29.

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La palabra molesta se queda corta a como estoy ahora. Resulta que por los huevos de mi madre debo irme a Miami con Bryan.
¿Cómo ven?
Yo no muy bien, no me gusta para nada la idea de ir para allá en estas fechas navideñas y menos porque ya tengo mis planes hechos, no pienso ir a Miami, quiero quedarme aquí, si mamá y Octavio antes querían que estuviera aquí, estaré aquí quieran o no, tampoco soy un títere que pueden utilizar cuando quieran, ellos deben entender que también tengo palabras, ellos no están conmigo la mayoría del tiempo, así que no pueden decirme que hacer y que no.
Lo que más me molestan de todo es que usen la palabra cuidado cuando se la viven en el trabajo, ellos no me dan ningún cuidado, sólo me hablan de vez en cuando porque su trabajo requiere de todo su tiempo. Y me parece sumamente ridículo que ahora se pongan en su plan, no les queda, yo sola me he cuidado en todo el tiempo que ellos no estuvieron, no me llamaron ni tres veces para saber cómo estaba. ¿Y ahora me vienen con eso? Por dios, hicieron que el buen rato que había pasado se fuera al coño.
Estoy en la habitación esperando a que Ryan venga, durante todo este tiempo él ha estado viniendo noche con noche, a veces se queda a dormir conmigo y a veces no, el trabajo lo consume y sus estudios también, pero él al menos viene a darme una vuelta, no como mamá y Octavio, todo ha ido bien, no hemos peleado ni mucho menos han habido malos entendidos, no somos novios oficialmente, Ryan aún no me lo pregunta cómo debe ser, él tal vez crea que lo somos, pero que nos hayamos besado un par de veces no lo hace así.
Él me gusta mucho, lo admito, pero quisiera que me lo preguntará cómo solían hacerlo antes. En los tiempos de ahora ya no se usa el ¿Quieres ser mi novia? Pero, en mi caso me encantaría que me lo preguntará. Nos sabemos sobrellevar bien y eso hace que me ilusione, aunque sé que no debería hacerlo, cuando uno quiere a una persona lo querrá si, pero siempre hay un algo que los separa, sea tarde o temprano. No todo es para siempre, eso lo saben todos en la vida.
- Hey. -con tan sólo escuchar su voz me giró para verlo. Abandonó el sofá y me dirijo hacia él.
Luce realmente sexy con su uniforme de enfermero, es color azul: acompañados de unos tenis totalmente blancos, la camiseta es de mangas cortas, por lo tanto puedo ver sus músculos brazos. Su cabello está perfectamente peinado hacia atrás, parece tener goma en el, no es por nada, pero con un enfermero así, hasta ganas dan de sentirse mal.
- Hey. -repitó frente a él. Con tan sólo tenerlo de frente llevo mis brazos a su cuello: dejando una corta distancia entre los dos.
- Juro que moría por verte. -murmuro mientras rozaba sus labios contra los míos, relamió sus labios y se alejo para tomar asiento en el sofá. Yo lo seguí hasta ahí.- No sabes el dolor que siento en los pies. -dice quejándose.
A veces siento un poco de lástima por Ryan, a sus diecinueve años tiene que trabajar para mantenerse, atiende a su hermana menor, está de sobra decir que también trabaja para ella, aparte de eso. Estudia por las noches su universidad, a lo poco que me ha contado sé que quiere ser en un futuro cercano, un gran doctor. Dice que le gustaría ayudar a las personas, su sueño es llegar a salvar vidas.
- Te ayudaré con eso. -digo arrodillándome frente a él.
- ¿Que haces? -replico al ver que desamarraba sus agujetas.
- Te daré un masaje en los pies. -contesto como si fuera lo más obvio.
- No, no, no, no, Vic.. -se negaba, pero para entonces ya estaba masajeando su pie derecho.- ¡Joder, que bien se siente! -exclamo soltándose en el sofá.
- ¿Te gusta? -pregunto con media sonrisa.
Ryan cierra sus ojos y asiente mientras disfruta del masaje.
- Ay, dios. -murmura seguido de un gruñido.- Sigue así, Victoria. -lo dice de una manera que pareciera como si le estuviese haciendo otra cosa.
Su voz suena igual de potente como la primera vez que la escuché. Su figura es igual de atractiva y sus ojos siguen teniendo el mismo brillo, sus labios son mi manjar de cada día.
- Probemos con el otro. -musitó dejando en paz su pie derecho.
Me deshago del teni izquierdo y comienzo a masajear su pie. Rápidamente, Ryan reacciona a mi masaje, gruñe de placer y suspira, no sé porque, pero oírlo así hace que me emocioné, es como si le estuviera dando placer, pero si hacerle nada inapropiado.
- Eres una diosa en est...
Un fuerte golpe en la puerta lo interrumpe, ambos volteamos hacia allá y luego nos miramos mutuamente.
- ¿Victoria estás ahí? -preguntan. La voz es de mamá.- ¿Que estás haciendo y con quién estás? -replico golpeando la puerta.
- ¡Pásele, madrina! -exclamo Ryan llevándose como regalo un golpe en su pie que seguía en mis manos.
Mamá no dudo en entrar, cuando la ví sus ojos se dirigieron a lo que estaba haciendo, sus ojos se iluminaron. Seguido de eso, sonrió avergonzada, no sabía porque, mamá estaba como apenada, pero no había razón para estarlo, a menos que..
- Pensé que tú estabas.. -se dirige a mí, luego cierra los ojos por un momento y niega golpeando su frente repetidas veces.- Discúlpenme los dos, creí que.. -pauso nerviosa.- Olvidenlo. -se giro y salió de la habitación emparejando la puerta.
- ¿Acaso tu mamá creyó que estábamos..?
- ¡Cállate! -me apresuré a responder.- Lo creyó por tu culpa, te quejas como si te estuviese haciendo otra cosa.
- No es mi culpa que seas tan buena dando masajes. -se defiende haciendo puchero.
- Tampoco mía. -me defendí dejando en paz su pie.
- ¡Ay, no, no, no, no! -exclamo al hacerlo.- Sigue haciéndolo, por favor. -pidió.
- Hmmm.. -dude un poco en aceptar.- Está bien. -Ryan al escucharme sonrió.
Tome su pie y seguí masajeandolo, estar así con Ryan me gustaba, causarle placer y quitarle aunque sea un poco ese horrible dolor de pies me encanta, hasta ahora comienzo a darme cuenta de lo curiosa que es la vida. Cuando llegue a New Jersey no quería estar aquí, no me importaba conocer a nuevas personas, no quería un nuevo comienzo, lo único que quería era estar en Miami y ahora que puedo ir no quiero hacerlo, en tan sólo unas semanas reconstruí mi vida y no pienso dejarla caer como antes lo hice por mamá.
Ahora aquí tengo nuevos amigos, nuevos conocidos y un chico el cuál me gusta mucho, Ryan es una gran razón por la cual no quisiera irme a Miami, este año quiero estar con él, hemos pasado por mucho y pasar un tiempo con él nos haría bien, ambos necesitamos una recompensa por lo que hemos vivido en los últimos días.

La Chica Indicada ✔️ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora