Capítulo 72

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En la primera semana en su departamento con Macarena, Bárbara no podía decir que estaba teniendo la vida más fácil. Pero tampoco más difícil. De hecho, tener a Macarena cerca era casi una bendición, siempre se divertían juntas. Pero tenerla cerca y no de la manera que quería era insoportable. Ver esa boca y aún no poder escuchar el sonido de su dulce y melodiosa voz ... Tortura. Todo en Macarena la volvía loca. No podía dejar de pensar y soñar. Y cuanto más pensaba, más soñaba, y cuanto más soñaba ... más quería.

No se volvieron a besar durante los días que pasaron, pero la atracción y la voluntad eran innegables. Cada vez que se acostaban en el sofá, cocinaban juntas, hablaban. Regresó a ser casi rutinario, lo que aterrorizaba a Bárbara. Crear una rutina con Macarena era el primer paso para traerla de regreso a su vida. Y no estaba segura que era lo que faltaba para eso.

Pero todos los días pensaba en ello, ¿que podría faltar?.

Tal vez valentía.

Llegó a la sala de su departamento para encontrar a Macarena durmiendo en el sofá, la televisión estaba encendida y ella podría haber jurado que escuchaba el zumbido un poco más fuerte de lo habitual. Eran casi como fuertes ¿susurros? No lo supo identificar. Lo que si quería volver a escuchar, era la voz de Macarena.

La lucha entre la razón y la emoción nunca había sido más intensa.

Se acercó a la dueña de su corazón y la despertó lo más gentilmente posible, ignorando sus instintos e impulsos que querían llenarla de besos. Macarena abrió los ojos con dificultad y, como siempre, sonrió al ver a Bárbara; esa maldita sonrisa la desmanteló por completo.

- Hey .

Bárbara la escuchó.

Muy lejos, en el fondo, como si fuera la televisión a bajo volumen a tres cuartos de distancia; No pudo identificarlo por completo, pero estaba consciente del sonido. Al sonar en sus oídos, se sintió como magia.

Cuando los ojos de la morena se abrieron, Macarena se sentó en el sofá con una velocidad impresionante.

- ¿Qué?

- Habla de nuevo, por favor.

- ¿Como, que pasa?

Bárbara casi lo escuchó con claridad.

- Estoy escuchando. Un poco.

Macarena arrastró a Bárbara al sofá con ella, emocionada como si fuera Noche buena.

- ¿Eso quiere decir que ya puedes oirme!

- Un poco lejos, No se como explicarlo. Pero ... si puedo oír un poco.

- ¡Oh mi amor que excelente noticia! - La emoción era tan evidente que la mujer tomó a Bárbara por la cara. - Si hablo un poco más alto, ¿me oyes por completo?

El brillo en los ojos de Bárbara hizo que Macarena quisiera llorar.

- Si.

Macarena intentó, en todos los sentidos, que Bárbara la escuchara en los minutos que pasaban. Habló tan alto como pudo, y mantuvo una distancia para que la morena pudiera leer sus labios. Mientras hacía la prueba, se acercaron al sofá.

- ¿Me escuchas? ¿Que quieres que te diga?

- Cualquier cosa.

La ansiedad de Bárbara era completamente explicable.

Solo necesitaba un poco más.

Cuando Macarena empezó a decir tonterías sobre la última sesión de fotos que había hecho, Bárbara suspiró. Escuchaba muy lejos, pero era mejor que no escuchar nada y aún mejor que el maldito silencio.

El mar de tu mirada | Barbarena I Terminada I EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora