Lil terminó con un papel bastante importante sin darme cuenta.
Quedó mucho, mucho más largo de lo esperado.
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Satanick tenía muchos medios para poner de los nervios a Glasses; desde su incompetencia como Diablo hasta sus grotescas historias que escribía y mostraba orgulloso pasando hasta por las supuestas palabras sobre el delicado tema del sexo. Satanick podía molestar a Glasses con su mera presencia.
Pero si había algo que Glasses le admiraba al Diablo era el gran corazón que podía tener a veces. Satanick era un Diablo, no era la personificación de lo bueno y amable, pero Glasses admitía que el Diablo podía llegar a ser realmente agradable cuando se lo proponía; sus juegos inocentes con Crea, su amor incondicional y desinteresado hacía los conejos, el amor que aún le profesaba a Lil y, el indudable, amor a sus hijos.
A Glasses le dolía admitir que el amor que Satanick le profesaba era real y puro, y por eso Glasses se sentía mal por él, ya que no todos tenían el corazón y dedicación de cuidar y procurar a un hijo ajeno.
Si era honesto, Glasses no sentía la necesidad de conocer a su verdadero padre; con una madre de promiscua naturaleza como Lil, el demonio estaba seguro que preguntarle a la súcubo lo llevaría a un callejón sin salida. Aunque esto resulto ser lo opuesto.
Lil recordaba y sabía quién era el padre de Glasses, el demonio se sorprendió; aquella tarde pensó que transcurriría entre una forzada conversación, risas estruendosas de Lil y gruñidos de Glasses. El demonio había sacado el tema con la esperanza de que la súcubo se viese avergonzada y abochornada. La mujer rio a carcajadas después de un silencio corto.
Al parecer la súcubo pensó que nadie descubriría su sucio y pequeño secreto, que toda su vida transcurriría con ese secreto bien oculto bajo la falda, pero Glasses le demostró que no era así. Glasses estaba estupefacto ante el descaro de su propia madre sobre el tema; sobre cuán fácil le había adjudicado un hijo al Diablo. Y como se mostraba orgullosa, Glasses no comprendía a su madre.
Pero su curiosidad era grande, demasiado grande, por eso aceptó cuando Lil le propuso conocer a su verdadero padre. Aun con todo aquel asunto del descaro de Lil, Glasses quería conocer al hombre; aunque bien podía ser cualquier demonio que tuvo el honor de compartir cama con la esposa del Diablo. Glasses se preparaba para la imagen de un demonio cualquiera que babeaba ante la presencia de la súcubo.
Era de madrugada, el inframundo era un lugar activo durante las tardes y noches, pero tan pronto llegaba el amanecer las calles se vaciaban. Lil lo esperaba frente al castillo del Diablo y movía sus manos con demasiada energía, gritándole a su hijo que se apresurara. Glasses estrechó los ojos ante los ademanes alegres de su madre.
Lil estaba en un estado casi permanente de felicidad, pocas veces alterado, pero Glasses notaba como su madre se encontraba excepcionalmente emocionada. Rodó los ojos con fastidio y se acercó a su progenitora en silencio, una vez al lado de la mayor esta no tardó en chasquear los dedos y crear un portal frente suyo.
El demonio arqueó las cejas escéptico, pero calló y siguió a su madre a través de los círculos neón. Cuando pudo ver de nuevo, se encontraba frente a unas enormes puertas de madera y un pasillo de un castillo que no conocía; contrario al de Satanick que siempre estaba en penumbras este relucía tanto que quería lastimar sus ojos incluso a través de las gafas.
Glasses observó fugazmente su entorno cuando Lil abrió las puertas, empujando ambas e ingresando, sus pies siguiendo un camino que parecía conocer de memoria y sus movimientos delicados fueron seguidos por Glasses.
La oficina era espaciosa, muebles de alta calidad y enormes ventanales cerrados con cortinas cubriéndolos, las puertas se cerraron solas cuando el demonio ingresó y Glasses se preguntó si habían regresado al infierno; el aire pesado parecía indicarlo así.
—Di "hola", cariño—. Escuchó a Lil.
El demonio buscó a su madre con la mirada y la encontró en el escritorio; la demonio había tirado, literalmente, las montañas de papeles que había para sentarse, sus piernas cruzadas y sus uñas tamborileando sobre la madera. Detrás de ella una figura se mantenía impasible, el demonio estrechó los ojos, intentando ver más allá de la penumbra.
Y, de entre las sombras, una neblina se comenzó a formar; reptando por el suelo hasta cubrirlo por completo ocultando la alfombra carmesí. El pesado olor a tabaco, un tabaco que Glasses no reconocía y que lo mareaba, que le ponía tenso y nervioso. El joven demonio apretó los dientes y miró al frente, buscando respuestas de parte de su madre.
En el escritorio, Lil le sonreía con ese retorcido cariño maternal. Una mano se posaba en la cadera de la súcubo, sosteniéndola con posesividad y lujuria, la demonio se recargó en el hombre detrás suyo y acarició los cabellos con cariño y sugerencia. Sus labios dejaron un suave beso en la sien del hombre.
Glasses trató de tragar el nudo en su garganta, sus manos hechas puños temblaban y los hombros tensos, su pose rígida y ojos fijos en el hombre detrás de su madre. Los iris violetas destellantes lo observaban; tan brillantes y profundos, tan enfermos e intimidantes. El demonio sintió el sudor frío caer por su sien y un escalofrío recorrer su espalda.
El Dios salió de su oscura guarida permitiendo que la súcubo acariciase sus cabellos mientras él escudriñaba al demonio frente suyo. Fumus lo miró de pies a cabeza con desgana y hastío, notando como, casi ocultos por completo, un par de ojos purpuras le miraban; con miedo y con incredulidad.
La sangre de Glasses se heló cuando el Dios se levantó, dejando a Lil atrás y acercándose con paso lento y cansado. Su respiración se descontrolaba y su cuerpo temblaba en su lugar. En lo recóndito de su mente deseaba, rogaba, que todo fuera una broma pesada de parte de su madre; que se riera en su cara y le dijera que Satanick si era su padre, que cualquier otro era su padre.
Su respiración se enganchó cuando el Dios se detuvo frente suyo. Con un movimiento rápido Fumus tomó la corbata de Glasses y lo obligó a inclinarse, un quejido ahogado salió de la garganta del demonio al sentir la fuerza alrededor de su cuello. Al verse a la misma altura del Dios, bajó la mirada, su frente perlada en sudor y su respiración temblorosa e inestable.
Lil nunca mentía, Glasses lo sabía; su madre era una promiscua manipuladora y descarada, pero jamás mentirosa. Glasses sintió una mano acariciar su cabello, con cuidado y cariño, la mano se paseó por sus hebras un buen rato, acariciando los gruesos cuernos y rascando el cuero cabelludo.
Las piernas de Glasses temblaban, su boca seca y dientes apretados con fuerza, su mirada aún temerosa de encontrarse con la ajena. La misma mano que acariciaba, le retiró los lentes y los tiró al suelo, dejando que el demonio viera el objeto caer, sin hacer ruido, y desaparecer en la espesa neblina que cubría sus pies.
La mano, grande y rasposa, lo tomó del mentón y lo obligó a subir el rostro; un agarre fuerte y doloroso. Su mirada fue elevada y se encontró frente al Dios de su mundo. El demonio observó cada facción, cada línea y, entre su pánico e incredulidad, le pareció ver un parecido al Diablo; Glasses sintió nauseas.
Su sangre hervía; como si de olas de fuego se esparcieran por sus venas y magma inundara sus pulmones. La temperatura subía progresivamente y de manera antinatural, se llevó las manos al pecho, expectante de un punzante dolor que jamás se presentó, en su lugar el Dios acarició su mejilla con aquel cariño que Satanick le mostró a Glasses años atrás.
El demonio levantó la mirada una vez y observó la tétrica sonrisa del Dios; sus ojos observándolo como un niño al cual le han obsequiado un nuevo juguete, Glasses balbuceó en un intento de alejarse, pero fue incapaz de moverse.
—Di "hola"—. Solicitó el Dios, con voz dulce y paciente. —Di "hola" a papá—.
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Glasses ganó para ser el personaje especial, bastante seguido por Reminiscencia. Lo peor es que yo quería a Photon xD Pero ya da igual.
Seguiré creando tensión sexual entre Fumus y Lil, a ver a donde llego con esto (?) Veamos quien entiende el titulo xD
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One shot, One kill
FanfictionFumus es alguien ocupado; tiene un cielo que mandar y un mundo que cuidar. Pero entre tarea y tarea pasan algunos "imprevistos". Advertencias que se irán sumando conforme los one-shot's: *Incesto. *Sadomasoquismo. *Sexo implícito/explícito. *Insin...