Capítulo 29

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- Esto no es justo. - murmuró Macarena.

- No quiero pelear contigo, Macarena.

Cada vez que Barbara decía su nombre, Macarena sentía que su pecho se apretaba. Ella no quería ser solo Macarena, quería ser Macarena de Bárbara, su amor. Demonios, se estaba rindiendo de inmediato. No podía soportar más el miedo. Pero estaba aterrorizada como la primera vez. Y esa mujer la miraba con tanta intensidad.

Macarena sentía que podría desmayarse.

- ¿que quieres, entonces?

No debería haber preguntado eso, lo sabía. Sabía que lo haría más difícil, porque Barbara quería exactamente lo mismo que ella; pero las palabras salieron de su boca sin control. Maldita sea su corazón ... Desesperado por Bárbara cada segundo. Quería ser racional, mantener a salvo a la mujer, pero no quería dejarla ir.

- Sabes lo que quiero. Dejé muy claro lo que quiero. Pero puedo repetirlo tantas veces como quieras.

- No. No debería haberte preguntado.

Barbara suspiró. Se acercó a Macarena y tomó su mano, necesitaba tocarla de alguna manera, estar cerca, sentir la piel suave. Lo necesitaba. Era como una droga.

- preguntaste. Y te lo diré.

Macarena trató de soltar la mano de Bárbara, porque ese toque ardía, llegando directamente a su corazón, como una ola de amor y calma. Ella no podía darse por vencida. Pero cada vez era más difícil resistirse.

- Te quiero, Macarena. De cualquier manera.

Impulsada por el nerviosismo y un poco de rabia consigo misma, Macarena se levantó de la cama. Bárbara la siguió, de pie delante de ella. Los cuerpos casi chocaron con el movimiento. La intensidad fue suficiente para que Macarena perdiera la fuerza de sus piernas.

- ¿No entiendes que estoy tratando de protegerte?

Fue insoportable.

Barbara tomó a Macarena por los hombros, resistiendo el impulso de sacudir a la mujer; no era posible que ella no entendiera la situación como un todo.

- ¿No entiendes que no me importa? No quiero saber sobre tu ex, quienquiera que sea, te quiero. Nos quiero, Macarena. Hago lo que quieras, pero no huyas de mí. No quiero saber sobre Graziela, sobre Pamela, quien quiera que sea, solo quiero saber sobre ti, Macarena. Te amo.

Las lágrimas brotaron de los ojos de Macarena, suavemente, besando su piel suavemente.

- Deja de hacer las cosas difíciles.

Ella no debería estar haciendo nada de eso, no era su plan; ella estaba presionando a Macarena porque ya no aguantaba más. Necesitaba recuperar el control, no quería pelear, no quería alejar a Macarena. Solo quería ir a casa con ella. Demonios, no podría ser tan difícil. Estaba escrito en esos ojos azules que solo un poco más de afecto ...

- ¿No puedes entender que te quiero a salvo?

- ¿Y para eso necesitas huir de mí?

- Será mejor. Serás feliz

- No quiero ser feliz sin ti.

Pero Bárbara quería que Macarena regresara por querer. No por ella. Si volviera, sería para Macarena. Y no fue presionando a la mujer que ella lograría esto. Respiró hondo. Necesitaba dejar de actuar como una adolescente imprudente y apasionada.

- Detente, por favor. No digas esas cosas.

Barbara suspiró, tratando de ocultar su frustración.

El mar de tu mirada | Barbarena I Terminada I EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora