiere que seamos nada, es extraño que no me crea si todo lo que le he dicho tiene lógica. Es tan terca, ese es un gran defecto, me hace pensar que sólo estoy perdiendo el tiempo aquí, no me gusta ser insistente con nadie, pero ella es tan terca que hasta a mí me desespera a mil, pero no echaré todo a la basura de nuevo, no.
- ¿De verdad, esperas que te crea eso? -pregunta en un tono juguetón, como a la vez molesto.- No puedes decirme que ella te beso cuando ambos estaban moviendo los labios, tonto. -reprocho soltando un golpe al aire.
- Oye, mami. -la llamo atrayendola a mí, la abrace por la cintura y me encargué de que nuestros cuerpos estuvieran juntos.- Sé que estuve mal. ¿Está bien? Pero, no creo que sea para tanto, ya pasaron días de eso y no he vuelto a ver a Jessie. -entonces paso por mi mente:- Es tiempo de hacerle saber que estamos intentándolo. -con tan sólo decirlo, Victoria arrugó su nariz.
No lo había pensado antes, pero ahora creo que si Jessie se entera que estoy intentando tener algo con Victoria tal vez entienda y me deje en paz, eso serviría para que también Victoria se sintiera más segura y no desconfiara de mí.
- ¿Lo dices enserio? -replico con notable felicidad. Asentí y sus pequeños labios rosados formaron una linda sonrisa.- ¡Eso sería genial! -exclamo y me abrazo del cuello.
En cuánto la sentí tan cerca de mí, su rico olor cautivo mi olfato, el olor natural de Victoria es tan agradable para mí nariz que quisiera que hubiese una colonia para usarla todos los días.
Lo sé, exageré.
- Eso quiere decir...
Se separó de mi y me miró a los ojos.
- Eso quiere decir que te perdono. -sonrió de lado y suspiró.- Pero de verdad, no vuelvas a hacer nada que me moleste porque para la próxima vez.. -hace una pausa y me mira seria.- Que espero que no haya próxima, mejor dicho. Te dejare enserio. -advirtió.
- Eso te lo prometo. -susurre dándole un toque a su nariz.
¿Sienten eso?
¿Lo escuchan?
Si, bueno. Eso es mi corazón latiendo de felicidad, por fin estamos bien.
- Es hora de ir a dormir. -musitó ella retrocediendo.
Entonces se me ocurrió.
- ¿Puedo quedarme? -no dudé en preguntar.
Sabía que aceptaría, fueron varias noches sin dormir juntos y sin hablarnos.
- No. -contesto.
Su respuesta me dejó sin saber que pensar.
¿Cómo es que su respuesta era un no rotundo?
Estoy seguro de que cualquier mujer quisiera dormir conmigo. No es que presuma, pero la verdad es que soy un gran partido, no entiendo cómo Victoria puede tener tanto aguante, si por mí fuera le haría todo lo que le he querido hacer desde que la conocí, ella es tan atractiva que dudo que exista algún hombre que pueda rechazarla.
Suspire derrotado y lo acepte. Hoy no dormiría con Victoria, debo conformarme con que ya estamos bien, no se puede tener todo en la vida.
- Buenas noches, Victoria. -sonreí de lado y me volví a ella.
La abracé de la cintura y llevo sus brazos a mi cuello, estábamos a una distancia corta, cuando ella lo hizo. Unió sus labios a los míos y me beso, no dudé nada en seguir su ritmo, el beso era lento, sé que así le gusta, rápidamente el rico sabor de su boca invadió la mía, su aliento cálido y agradable choco contra mi zona bucal, chupé cada rincón de sus labios y los contraje a mi boca succionandolos con fuerza. Aumente la intensidad del beso mordiendo su labio inferior, Victoria gimió en mi boca y demonios, sé sintió tan bien que pude sentir a mi compañero despertar.
- Ryan.. -quiso separarse, pero la detuve manteniendo una de mis manos en su nuca.
Habían pasado muchos días sin ella y yo deseaba tenerla entre mis brazos, pero si no podía hacer eso, al menos quería seguir besándola, quería seguir sintiendo el rico sabor de sus labios. Sus suaves y cálidos, sus labios se amoldan a la perfección con los míos, desearía poder llevármelos a casa para poder besarlos tantas veces se me antoje. Mordí su labio inferior con delicadeza y me separé de ella.
Victoria no dijo nada, sólo me veía a los ojos, sus labios estaban rojos e hinchados, no dudo ni un poco que los míos también estén así, me di la media vuelta y camine hasta la ventana, acto seguido. La brinque, era hora de ir a descansar, había logrado lo que quería hacer desde hace días, eso era volver a estar bien con Victoria y ahora que lo estoy, me siento mucho mejor de ánimos.

***

Todo va de mal en peor, no puedo soportarlo más, no puedo soportar esta ansiedad, tengo que hacerlo ya. Me es imposible dejar de pensar en eso, necesito de eso, necesito tan sólo un poco para que mis nervios se relajen, no me había dado cuenta de que era tan buena, pero ahora que la probé y me gusto quiero probarla más veces, no lo he hecho desde antier, pero ahora que se me bajo el efecto la necesito para no sentirme como siempre. Sola, no quiero volver a sentirme así.

Evan es quien me ha ayudado a sobrellevar todo esto, han pasado sólo unos días y ya nos llevamos de maravilla, él es quien consigue eso que a los dos nos gusta y después la compartimos. No sé quién la vende en el instituto, pero él si, estos días hemos juntado dinero para poder comprar, ahora sé que haber hecho amistad con él fue una idea fantástica, esto va para largo y hablando con sinceridad, no creo que pueda dejarla en mucho tiempo, me gusto y lo que me gusta no lo dejo así como así.

Sea bueno o sea malo, si me gusta no lo dejo por más que insistan, siempre ha sido así.

Mis labios forman una sonrisa por sí solos al ver a Evan entrar al instituto, él luce bien, pero eso ahora no me importa, lo único que me importa es lo que trae y lo que haremos detrás de los salones. Camino hasta él haciendo mi espera menos larga y me paro en seco.

- Buenos días, Victoria. -me saluda con una sonrisa de lado.

- Buenos días, Evan. -sonreí igual.- ¿Trajiste? -no dudé en preguntar.

- ¿Crees que no? -replico divertido.- Pues claro que sí. -me confirmo haciéndome señas.

Me gire hacia donde veía él y me la encontré.

Se veía igual de presumida que siempre, ella y su aula de envidia estaban presentes, estoy segura de que no viene sólo a darnos los buenos días, ella viene a fastidiar, lo ha hecho desde que se enteró que su hermanito Evan y yo nos llevamos bien, no sé si le da envidia o de plano no quiere que me lleve con nadie del colegio.

Sasha Schulz.

La hermana de Evan estaba frente a mí, Sasha y yo no hemos cruzado palabra desde que Ryan vino, pero desde que supo que Evan y yo somos amigos no ha parado de hablar mal, sobretodo de él, que antes la defendía de mí y ahora está conmigo.

- ¿Cuántas veces te he dicho que no quiero verte con ella, Evan? -dice Sasha molesta. Con tan sólo escucharme rodé los ojos.

Eso de que las demás personas quieran mandar a otras me repugna.

- No sabía que debía contarlas. -respondió él.

Su respuesta me hizo reír, rápidamente tape mi boca con mis manos, pero para entonces, su hermana ya me había escuchado.

Los ojos de Sasha se dirigieron a mí, su mirada era penetrante, pero eso no me importaba, estaba riéndome de ella y no me causaba ningún miedo.

- ¿Y tú? -se dirige a mí viéndome con molestia.
-

Mejor vámonos, Evan. -sugiero antes de que pase algo.- No tenemos tiempo para discutir con esta. -la mire mal y me gire.

- Bien. -asintió Evan girándose.

Entrelazamos nuestros brazos y caminamos sin rumbo. Ambos mantuvimos nuestras miradas enfrente.

- Como me cae mal tu hermana. -digo viendo mi alrededor.

Evan ríe por lo bajo.

- Lo sé.

Tener una amistad con Evan no era algo que tenía planeado, él es hermano de la chica que me desagrada en el colegio y que nos llevemos tan bien me sorprende, digo. Al comienzo tuvimos nuestro choque, como todos, pero ahora estamos bien.

La Chica Indicada ✔️ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora