cuarenta y seis

666 94 18
                                    

Caminaban rumbo a la casa de los padre de Sen tomados de la mano en silencio. Ella tenía buen ánimo. Llevaba puesto un vestido sencillo de color violeta y llevaba un bolso color azul donde metía la mano de tanto en tanto para sacar unos caramelos. Whis la miraba a ratos y le sonreía.

-estás nervioso-le dijo.

-de ninguna manera-le dijo apartando un poco la mirada.

-no mientas-rio Sen-estas nervioso.

-bueno porque no se pone un momento en mis zapatos-le dijo Whis.

-me cuesta creer que le temas más a mi padre que al tuyo-le dijo la muchacha y sin soltar la mano del ángel se le cruzó en el camino-no te puede hacer nada Whis...

-yo no estaría tan seguro-le dijo el ángel y la tomo por la cintura para sentarla sobre el cerco de piedra.

Sentada allí quedaba a su estatura y la miró a los ojos mientras cruzaba los brazos sobre el regazo de la muchacha.

-¿y si mejor nos quedamos aquí y tenemos un día de campo?-le pregunto amorosamente.

-¿y si nos damos prisa porque nos están esperando?-le dijo ella con una tierna sonrisa.

Whis iba a responderle cuando una camioneta paro junto a ellos. El cristal de la ventana del conductor bajo y la austera fachada de Kuro quedó al descubierto.

-suban-les dijo y subieron sin protestar.

Sen se sentó adelante con su padre y Whis en el asiento trasero,casi hecho bolita debido al poco espacio y a su estatura. El hombre hablaba con Sen nada más y al ángel lo miraba atraves del lente retrovisor a ratos.

-¡qué estrechez!-pensaba Whis y no se refería precisamente al espacio.

Llegado a la casa donde los estaban esperando con un delicioso almuerzo. Sen le dijo a su familia que ella y Whis debían comunicarles algo importante. Aquello género muchas ideas en los hermanos de la muchacha y mientras ella y Whis estaban sentados en el sofá,toda la familia estaba en frente esperando a que dijeran lo que debían decir. El ángel del universo siete,el que siempre tenía la palabra precisa;en esa casa no tenía idea de que decir.

-Sen ¿es cierto que estás embarazada?-le pregunto uno de sus hermanos logrando que la sangre se le fuera de golpe a la cabeza.

Ambos quedaron con el rostro semejante a una manzana y cuando los ojos de Kuro se pasaron en Whis,este sintió que de alguna forma se estaba encogiendo.

-y bien joven-dijo el hombre con esa voz grave,gruesa;pesada-¿qué es lo que nos tienen que contar?

Todos se inclinaron hacia delante esperando la respuesta que tardó un minuto en salir de boca de Whis quien con entereza tomo la mano de Sen,para decir:

-su hija y yo nos casamos hace unos días.

Aquello tomo por sorpresa a todos los presentes y recibieron algunos cuestionamientos,mas a medida de que Whis explicaba como fueron sucediendo las cosas,todos entendieron el porque de aquella ceremonia que se alejaba de lo convencional, pero que no tenía menos significado.

-bueno ya está hecho-exclamó la madre de Sen con las mano en las caderas-ven acá querido yerno y bienvenido a la familia...

Whis pensó que le estrecharia la mano,pero en lugar de eso término medio estrujado entre los brazos de la señora de la casa. Después toda una lluvia de abrazos. En su vida no lo habían tocado tanto,mas cuando llegó el turno de su,ahora,suegro este le extendió la mano y Whis la estrecho. Dos palmaditas en el hombro y un susurro:

-asi seas un ángel,sino eres digno de mi hija te mato-le dijo.

-si por mi causa ella derrama una lágrima ajena a la felicidad,le juro que me quedaré quieto para que me dé el golpe final-le respondío Whis.

Kuro asintió con la cabeza y luego llamó a todos para organizar una fiesta en honor de los recién casados. Una celebración llena de musica y buena comida a la que llegaron los vecinos también. Una jornada feliz para todos. Whis y Sen debieron bailar un vals,luego ella bailó con su padre quien le dijo unas breves,pero hermosas palabras que le sacaron lágrimas a la muchacha. Aquella frase la atesoraria por siempre. Las hermanas de Sen le improvisaron un ramo de flores para que ella lo arrojará a las solteras. Todo fue muy grato y aquel hombre de duro carácter, reía dichoso mientras hablaba con Whis en una mesa a la que después llamo a Sen para charlar despreocupadamente los tres.

Fue esa la última vez que Whis y Sen vieron a Kuro con vida. Unas semanas después,una mañana,la muchacha recibía la peor de las noticias: su padre había muerto. Estaba en casa cuando le dió un ataque cardíaco fulminante y falleció. De dolor su estómago se acalambro y ella cayó sobre sus rodillas con el rostro inundando en llanto,mientras Haru trataba de contenerla sin saber que pasaba.

Un túmulo entre túmulos. Una sencilla tumba para un hombre como tantos otros. Su familia de negro como fantasmas en ronda entorno al último descanso del pilar que los sostuvo a todos hasta su último aliento. Whis no estaba con Sen en ese duro momento. Había salido con el dios de la destrucción muy lejos y tardaría en volver. Ella no se quejó y afrontó aquello sola,pero con el consuelo de tener un amor que no reemplazaba al de su padre,pero que era igual de profundo y extenso. Fue de las últimas en retirarse,le costo más soltar la invisible cuerda que la sujetaba a él,pero tenía que hacerlo. Ya no veia a causa de las lágrimas que no dejaban de brotar de sus ojos  marrones que estaban desbordando una vida entera de recuerdos que pasaban por su cabeza y aceptando ese definitivo "nunca más" . Ceremoniosamente se dió la vuelta para dejar atrás el último lecho de su padre,para encontrarse con Whis.

El ángel estaba ahi,de pie,frio e enhiesto. Casi parecía indiferente  a su dolor,mas abrió sus brazos para recibirla sonriente y ella se lanzó a ellos sin vacilar. No le dijo absolutamente nada,solo la abrazo con fuerza y respiro profundo en su hombro...

"No le des al mundo lo que te pida,Sen. Dale al mindo lo mejor de tí sin dejar de vivir tu propia vida"

Kuro.

Ella no es digna de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora