46.

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Me sentía mal.

Quería llorar.

Quería estar sola.

No quería saber nada más.
Saber que Ryan estuvo con otra chica la noche de ayer me pone mal, me hace sentir menos y créanme que yo no acostumbro a sentirme así. Él en ningún momento me dijo que traería a una chica. ¿Quién es ella? ¿Por qué la llevo a su casa? ¿Por qué no me dijo nada? ¿Acaso tenían algo que ver?
Porque mi mente estaba diciendo que si, que eran todo. No por nada la llevo a su casa, no por nada paso noche buena con ella.

Ya había regresado a casa, me sentí tan mal que tuve que inventarle a Esmeralda que tenía tareas por hacer, aunque la verdad si debo estudiar, pero no ahora. Ahorita no estoy de ánimos, no me siento bien, el tan sólo pensar que Ryan paso noche buena con otra chica me pone mal, no sé quién sea ella, pero por lo que me contó Esmeralda, quería algo con él.
Tal vez estoy apresurando las cosas y no hay nada que ver con lo que pienso, pero. ¿Si estoy malinterpretando las cosas por qué estuvo en su casa? Amiga suya no creo que sea.
La noche llegó y mi cabeza estaba a nada de explotar. Todo el día estuve pensando en lo mismo, no salí de la habitación ni para comer, mamá se fue en la tarde, no dijo a dónde, pero estoy segura que ya no regresará. Siempre es así, ya me acostumbré a eso.

Cerré los ojos tratando de relajarme un poco. Respiré profundo y deseé dormir, no podía estar bien, sentía un vacío en el pecho que no sabía cómo o con que llenar, los abrí cuando sentí que rozaron mi pierna derecha. Me senté y entonces fue cuando lo ví.
Él lucía mucho más guapo que la última vez que lo ví, sus ojos cafés brillaban mientras que sus pequeños labios rosados formaban una sonrisa, parte de su cara estaba cubierta de una leve capa de barba que le lucía bien, sus cejas gruesas y sus pestañas largas hacían que sus ojos cafés resaltarán más que nunca.

Una camisa de botones cubría su abdomen, brazos y torso, un pantalón de mezclilla a su medida cubría sus piernas.. con tan sólo verlo mi corazón comenzó a palpitar con frecuencia, no sabía si era amor, emoción, enojo o que. Pero mi corazón estaba loco por tenerlo frente a mi, por un momento pensé en ponerme de pie y besarlo hasta más no poder, pero mi mente me detuvo a tiempo al recordar aquellas palabras de Esmeralda.

— Hey. —suspiré al escuchar su voz. Días sin oírla y ahora que la escucho no puedo disfrutar de ella. No dije nada, sólo me quedé callada.— Hey. —me volvió a llamar.

— No quiero verte. —dolió decírselo. Él arrugó sus cejas y se dirigió hasta mí.— No te acerques. —pedí secamente.

— ¿Que es lo que sucede, Victoria? —pregunto según él confundido.— Apenas supe que estabas aquí vine a verte. ¿Que pasó para que estés así? —replico en un tono triste.

Tenerlo frente a mi y no poder ni abrazarlo es una mierda total.

— Una chica, Ryanair. —comenté poniéndome de pie.

Me pare frente a él y él imitó mi acción.

— ¿De que chica hablas? —pregunto acercándose a mi, pero yo retrocedí alejándome de él.

— No lo sé. —murmuré.— ¿Quién es ella, ah? —no podía estar feliz, está bien. Deseaba verlo, pero que su hermana me dijera que estuvo con no sé quién no me ponía nada contenta.

— ¿Quién te lo dijo? —su pregunta me fastidió y él lo noto.— Por dios, Victoria. No puedes estar molesta conmigo cuando no te he contado lo que pasó. —Ryan se acercó a mí y antes de que pudiera alejarme, rodeó mi cintura con sus fuertes brazos.— No sé cómo sabes eso, pero te aseguro que no pasó nada de lo te estás imaginando. —acerco su cara a la mía y eso me puso mal.

La Chica Indicada ✔️ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora