veintiocho

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Pasó una semana en la que Whis no pudo visitar a Sen,pero la llamaba a diario. La extrañaba bastante y si hubiera podido hacerlo,se hubiera pasado el día entero hablando con ella,pero tenía un díos muy demandante al que cuidar. La muchacha le hablaba al llegar a casa después del trabajo. Estaba más alegré, más dispuesta a hablar también.

El cambio de Sen fue notorio para todos los que la conocían. Se sonreía y ya no usaba ni la sudadera,ni los lentes. Su ropa dejo de ser sólo negra y sus ojos tenían una luz muy especial. Haru fue el primero en saber el motivo de eso,mas no habían tenido la oportunidad de hablar al respecto. Esa tarde cuando le muchacha volvió de su última entrega consiguió un instante para charlar con ella.

-te ha hecho bien ese muchacho-le comento Haru.

Sen al principio no comprendió, pero al hacerlo se sonrió.

-si...-murmuró mientras se sentaba en la motocicleta con la mirada en el piso.

-ya no viene por acá y tu actitud es bastante distinta,imágene que estas saliendo con él-le señaló Haru tratando de indagar.

-somos novios-declaro la muchacha como pensando.

-¡¿qué?! ¡¿desde cuándo?! ¡Cuenta!...¡cuenta!-le dijo mientras se sentaba sobre una caja de tomates vacía.

-bueno...No hay mucho que decir-declaro y le contó.

Se guardo algunos detalles,pero le contó la historia brevemente. Claro que Haru no era el único que escuchaba la historia. Detrás de la torre de cajas de madera estaba la chica que siempre molestaba a Sen,aún que en el último tiempo había estado muy tranquila.

Su nombre no importa. Basta con decir que era una persona envidiosa. Era muy guapa,pero eso no le traía felicidad alguna,al contrario parecía que con ese atributo lograba sólo espantar a las personas en lugar de atraerlas. No le agradaba Sen porque todos eran amables con ella y porque la muchacha,pese a toda se veía tranquila y últimamente feliz. Llevaba tiempo queriendo fastidiarla, pero no sabía cómo. Mientras escuchaba la charla de Haru y Sen se le ocurrió una forma para lograrlo,sólo fue a la cocina por un líquido que usaban para quitar el sarro de los lavado y aprovechando que la motocicleta personal de la muchacha estaba sola,impregnó el interior del casco con aquel químico. 

-me alegra saber que encontraste alguien digno de tí-le dijo Haru.

-creo que la afortunada soy yo... Whis esta por encima de muchas cosas. Me cuesta creer que se fijara en alguien como yo...

-¿y por qué no lo haría? Tienes un enorme corazón y estas llena de amor,curiosidad y sobretodo, eres capaz de aceptar a las personas tal y como son-le dijo Haru-eres una buena persona a diferencia de otras...

El jefe de reparto veía con atención su celular y sin dar muchos detalles del motivo le pidió a Sen que se quedará a limpiar la cocina,pues estaban algo cortos de personal. La muchacha aceptó y entró al edificio sin enterarse de lo que Haru vio atraves de las cámaras que transmitían directo a su teléfono. Del casco le tocó deshacer y de la empleada problemática también. No quiso decirle algo a Sen para no arruinar su ánimo,le tenía un afecto muy grande a la muchacha.

Limpiar la cocina hizo que Sen saliera más tarde,pero no se quejó y con una sonrisa se despidió de Haru. Como no encontro su casco tuvo que dejar la motocicleta allí e irse a pie,no había avanzado mucho cuando se encontró con un muchacho similar a Whis que estaba de pie sobre el barandal que separaba la acera de la calle. Se le quedó viendo sin disimular su curiosidad y al pasar a su lado este le habló:

-buenas tardes-le dijo-¿es usted la señorita Sen?

-buenas tardes-le  respondío la muchacha-sí,soy yo...

En él no vio ese gesto inconciente del rechazo,pero esas violetas pupilas se lo transmitieron. Un rechazo frío y absoluto que la hicieron dar medio pasó hacia atrás.

-gusto de conocerla,yo soy el gran sacerdote y el padre de Whis.

Al oír la palabra "padre" la hizo levantar una ceja. Aquel individuo parecía un muchachito de unos 14 años,tenia más sentido que Whis fuera padre de él,pero bueno ellos no eran humanos así que...

-el gusto es mío-le dijo al cabo de un rato y con mucha timidez.

Un vistazo le bastó al gran sacerdote para saber que clase de persona era y como hablarle.

-según tengo entendido,hace poco usted y mi hijo iniciaron una relación amorosa. Bueno he venido porque quiero que termine con eso a la brevedad posible-le dijo el gran sacerdote.

Sen lo miro con la pregunta "¿por qué?" En las pupilas.

-creo que no hace falta que le expliqué los motivos,imagino que tiene usted la inteligencia suficiente para entender todo lo que los separa-continuo Daishinkan-el tiempo por ejemplo...usted envejecera mientras que Whis se verá igual siempre,en su siempre que en la magna vida de mi hijo es sólo un abrir y cerrar de ojos. Su naturaleza la hace más una mascota que una amante ¿entiende? Los ángeles vivimos para siempre y podemos tener cualquier cosa que queramos sin demasiado esfuerzo...claro está que los mortales no son la excepción. Su atracción por usted  se basa en lo peculiar que es y no me refiero a una singularidad especial...sino al conjunto de rasgos que la componen. Su aspecto tan... corriente y que se aleja de la estética que los humanos reconocen;su noble, pero blindado corazón y esa ingenuidad encantadora. Características peculiares en una sola persona,pero nada más ¿lo entiende?

Sen no sabía que decir. De ser otra persona le hubiera ignorado, pero ese ser estaba muy por encima de cualquier persona y sus palabras disminuian más, humillaban más, dolían más. Sen nunca supo de donde saco la entereza para no llorar delante de él. Se quedó de pie allí escuchando en silencio,uno que amplificada el poder de esas palabras y que iban devastando su interior.

-ademas no sé bien,para su cargo, que se relacione con usted o cualquiera otra persona,por favor no lo tomé como algo personal-término de decir el gran sacerdote.

-¿por qué...por qué no le ha dicho esto a él?-le pregunto tímidamente.

-se lo dije,pero está demasiado encaprichado con usted como para oír razones. Además,como le dije antes,usted es más una mascota que otra cosa y por tanto lo que más le importa es como él se siente con usted a como usted lo hace con él.

Sen no volvió a hablar y escuchó otras razones sin cuestionar. Al terminar su monólogo y viendo en esos ojos el éxito de sus palabras,Daishinkan se retiró. Varias eran las razones que tenía para desaprobar la relación de su hijo con esa humana vulgar. Desde las más válidas a las que no se alejaban de las ideas de cualquier padre,sólo que Daishinkan no estaba habituado a que no se hiciera su voluntad.

Sen camino a casa alicaida oyendo las palabras del gran sacerdote una y otra vez en su cabeza. Llevaba la mirada en el suelo,por eso no fue hasta que  estuvo a punto de cruzar la calle que vio a Whis sentado en el pórtico de su casa. Fue cuando el llanto contenido de su charla con. El gran sacerdote,si es que a eso se le puede llamar charla,escapo de sus ojos. Le hubiera gustado salir corriendo, pero huir de Whis no era algo que pudiera hacer. Cruzó la calle y fue hasta él que se puso de pie para recibirla con un abrazo fuerte y envolvente. Siempre hacia eso,pero ahora su rostro estaba más serio de lo habitual.

-lo siento...-le dijo Whis- nada de lo que dijo mi padre es verdad...

Ella no es digna de tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora