La vista era borrosa, el agua y el cristal deformaba la imagen a su alrededor. La placa de metal en su nuca era firme. La caja de vidrio donde estaba era claustrofóbica, comparada al extenso mar esa caja era una burla que ni un pez dorado merecía.
Su posición entera era molesta, estaba de rodillas en el suelo con las manos a la espalda y la cabeza encerrada en esa caja de cristal, con una placa de metal impidiéndole mover la cabeza de lugar; los candados resonando cada que empujaba hacía arriba. Las piernas entumidas, rodillas adoloridas y las manos hormigueaban; tobillos y muñecas encadenados.
Su cuerpo no dolía tanto como su orgullo. Sus dedos se tensaron al no sentir el cigarro entre ellos y tenía un sabor nauseabundo en la boca, sentía el inicio de ataque de ansiedad al no saborear el tabaco, pero tenía cosas más importantes de las cuales preocuparse.
Idate tenía un buen control del tiempo, especialmente cuando se sumergía en el mar, en parte se debía a la naturaleza y el instinto; cada cierto tiempo salía a la superficie a dar largas inhalaciones para después sumergirse de nuevo. Pero a la orca le gustaba mantener un tiempo controlado de sus respiraciones.
En esos momentos Idate no tenía ni idea de cuánto llevaba bajo agua. Estaba imposibilitado y el tabaco le había sido arrebatado, dejándolo al borde de un ataque de ansiedad y sin método de saber cuánto tiempo llevaba sumergido.
Normalmente usaría el entorno para hacerse una idea de cuánto tiempo había pasado, como corría, pero en esa habitación, donde estaba encadenado, no podía ver nada más que figuras deformes a través del agua. La poca iluminación confundiendo sus sentidos y de nuevo sentía la ansiedad aumentar.
Movió las manos y alcanzó a escuchar el tintineo de las cadenas que le sometían. Empujó la cabeza para arriba y sintió la placa de metal revotar contra su cráneo. ¿De qué estaba hecha esa cosa? No podía romperlo, por mucho que intentara forcejear o golpear, terminaba sintiendo el impacto más él que la placa.
El oxígeno se distribuía de manera directa a sus pulmones, corazón y cerebro. Intentaba regular su temperatura, pero su cuerpo comenzaba a entrar en confusión al sentir sólo una parte bajo el agua y el resto en el exterior. Se suponía que sus músculos tenían el oxígeno necesario para moverse, pero no tenía fuerzas.
Gruñó, burbujas creándose frente suyo. Su corazón comenzaba a latir más rápido, la ansiedad y estrés mezclándose e Idate ya no sabía cuál era el causante de que comenzara a faltarle el aire, ¿o quizá ya había alcanzado su límite? Una larga inhalación no significaba que podría soportar para siempre, su cuerpo necesitaba más.
Necesitaba salir y respirar, una pequeña inhalación, sólo necesitaba cinco o diez segundos; sólo eso. Salir un par de segundos y sus pulmones se llenarían de nuevo lo suficiente para sumergirse una vez más. No escuchaba el tintineo del metal que le sostenía, su cuerpo moviéndose con violencia para librarse de su prisión. La cola azotando contra el suelo y creando un sonido sordo.
Empujaba la cabeza contra la placa, sus dientes apretados con fuerza y ojos cerrados. Los pulmones quemaban, el corazón latía con demasiada violencia. Su cabeza dolía de tantos golpes. El agua se arremolinaba en ese pequeño cubo de cristal. Los grilletes rozando su piel hasta irritar y romperla y, aun así, no podía deshacerse de ellos.
No tenía más, sentía frío, no tenía más aire, sentía que se ahogaba. Necesitaba respirar, salir de ahí. La oscuridad se sentía tan claustrofóbica como la caja donde estaba. Se iba a ahogar, sentía la presión en sus pulmones, necesitaba dar una inhalación y su cuerpo estaba olvidando que estaba bajo el agua. Se iba a ahogar.
Le tomaron de la aleta dorsal y sacaron de la caja, Idate abriendo la boca y dando una larga inhalación; lo hizo con tanta fuerza que terminó tosiendo. Sus pulmones llenándose una vez más y abrió los ojos, su vista borrosa y con bordes negros alrededor, todo daba vueltas, se sentía mareado.
Respiraba con rapidez, intentando reponer la perdida de antes. Y su mente en blanco, agradecido de poder respirar una vez más y no haber muerto ahogado. Sintió la mano ajena soltar su aleta dorsal, estaba tan perdido en su pánico que no se había dado cuenta cuando abrieron la caja y le sacaron; la mano acarició su cabello.
La orca cerró los ojos, ansiedad brotando de nuevo en su pecho y no era por la carencia de tabaco en su sistema. No se movió y dejó que el otro continuara acariciándolo como si de una mascota de casa se tratara.
—¿Aprendiste tu lección? —. Preguntaron, la voz ronca sonando decepcionada, Idate asintió. —Palabras—.
—Sí, aprendí—.
Palmearon su cabeza con delicadeza una vez más. La orca permaneciendo en silencio. Idate sabía que él mismo podía ser más brutal, más despiadado, fuese devorando o asesinando a sus presas. Pero su instinto de supervivencia estaba alerta, en esa habitación él no era el más fuerte y algo le decía que ese pequeño castigo, simple y corto, era nada comparado con lo que le podrían hacer.
En esa habitación Idate no era el más fuerte y debía aceptarlo, había pasado de ser el depredador a ser la presa y la sensación de impotencia y ansiedad lo tenían enfermo; no sabía que harían con él después. No sabía siquiera si su falta que le había hecho a la deidad había sido saldada ya; no había sido el más listo al intentar morder a un Dios y amenazarlo con matarlo.
Se había confiado, oh, como se había confiado. Él era mortal, un animal simplemente; moriría algún día y casi lo hacía por un castigo. Sintió la mano ajena en su aleta dorsal de nuevo y como le empujaban, salió de sus pensamientos e intentó ofrecer resistencia. Su mirada pegada al cubo bajo suyo y nunca había sentido tanto repudio al agua.
—Veinte minutos más—. Dijo el Dios, obligando a Idate a bajar la cabeza.
Fue sumergido una vez más en esa pequeña caja de cristal y lo último que escuchó fueron los candados ser cerrados de nuevo.
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Las orcas son mamíferos. Tienen pulmones y necesitan de oxígeno para sobrevivir, para ello salen a la superficie frecuentemente para dar inhalaciones y después sumergirse.
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One shot, One kill
FanficFumus es alguien ocupado; tiene un cielo que mandar y un mundo que cuidar. Pero entre tarea y tarea pasan algunos "imprevistos". Advertencias que se irán sumando conforme los one-shot's: *Incesto. *Sadomasoquismo. *Sexo implícito/explícito. *Insin...