09.

3.7K 238 11
                                    

Si, si, si, si, si.
¡Es domingo!
Domingo de no hacer nada, de no salir. De no ser fastidiada por personas, domingo de echar hueva.
Ayer fue sábado y no pude cumplir como yo lo hubiese querido. Pero hoy si lo haré, hoy disfrutaré del día porque ya mañana tendré que ir a la preparatoria y eso me baja un poco los ánimos.
O bueno, no es tanto así, lo bueno de asistir a la preparatoria es que no estaré aquí sola como el perro, mientras que lo malo es que no conoceré a nadie y todos me verán como el bicho raro del lugar. Odio eso, cuando entre a la primaria me sentí mal, cuando entre a la secundaria me sentí excluida y cuando entre a la preparatoria no, pero ahora que es otro instituto es distinto. No conoceré ni siquiera a los profesores.
¿Qué pasó anoche?
Bueno, lo que pasó anoche fue algo extraño. Por alguna razón acepté que Ryan se quedará a dormir conmigo, incluso le permití acercarse a mí mientras estábamos en la cama. Y no de manera indebida, sino que deje que me abrazará, creo que mi lado sensible estaba al borde, me sentía sola y él era la única persona que estaba conmigo, no podía mandarlo al carajo sintiéndome así, aparte no pasó nada de lo que tenga que arrepentirme.
Antes de dormir estuvimos hablando un poco, él siguió refiriéndose a mí como 'la chica indicada', pero nunca entendí porque utilizaba esas palabras, en todo el tiempo que hablamos, estuvo hablándome como si nos conociéramos de hace mucho tiempo, cosa que se me hizo mucho más extraño.
¿Pero, adivinen qué pasó esta mañana?
Exacto; nada.
No pasó nada.
Al despertarme me encontré sola, estaba tapada en las sábanas como si fuese un burrito, lo único que quedó de Ryan fue su colonia en mi cama, que por cierto olía exageradamente bien.
Por el momento no he salido a ningún lado, mi mamá y Octavio no están, ni siquiera he desayunado o algo así, sólo me di una ducha y me puse ropa cómoda, nada exagerado. Como quién dice; estoy siendo una flojonaza.
— ¿Hay alguien en casa? —dijeron a través de la puerta de mi habitación.
— ¡Ahora quién diablos se atreve a molestar! —exclame con enojo.
Dios santo, desde que llegué aquí no he podido tener un día para mí sola, siempre hay algo o 'alguien' que tenga que molestarme.
Se nota que las cosas son muy diferentes en Miami y New Jersey.
Al momento de abrir la puerta me lleve una leve sorpresa.
¿Adivinen quién estaba haciéndome una visita?
Ella, ella estaba ahí; mirándome como si fuera una diosa. Aunque lo soy, pero su mirada estaba tan centrada en mí que la curiosidad despertó. Jessie, ella estaba frente a mí. No sé que quiere, pero espero que no venga a reclamarme por lo que pasó con Ryan, porque que quedé claro.
Yo no hice nada para que Ryan la mandara a freír espárragos.
— Ho-hola. —tartamudeo al saludarme.
— Hey. —me límite a responder, ni siquiera me moleste en sonreírle.
¿Que demonios estaba haciendo aqui?
Apenas conozco a esta chica y ella ya está en mi casa, vino sin avisar y al parecer también entro hasta acá sin permiso. Esto me disgusta.
— Disculpa que haya venido sin avisar.. —comenzó a hablar mirando al suelo.— Pero necesito desahogarme con alguien..
Mi expresión fue de; ¿Y eso a mí que?
Es que si, a mí no me importa si Jessie está bien o está mal, ella y yo no somos amigas ni nada de nada, no entiendo para qué carajos vino a arruinar mi momento a solas conmigo misma.
— Ajam.. —asentí ladeando mi cabeza.
— Y tú pareces ser alguien de muy pocas palabras.. —continuó.— Es por eso que me animé a venir a tu casa a hablar contigo sobre lo que me está pasando. —arquee una ceja y ella me miro a los ojos.— Sé que no somos amigas, pero tú me inspiras confianza y creo que serías buena consejera..
No dije nada, sólo le hice una señal para que pasará a la habitación y así lo hizo sin dudarlo.
Siento que no debería ni permitirle entrar a mi habitación, pero realmente esta chica luce algo deprimida, yo sé porque, pero tampoco quiero involucrarme de más. Me hace sentir un poco halagada que le haya inspirado confianza, pero de todas formas no soy yo la indicada para que hable de sus cosas privadas. Aunque, tal vez esté mal pensando las cosas y Jessie quiera hablarme de otro asunto en el cuál no tenga que ver con Ryan.
Jessie se sentó en uno de los sofás pequeños y yo me senté frente a ella; en otro para tener un buen punto de vista.
— Ahora puedes hablar. —hable mientras me cruzaba de piernas.
— Lo que pasó fue que.. —suspiro antes de seguir.— Lo que pasó fue que Ryan termino conmigo.. —soltó, al instante llevo sus manos a su cara y comenzó a ahogarse en llanto.
No sé que decir, no sé qué hacer como si no supiera nada o simplemente actuar como realmente es; que no me importa en lo absoluto. Pero, ver a Jessie llorar por el idiota de Ryan era algo que me molestaba, no porque estuviera llorando por él, sino porque era tan débil que lloraba por alguien que se fijó en otra en tan sólo unos cuántos días. Ese alguien soy yo, y no me siento para nada orgullosa de eso, aunque realmente no hice nada para que Ryan terminará a Jessie, él solito tomo esa decisión, de eso estoy segura.
— ¿Sabes por qué lo hizo? —pregunte sin siquiera tratar de consolarla.
Este es un momento en el cuál debería abrazar a Jessie y decirle cosas positivas para que deje de llorar, pero hacer eso no me nace, simplemente no me nace hacerlo y obviamente no estaré de hipócrita consolandola cuando no quiero hacerlo.
—Él dijo que lo nuestro ya no estaba funcionando... —suspiro pausando por un momento su escandaloso llanto.— Que era mejor terminar y quedar como amigos.. dijo que no quería problemas..
Desde dónde estoy; pude ver con claridad como corría una lágrima por su mejilla, corrió desde su mejilla hasta perderse entre sus labios.
— ¿Que le dijiste tú? —replique.
Comienzo a cansarme de estar fingiendo que esto me importa cuando no es así, sé que es algo egoísta, pero bastante tengo con mis propios problemas como para aguantar con los de los demás.
— Nada.. y-yo.. no le dije nada.. —nuevamente pauso su hablar, parecía como si no pudiera contener las lágrimas.— Sólo le dije que todo estaba bien, pero realmente no es así. ¿Sabes? nuestra relación no era la mejor de todas, pero me encantaba, nunca peleábamos y cuando lo hacíamos nos arreglabamos rápido. No entiendo porque de un momento a otro decidió terminar conmigo, simplemente no lo entiendo.
— No es por ser mala persona. —digo cambiando mi postura.— Pero eso debiste decírselo a él, si me lo dices a mí yo no sé nada, pero él si, cuando terminó contigo debiste decirle todo lo que piensas y sientes. Qué me lo digas a mí no ayuda en nada, tal vez te sientas mejor hablando sobre eso, pero sabes que nada cambiará. —suspire por un momento y la mire fijamente a los ojos.— Lo mejor será que conserves tu dignidad y ya no lo busques. ¿O prefieres quedar como una rogona?
Lo sé, parece más como si me estuviera aprovechando de la situación, pero la verdad es que no es así. Si yo estuviera en el lugar de Jessie no buscaría a Ryan, ni mucho menos lloraría por él. Una mujer debe tener cabeza antes que corazón por un hombre.
Siempre hay que saber hasta dónde está el límite de cada persona, así como también debería saber uno hasta dónde hay que abandonar a esa persona. La dignidad y el orgullo son cosas que te hacen fuerte y valiente, o al menos así funciona conmigo. El orgullo y la dignidad son mis mejores armas para dejar aquellas personas que simplemente no encajan en mi vida diaria.
Eso es lo que le hace falta saber a Jessie.
— Entonces.. ¿Crees que deba dejarlo ir? —al preguntarlo note que su voz era temblorosa. Como si le diera miedo mencionar eso.
— Si. —asentí ladeando mi cabeza.
— Pero yo lo quiero, Vicky.. —musitó dejando caer un par de lágrimas.
Dios, odio que las mujeres se pongan a llorar por hombres. Hombres hay muchos y más buenos que otros.
— Bueno. —digo poniéndome de pie.— Entonces ve con él y ruégale como si fuera el mismo Señor Jesucristo. —le recomendé de mala gana.
Si Jessie quiere humillarse rogándole a Ryan; que lo haga. Yo no tengo ningún problema con eso, lo que debía aconsejarle ya se lo dije, si ella no quiere seguir mis palabras ya es cosa de ella.
— En verdad no sé qué hacer. —su tono de voz ya era un poco estable.— Yo lo quiero de verdad, pero él se muestra diferente conmigo. Actúa como si no fuesemos nada y eso está matandome.
— ¡Dios santo! —exclame con desesperación.— ¡Si te trata así es porque realmente no son nada, debes mantenerte al margen desde ahora si no quieres parecer una rogona!
La cara de Jessie al escucharme cambió, su expresión de tristeza y dolor se había ido, ahora mantenía una expresión dura y firme.
Se acercó a mí y me abrazo. Odié que lo hiciera, pero no hice nada por separarla, me dio un apretón y se separó de mí después de unos segundos.
— Al fin lo he comprendido. —dijo en voz baja, me mostró una pequeña sonrisa, que se veía que era forzada.— Gracias por tus consejos, Victoria.
— No hay problema. —sonreí por un segundo.
— Bien. —asintió.— Debo irme, después nos vemos. —me dio un beso en la mejilla y se dirigió a la puerta. En poco tiempo abandonó mi habitación.
Fue un poco complicado hacerla entender, pero al final lo entendió y eso me alegra un poco, que la mujer se valore a sí misma me encanta, apenas tengo dieciséis años, pero me siento como toda una adulta.
Hasta ahora voy entendiendo porque las personas dicen que tengo mucha cabeza. Se refieren a mis pensamientos tan abiertos y ciertos.
Me recosté en el sofá mediano y disfrute la vista a través de mi ventana. ¿Que estaba mirando?
Bueno, Ryan estaba sin camisa en la ventana de su habitación. No voy a decir que me tiene completamente loca, pero su cuerpo está de diez, para su edad creo que está muy bien cuidado, está en excelente forma física.
Después de un rato de estar viéndolo, él miró hasta dónde estaba. No sé si me vio, pero podría jurar que si, ya que sonrió. Sonrió como si le gustará que lo estuviera viendo. Me levanté de golpe al ver que estaba saltándose la ventana.
Luego se saltó la cerca que divide los terrenos y por último comenzó a caminar hacia mi ventana. ¿A caso iba a venir?
— Hey. —dijo al estar frente a esta. Como acto final salto mi ventana quedando dentro de la habitación.
— ¡Demonios! —exclame caminando hacia él.
Entonces fue cuando me debilite.
Al estar frente a él mi corazón comenzó a latir a mil, mis manos empezaron a sudar y mis piernas se hicieron gelatina. Sentía como si me hubiesen inyectado algo que me debilitará por completo. El rico olor de su colonia invadió mi nariz, mientras que su perfecta figura varonil captó toda mi atención.
Si de lejos se veía genial sin camisa, ahora se veía lo triple de genial, anoche lo vi así, pero no con tanta claridad. Dios, el tan sólo pensar que dormí con él y no tenía camisa; me invaden muchas sensaciones insoportables.
— ¿Te sentiste mal al despertar y no estar contigo esta mañana? —su voz me contrajo a la realidad.
Su tono fue tan egocéntrico que todas las sensaciones abandonaron mi cuerpo.
Nuevamente; había sido un idiota.

La Chica Indicada ✔️ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora