Montecristo

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Advertencias: sexo oral explicito.

*Golpea el fic* Este bebé puede contener tantas parejas crack como quieran (?)

Montecristo es el nombre de una marca conocida de puros habanos.

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Acarició el habano con la punta de los dedos, sintiendo la textura y girándolo unos segundos. Tomó la pequeña guillotina de metal cromado que estaba en la pequeña mesa a su lado, la acercó a la capa y realizó el corte rápido y preciso, el chasquido del metal resonando en la habitación, la capa cayendo al suelo sin hacer ruido alguno.

Dejó la guillotina en la mesa y tomó el encendedor, sostuvo el puro con los dientes. La llama se encendió y acercó el habano, girándolo con lentitud con su mano, quemando la punta poco a poco, el olor a humo cambiando al aromático aroma del Montecristo, siendo mucho más agradable. Apagó el encendedor y dio una suave calada, dejando el humo dentro de su boca mientras dejaba el encendedor en la mesa.

Exhaló, el fuerte sabor quedando en su paladar y el humo esparciéndose, aromatizando la habitación entera. Extendió el brazo y golpeó con delicadeza el habano sobre el cenicero de cristal, dejando las cenizas caer. El aroma terroso se potencializó en la segunda calada, esa vez el Dios dejó el humo dentro de su boca más tiempo, saboreando el humo y exhalando lentamente, golpeó el habano con delicadeza sobre el cenicero de cristal.

Desde entre sus piernas Yagi estrechó los ojos y cejas fruncieron. Fumus le sonrió con malicia y dio una calada más, exhalando el humo frente al demonio. Yagi no se inmutó, demasiado acostumbrado al humo como para que le afectase más, lo que lo sorprendió fue la mano de Fumus en uno de sus cuernos; el Dios lo obligó a inclinarse, haciendo que Yagi se atragantara.

El demonio apretó las manos en las rodillas del Dios, pero siguió el trayecto por sí mismo, Fumus soltándolo cuando siguió con el ritmo de nuevo. Yagi movió la lengua, sintiendo la vena palpitante y contrajo la garganta, sintiendo el glande tocando fondo y saboreando el pene de nueva cuenta; sal, principalmente sal.

Alejó la cabeza, apretando los labios y recorriendo el pene del Dios hasta sacarlo por completo de su boca. Saliva uniendo los labios del demonio con el miembro frente suyo, tomó el glande con los labios y pasó la lengua un par de veces, dejando que la punta acariciara el orificio. Fumus le dedicó una mirada perezosa, en su mano derecha el habano y la izquierda en el reposabrazos de la elegante silla.

Volvió a tomar el pene por completo, hundiéndolo hasta llegar a la base, su nariz tocando el vientre del Dios. Movió la lengua, delineando la vena palpitante. El glande tocando su garganta y el pre semen mezclándose con su propia saliva, se alejó sin apretar los labios y deslizando la lengua por la parte inferior hasta llegar al glande de nuevo.

Saliva caía por sus labios y barbilla, la restante que dejaba en el pene y se mezclaba con el pre semen caía en gotas pesadas y gordas al suelo. Le había tomado varios minutos lograr excitar al Dios lo suficiente para que estuviera erecto, sus rodillas dolían y sentía que su quijada se caería. Se inclinó de nuevo, ahora lamiendo el miembro.

Fumus le miraba con parsimonia, inhaló una vez más y Yagi volvió a tomarlo con la boca, exhaló y subió la pierna derecha sobre el hombro del demonio, descansándola cerca del cuello de Yagi, el demonio apenas dirigiendo una mirada fugaz. Los ojos carmín del demonio lo miraron, su boca llena y cejas fruncidas, Fumus le sonrió y dejó caer las cenizas en la cabeza de Yagi.

El demonio succionó, lengua acariciando el glande y Fumus apretó los dientes, arqueando la espalda del respaldo. Yagi envolvió el miembro por completo con su boca y volvió a succionar, sus labios apretados y lengua presionando la vena. El Dios soltó un suave jadeo y el demonio comenzó a mover la cabeza, su lengua deslizándose y labios firmemente cerrados.

Fumus se tensó, su mano izquierda sosteniendo el reposabrazos con fuerza y el habano estuvo a punto de caer de su mano derecha. El calor de la boca de Yagi se sintió mejor cuando el demonio succionó, la suave textura de la lengua y sus movimientos, como su garganta se contraía alrededor del glande cuando el demonio tragaba. Un escalofrío recorrió su espalda cuando sintió la respiración de Yagi cerca de su piel.

El Dios lo sostuvo con su mano libre, un agarre firme en uno de los cuernos e intentó que Yagi se quedase dónde estaba; el demonio lo hizo y dejó que la saliva acumulada en su boca cayera, ésta deslizándose y acumulándose en la base del pene de Fumus. Acercó los dientes al glande y lo tocó con la punta.

El calor y humedad eran embriagadores, sentía el calor en su vientre expandirse por su cuerpo y siseó entre dientes al sentir el filo de los dientes del demonio, cerró los ojos y se alejó del respaldo, soltó el cuerno para sostenerse del cabello y tirar de él. Sus músculos se tensaron y vio una luz blanca debajo de los parpados, un gruñido gutural se perdió en el silencio de la habitación.


Yagi se mantuvo inmóvil, apretando los labios al sentir a Fumus eyacular, sintió el pesado y salado sabor del semen pasando desde la lengua hasta su garganta, tragándolo. La mano en su cabello tiraba de las hebras con violencia, pero comenzó a desvanecerse hasta dejar nada. Se retiró el miembro de la boca, dejándolo caer flácido y tragó el resto del semen con facilidad.


Fumus soltó un suspiro y observó al demonio limpiarse con las mangas de su abrigo. El Dios caló una vez más, tomó uno de los cuernos del demonio y lo acercó a él; exhaló el humo en el rostro de Yagi, el demonio inhalándolo y saboreando el terroso sabor del habano. Fumus le dio una corta sonrisa satisfecha. 

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Tengo unas perras ganas de hacer un long fic de estos dos y lo haré, cuando la inspiración llegué y no me deje :'v

Ah, la diferencia de altura entre Yagi y Fumus es de 25cm :)

One shot, One killDonde viven las historias. Descúbrelo ahora