¿Has estado en situaciones incómodas en las cuáles no sabes que hacer o decir?
Imagino que si.
Bueno, esta situación es una de esas, Ryan acaba de confesarme que le gustó. Y eso me tomo de sorpresa, apenas lo conocí antier en la noche; decir que le gustó es algo que no esperaba, creí que lo de anoche sólo sería un juego tonto para él, pero ahora que me dijo eso. Y que estoy frente a él; viéndolo a los ojos. Sé que lo dice enserio.
Sus ojos no se han separado de los míos ni un sólo segundo, me ha costado un poco sostenerle la mirada, pero no la he bajado. Nunca he bajado la mirada, con nadie lo he hecho. Y ahora, no lo haré con Ryan, no importa que provoque extrañas sensaciones en mí, soy Victoria Ortiz. Y nadie hará que baje la mirada.
Ryan está justo frente a mí, él ha terminado de beber su limonada, en cambio yo; sólo he estado mirándolo sin saber que decir. Odio eso; odio que las personas tengan el poder para dejar sin palabras a los demás, eso me ha disgustado desde pequeña, aunque yo tenga ese mismo poder. Lo odio.
— ¿No piensas decir nada? —Ryan pregunto; tomándome por sorpresa.
No lo demostré.
— ¿Que puedo decirte? —replico relamiendo mis labios, me enderezó en mi lugar y lo veo con normalidad; forzando mi voz a que suene igual.— No te culpo porque te guste. Soy una diosa, eso es algo normal, mi querido Ryanair. —finalice diciéndolo en un tono arrogante.
— Hey, eres muy egocéntrica. —sonrié de lado; yo sólo me limito a asentir.— Me gustas más así.
Eso fue todo para que incómodos movimientos en mi estómago empezarán a fastidiarme. Estuve a un segundo de sonrojarme ante sus palabras, pero me mantuve firme y sólo sonreí de boca cerrada.
— Deb...
— ¡Ryanair, cariño! —una dulce voz; llena de emoción me interrumpió.
Jessie entro a la cocina de prisa, apenas vio a Ryan; se abalanzó a él y le dio varios besos repetidos en las mejillas, frente y labios. Ni siquiera se dio cuenta de que estaba con él. Ryan sólo se mantuvo en su aula habitual; serio, frío y seco.
— Creí que estarías en casa de tus primas. —dijo él; su tono fue fuerte y frío.
Jessie se separó de él y se dio la media vuelta. Sus ojos cayeron en mí, en sus labios se formó una pequeña sonrisa, pude notar que estaba un poco apenada, ¿Por qué? No sé.
— Hola, Vickie. —me saludo, se acercó a mí y beso mi mejilla en un movimiento rápido.— No te vi, lo siento.
— No te preocupes. —sonreí de lado tratando de tranquilizarla un poco, suspiré y proseguí:— Bueno, debo ir a arreglarme.
Bebí el último sorbo de limonada y me puse de pie.
— Aún falta mucho tiempo para la fiesta. —Ryan hablo del otro lado de la barra.
Estaba cruzado de brazos, estos estaban en su pecho. Sin evitarlo; recorrí mis ojos por sus brazos cruzados, se veían fuertes y duros. Sus pectorales se resaltaban; haciendo que por encima de la camisa se vieran duros y firmes. Por un segundo disfrute observarlo.
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La Chica Indicada ✔️ [En Edición]
Novela JuvenilTodo era nuevo para mí, después de que mi mamá se casará con mi padrastro nos mudamos a otro país. No conocía a nadie y nadie me conocía a mí. Esa era la principal desesperación que tenía. A los días a través de mi ventana pude ver que alguien me ob...