Silhouette no conocía a otros Dioses o Diablos, su conocimiento siendo corto y sólo sabiendo de sus padres. Sabía que había más, sus padres se lo habían confirmado, pero no conocía ninguno ya fuese por nombre o apariencia; sus padres eran herméticos con ese tema y le decían que aún no era momento para que los conociera.
Pero no podía evitar ser un poco curiosa, más cuando un Dios había llegado para ver a sus padres. Sabía que no debía desobedecer a sus padres, menos a su tío Wodahs, pero en verdad quería conocer a alguien más; Cómo era ese Dios, de dónde, su mundo y sus ángeles. ¿Era su mundo tan bello como el de ella? ¿Los habitantes tan amigables? ¿Estaban en paz o tenían unas cuantas diferencias con otras personas?
Estaba mirando por una esquina del pasillo, las puertas de la habitación donde se hacían las juntas estaba cerrada a cal y canto. No podía llegar a abrir sin llamar la atención, menos con su tío presente y quien tardaría muy poco en darse cuenta de su presencia. Así que esperaba ahí, el otro Dios debería salir tarde o temprano.
Fue más temprano que tarde, las puertas se abrieron y Silhouette intentó ocultarse entre las sombras. Primero salió su madre, estaba hablando, pero debido a su distancia no podía escuchar lo que decía, se veía seria; algo nada común en su madre. Su padre le siguió, silencioso y tan serio como siempre, aunque la niña podía confirmar que se veía incomodo, por la forma en la que acariciaba su saco.
Después salió alguien a quien no conocía, el hombre no se veía tan alto como su padre, pero sin duda sentía la misma presencia imponente que él. Detrás de ellos tres salieron su tío Wodahs y un serafín, no evitó mirar sorprendida los tres pares de alas. Redirigió la mirada a los otros y entonces supo que ese hombre era el Dios.
Tragó el nudo de su garganta y se llenó de valor; tanto como para lo que iba a hacer como para el inminente castigo que le esperaba. Mientras los mayores hablaban, Silhouette acomodó su vestido y su peinado, y lo más envalentonada que pudo sentirse se acercó a las deidades.
Sus pasos firmes y rápidos llamaron la atención de los ángeles primero. Su tío mirándola y mostrando su sorpresa clara, el serafín dedicándole una mirada fugaz y regresándola al frente. Sus padres tardaron más en notarla y cuando lo hicieron fue porque ya estaba a dos metros de ellos.
Kcalb tensando los hombros al ver a su hija y por primera vez despegando la mirada del suelo. Etihw se quedó con la palabra en la boca al verla ahí. Y el Dios, quien la miró con cierto grado de curiosidad. El silencio se sintió pesado entre todos, Silhouette forzándose a sonreír como si nada pasara y terminó por cortar la distancia con las deidades.
—Hola—. Saludó, antes de que sus padres se recompusieran. —Es un gusto conocerle, señor—.
El Dios la escaneó de pies a cabeza, ojos grises juzgándola y eso la puso nerviosa. Sentía las miradas de sus padres también, en especial la reprobatoria de su tío, pero se mantuvo firme. El Dios frente suyo entonces sonrió, una sonrisa cálida y amistosa, Silhouette sintió como su corazón se aceleró un poco.
—El gusto es mío, señorita—. Respondió y se acercó a ella, ignorando la mirada asesina de Kcalb así como el jadeo de Etihw. —No te conozco, ni recuerdo haberte visto antes—.
Silhouette lo observó inclinarse a su altura, no evitó notar el curioso cabello o lo cansado que lucía el Dios. Aunque ahora de cerca el aura intimidatoria de antes había desaparecido, la sonrisa amigable que le dedicaba la tranquilizaba.
—Soy Silhouette—. Extendió su vestido y realizó una reverencia.
El Dios asintió. —Silhouette...—. Repitió, voz baja y ronca, memorizando las letras. —Lindo nombre—.
La niña sintió el calor extenderse por su cuerpo, la sangre subiendo a sus mejillas y pintándolas de rosa. Su corazón se sentía desbocado y no sabía porque se sentía tan diferente que el Dios dijera su nombre a comparación de cualquier otra persona. El Dios continuó diciendo su nombre, ignorante de que cada repetición le creaba retortijones en el estómago a Silhouette, ¿era eso lo que llamaban mariposas en el estómago?
—Silho... Sil... Silly—. El hombre sonrió y la miró. —Silly—. Repitió y acarició la cabeza de la niña.
Silhouette sintió quedarse sin aire cuando acariciaron su cabeza, más aún con el nuevo apodo que le dio el Dios. Bajó el rostro, intentando ocultar su rubor que se había extendido hasta sus orejas, un tenue color rosado que se veía ahora más bien rojo. El hombre rio, haciendo que el estómago de la niña diera un vuelco más.
—Señor Fumus, es tarde—.
La voz los interrumpió y el Dios se levantó, Silhouette no evitó levantar el rostro y verlo con desespero. El Dios ya no la miraba, de hecho, ahora incluso se alejaba de ella, apretó su vestido en un intento de no sostenerlo y retenerlo.
—Seguiremos con esto después—. Comentó Fumus sin ver a Kcalb o Etihw, caminando hasta Taffy.
Silhouette lo observó abrir un portal e indicarle a su serafín que se debían ir. Antes de retirarse, le dedicó una sonrisa más a la niña, quien respondió con una igual. El Dios agitó su mano y Silhouette respondió el gesto con euforia, causando que el mayor soltara una corta risa.
—Adiós, Silly—.
—¡Adiós, señor Fumus!—.
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Silly significa Tonta en inglés :v
Sé que Kami gusta de esta ship xD Pero para mí, siento a Silhouette muy pequeña para Fumus y la verdad me lo veo siendo muy grosero con ella. La pobre niña desarrollando un crush con quien menos debe :v
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One shot, One kill
FanfictionFumus es alguien ocupado; tiene un cielo que mandar y un mundo que cuidar. Pero entre tarea y tarea pasan algunos "imprevistos". Advertencias que se irán sumando conforme los one-shot's: *Incesto. *Sadomasoquismo. *Sexo implícito/explícito. *Insin...