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Un día después volvieron a Ciudad de México, Val, Juliana y Luna. Lupe regresaría en unos días, Valentina enviaría a Gloria con el chofer para buscarla, Eventualmente durante el trayecto Juliana pudo manejar el carro de batman, fueron más de diez minutos para su gusto y para gusto de Val que aprovechó los casi 90 minutos para dormir. Fueron directo a la Mansión Carvajal, solo estaba Elena, las gemelas estaban en el gimnasio y el Nono en una de las fundaciones.

―Aquí esta bien? ― Dijo Juliana referente a estacionar el auto en la mitad de las caminerias

―Si! no importa, dejamos la llave si necesitan moverlo, lo hacen

―Val.. Segura que quieres hacer esto

―Que si te dije ya, mi madre está contenta de tenerte en casa y quiero que sepan de una vez que nos vamos a casar y que tendremos hijos.

―Pero bueno Val, tu no quieres que tu madre me agarre cariño

―Cómo hacemos, si yo quiero casarnos y tú quieres hijos

―Es como mucho todo esto, de verdad

―No se te ocurra arrepentirte― le dijo Val, tomándola de la mano y caminando mientras llevaba cargada a Luna

Apenas entraron Silvina el ama de llaves las recibió con un cálido abrazo. ―Hola Chivis, como estas?, creo que ya conoces a Juliana verdad? Y esta gordita que quiere bajarse es Luna nuestra hija.

―Hola mi niña― todavía le decía así era imposible cambiarle el adjetivo, Silvina había sido la nana de todas y para ella seguían siendo unas niñas. ―Si claro! hola Juliana, bienvenidas, preparé un postre delicioso que les va a encantar­―

―Ummm Postre― sonriendo susurro bajito Juliana mientras agarraba a Luna para tranquilizarla un momento.

―Algún Carvajal en la casa?

―Hija! Que sorpresa tan grata ― saliendo de las habitaciones y bajando las escaleras ― Valentina no sabía que venias hoy, tienes varios días sin comunicarte con nosotros, pensé estabas de guardia.

―Hola madre. Estaba fuera de la ciudad. No necesito permiso para venir verdad? ― Dándole un abrazo y caminando hacia el salón―

―Hola Juliana, gusto verte y tenerte de nuevo en casa. Le dio un abrazo ―Puedo? ― pidiendo cargar a Luna.

Juliana se encogió de hombros y Luna le estiró los bracitos a Elena ―Vendida, traidora... bueno tu corazón no sabe de cosas malas... solo de no dejarme dormir― pensó Juliana.

―Gracias Señora, todo bien y usted cómo está?

―Luna estas inmensa, cuanto has crecido desde la boda de Ivanna, estas bellísima, se pusieron de acuerdo para vestir igual? ―Aludiendo al mismo color de ropa que traían puesta las tres, Jeans claros y camisas blancas aunque Luna traía una tshirt con motivos de bailarina.

―Algo así― admitió Juliana tomando de la mano a luna para darle su chupete.

―Madre quisiera comentarte algo, pero también quisiera que estuvieran todos, el Nono y mis hermanas.

―Bueno solo estoy yo hija, aunque sino te urge y quieres esperar, me gustaría que pasaras la tarde acá conmigo

Tomándole la mano a Juliana, decidió soltar la noticia de una vez, pues ni modo la iría contado a medida que viera a su familia. Val quería relajar la tensión entre las tres y aunque no necesitara su permiso, poder abrirle su corazón a su madre le iba a dar alivio a las tres.

―Le he pedido matrimonio a Juliana, y me dijo que sí― dijo sonriendo y mirando a su inspectora mientras se acariciaban la mano.

Elena que jugueteaba con Luna, intuía lo que tenía que decirle su hija pero oírlo así de un sopetón no dejaba de emocionarla y sorprenderla. Se le cayó la muñeca que traía Luna y volvió la mirada hacia su hija, la vio sonreír, con los ojos azules, más celestes que nunca, como un cielo despejado y las mejillas un poco sonrojadas. Sonrió de vuelta y alternando la mirada entre Valentina y Juliana ―Felicidades!!!, es una sorpresa pero una sorpresa esperada, no imagino a Valentina con otra persona que no seas tú Juliana, de verdad bienvenida a la familia― cuando iba a ponerse de pie se oyó el escándalo que solían traer consigo las gemelas cada vez que llegaban a casa.

Si yo no te tengo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora