cuarenta

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Daishinkan escuchó con atención y discretamente miro tras él a Whis. Ella le habló directamente, sin temor,pero con dolor. Le habló mirándolo a los ojos como si el fuera cualquiera y lo hizo con la honestidad de su corazón. Cada palabra estaba cargada de un profundo sentimiento. Era ella una persona amorosa, comprensiva,dulce,ingenua; adorable como decía Whis. Era fácil quererla,era fácil también llevarla al borde de sus sentimientos,esos que ellos exploraban tan poco y para los que Daishinkan pensaba,con buenos argumentos,que ellos no estaban capacitados para afrontar. Ya se lo había dicho a Whis antes:

"¿Tienes miedo de no verla más? Multiplica ese mido por mil y no estarás cerca de saber lo que se siente experimentar la muerte, que es el definitivo "nunca más".

Camino hacia la muchacha y le hizo una simple declaración asegurándose de que sólo ella escuchara. Aquellas palabras enfriaron el rostro de Sen y la dejaron algo consternada.

-nos volveremos a ver muy pronto,señorita-le dijo antes de desaparecer y que Whis lo alcanzará.

El ángel quedo de pie frente a Sen que parecía perdida en sus pensamientos. Tardó un momento en soltar esa caja de tomates y arrojarse a los brazos de Whis quien la recibió amoroso. El padre de la muchacha se retiró en silencio para dejarlos a solas.

La muchacha no lloraba,pero se quedó aferrada a la cintura del ángel tanto tiempo como quizo y él se lo permitió. Whis le acariciaba el cabello con paciencia mientras recordaba las palabras que le dijo ella a su padre y tras una larga rato le dijo:

-creo que nadie lo hubiera podido exponer mejor-Sen se apartó para verlo a la cara -el amor está lejos de ser felicidad nada más... desata demasiadas cosas,ahora lo sé. Es curioso que los mortales estén mejor preparados para afrontarlo que nosostros...

-eso no es cierto,los humanos casi siempre metemos la pata en el amor-le dijo Sen-mi madre dice que el amor es el castigo de los dioses...

-no,no lo es...es un privilegio-le dijo Whis y le envolvió el rostro con sus manos para besarla-¿qué le dijo mi padre al final?-le pregunto después.

-que tenías algo que decirme...-le respondío ella.

-si...hay muchas cosas que quiero decirte-le dijo Whis de una forma muy peculiar-pero será después, ahora volvamos con los demás-le dijo y la tomo de la mano,al tiempo que con su cetro se llevaba la caja con los tomates que ella había ido a recoger.

La fiesta continuó como si nada hubiera pasado y al anochecer toda se retiraron. También Whis,aunque este prometió volver más tarde si Bills no tenía objeción y el dios estaba tan satisfecho que no la tuvo. Antes de que el ángel partiera,vio a Sen hablando con su padre y este se veía muy serío. No quizo intervenir y se marchó.

La charla con su padre fue para Sen algo bastante especial. No le dijo gran cosa y resumió todo en una sola frace:

-eres capaz de vivir la vida que escojas,por más singular que sea. No tengas miedo-le dijo e hizo algo que para Sen fue nuevo. Le beso la frente.

Su padre era un hombre duro y conciso,poco afectivo y algo rudo en muchas ocasiones,por eso aquello la desconcertó un poco,pero bueno habían pasado tantas cosas ese día que Sen traía un tornado en la cabeza. Al fin cuando tuvo tiempo para ella misma,fue capaz de reflexionar respecto a todo eso. Envuelta en una toalla se peinaba el cabello sentada en el borde de la cama. Era curioso que estando mojado,su cabello  se viera más largo,pero una vez se secaba sus rizos volvían a la indomable realidad. Se peinaba pensando y pensando en cuanto ella cambio desde que Whis apareció en su vida. Cuantas cosas mutaron o salieron a flote con la presencia de ese ángel en su vida. Aquello que al principio penso una ironía de la vida,ahora le era algo semejante a una recompensa,no era algo mejor que eso. Mucho más sublime e importante. Nunca pensó tener el coraje para hablarle a un ser como el padre de Whis,pero lo hizo y eso la hacia sonreír pero dió un grito de espanto cuando sintió un beso en su hombro. En auto reflejo golpeó atrás con el secador de cabello y así se encontró con Whis que,de rodillas,sobre la cama la miraba con una sonrisa traviesa y el secador colgandole del hombro.

-me asustaste-le dijo Sen en reclamó.

-ya lo note -dijo riendo de esa forma que solía hacerlo.

No la dejó responderle y la tomo del brazo para llevarla hacia él. Se dejo caer en la cama con ella encima y la abrazo con fuerza para luego quedarse así,con ella entre los brazos. Podía haber pasado una noche juntos,pero eso no le quitó a Sen toda la timidez y pues estar sólo con una toalla sobre él la tenía algo cohibida,mas aquello desapareció cuando él le hizo una pregunta:

-Sen...¿quieres casarte conmigo?

Casarse si,eso era lo que Whis quería,mas esa propuesta estaba lejos de ser una "propuesta mortal". Whis entendió aquello de las bodas como poner los compromisos tácitos de una relación amorosa a la vista mediante una ceremonia,mas lo que él le explicaba a la muchacha sonaba de algún modo bastante distinto a lo habitual y por supuesto tenía un propósito que cuando Sen escuchó no pudo evitar llorar. Si,talvez nunca más volverían a verse,por eso él quería con ella formar un vínculo a la posteridad. No,no quería atarla a él,sólo dejar testimonio de su amor a los ojos de quien quiera ver. Compartir aquello como una declaración de guerra a los prejuicios y a todo eso que se levantó contra ellos sólo por ser quienes eran.

Ella no es digna de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora