19.

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Me levanté buscando a Ryan en mi cama, pero él no estaba ahí, así que tuve que arreglarme para ir al instituto. Hoy llevaría una coleta alta, dejando un mechón de cabello de cada lado de mi cara, el uniforme de física que consiste en: una falda azul marino y una camisa blanda con el logo de la escuela, junto a unos tenis blancos. Tome mi mochila de la cama y salí de la habitación dejando todo con llave, mamá y Octavio no han llegado, no se cuando llegaran ya para quedarse, la verdad comienzo a extrañarlos.
Tenía la esperanza de que Ryan pudiera llevarme al instituto, pero creo que esta vez me tocará ir caminando. Salí del terreno y mis ojos viajaron a la casa de él.
Afuera estaba un auto blanco, parecía haber sido lavado recientemente, porque brillaba mucho y más con el sol. Camine por la banqueta y así fue cómo me di cuenta de quienes estaban en el auto. Era el auto de Jessie, ella estaba besándose con Ryan.
Me pare en seco y no dije nada.
El corazón se me hundió en el pecho, sentí un fuerte dolor que casi me hacía llorar, pero lo contuve. No lo haría, mis pensamientos viajaron a lo que pasó hace unas horas, Ryan preguntándome si íbamos a intentarlo. Nuestro beso, sus palabras, las mías.. todo.
¿Acaso todo había sido un juego para él?
¿Por qué quiso que lo intentaramos si haría esto?
Sentía coraje, dolor y enojo, estaba sintiendo unas inmensas ganas de llorar, pero también de golpear algo. La vista se me nublo ante lágrimas que comenzaban a juntarse en mis ojos, talle mis dedos en estos y evite llorar de coraje. Decidí seguir caminando como si no hubiera visto nada, hasta que pase por un lado de ellos:
- Buenos días. -saludé sin dejar de caminar.
Lo último que ví fue que se separaron, pero no me importo y cruce la calle, seguí mi camino por la banqueta del otro lado. Quería distraerme con otra cosa, pero no sabía con que, no quería estar pensando en que Ryan me vió la cara de tonta. Por eso es que tampoco quería hacerle caso a sus palabras, porque yo sabía que me haría una de sus estupideces.
¡Maldición!
Pero también ahí voy de tonta anoche diciéndole que si lo intentaremos. Juro que lo mandaré a la mierda cuando me busqué.

(...)

Cuando llegue al instituto, lo primero que ví fue a Gris, ella y su uniforme reluciente como siempre, sus rizos caían alrededor de su cara haciendo notar con más gravedad el color de sus ojos. Ella me miró y sonrió de lado.
- ¡Hey, Vickie! -me saludó parando en seco. Seguí caminando hasta el portón dónde estaba ella y seguimos el paso juntas.
- Buenos días, Gris. -saludé tratando de mostrar mi mejor sonrisa, pero claro. Era inútil hacerlo.
Aún así sonriera o fingiera que estaba feliz no podía engañarme a mí misma.
¿Qué estás haciendo mal, Victoria?
Me pregunté mentalmente.
- Buenos días. -entramos al instituto y enseguida los gritos de los demás alumnos invadieron mis oídos.- ¿Cómo amaneciste?
- Más buena. -bromee.
- Tonta. -eso la hizo reír.- Habló de tu estado.
- Ah, bien. -contesté echando hacia atrás de mi hombro la mochila.
- Me alegra. -dice mientras nos sentamos en una banca.- ¿Y qué planes tienes para este fin de semana? -pregunta haciendo su cabello hacia atrás.
Dios, amo su cabello.
- Hasta el momento.. -pauso y trago.- Ninguno. -confienso pasando mis manos por la cara.
Es vergonzoso que alguien como yo no tenga planes para un simple fin de semana. Una chica tan agradable y linda como yo debería tener invitaciones para salir a morir.
- Se nota lo aburrida que eres, eh. -comenta cruzando las piernas.- Pero eso no importa ahorita. El sábado celebrarán el cumpleaños de mi hermano..
- ¿Y? -la interrumpo causando que ruede los ojos de mala manera.
- Y quiero que vayas. -soltó provocando que junte mis cejas en disgusto.- Pasa que sus amigos son unos ñoños y no quiero estar sola cuando estén todos. ¿Entiendes?
- Si. -asiento con la cabeza.- Pero no. -esta vez niego.- Ese es problema tuyo, no mío.
- ¿Enserio te estás negando? -pregunta indignada, yo vuelvo a asentir.- Si no quieres ir, al menos déjame dormir contigo esa noche. -insiste.
Sería una buena idea hacer una tipo pijamada con Gris, ya que es un poco parecida a mí, pero en estos momentos no puedo pensar en algo divertido.
- Lo siento. -me disculpo.- Pero no puedo.
- Al cabo que ni quería dormir en tu cochina cama. -saco la lengua de manera infantil y me volteo la cara.
Eso me hizo reír por un momento.
- Es hora de ir a nuestros salones. -murmure parándome.
La chicharra sonó por todo el instituto y enseguida los alumnos comenzaron a correr por todos lados en busca de sus salones.
- Nos vemos en el receso. -Gris me dió un beso rápido en la mejilla y corrio hacia donde quedaba su salón.
Yo por mi parte sólo me gire y entre al mío, estábamos sentadas en la banca que está afuera de mi salón. Esta vez no debía correr ni empujar a alguien para llegar primero. Me senté en el mismo cubículo de siempre y saque mis cosas, después de eso me enfoque en el pizarrón. No estaba nada escrito en el, pero fue el punto de vista perfecto para envolverme en mis problemas.
Deberías ser siempre como eres en las noches. Tranquila, linda y tierna.
Sus palabras vinieron a mi cabeza, había podido escuchar su potente voz. Incluso, sentí la misma sensación de hace unas horas. Las palabras de Ryan me había hecho sentir lindo, pero después de haberlo visto besándose con Jessie siento un gran resentimiento hacia él. Sabía que me haría algo así, pero aún así quise intentar confíar en el, la verdad fui una tonta por creer por un momento que no lo arruinaría.
Pero que va, al segundo día mando todo a la misma mierda de antes. O no, hizo las cosas peores que antes.

La Chica Indicada ✔️ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora