Cap. 129: Tutorial ¿Cómo pedir perdón a tu esposo?

1.4K 145 6
                                    


-¿Papi está enfermo? – Le preguntaba Lía a Yohan al entrar a la casa y mirarlo ahí, tumbado en el sillón, con un paño de agua en la frente, pálido y ojeroso

-No te preocupes Lía, solo está un poco borrachito

Lía soltó una risita y se fue con Yohan a la cocina, por lo menos, si había limpiado la casa y había dejado comida en la cocina, así que le sirvió a Lía y comieron tranquilamente, mientras desde ahí, lo contemplaban en el sillón, medio dormido, no quisieron despertarlo, así que Yohan se encargó de que Lía se duchara, se pusiera su pijama y se acostara en su cama

Cuando salió de ahí, vio que ya no estaba en la sala, así que entro a su recámara y Eunsang estaba sentado en la cama, con carita de niño regañado, todo jodido si, Yohan se cruzó de brazos y frunció su hermosa boquita mientras lo miraba severamente

-¿Sigues enojado? – Preguntó Eunsang tímidamente

-Si – respondió… de solo acordarse coqueteando con el mesero, le daba harta muina (o sea, se emputaba pues)

-No lo vuelvo a hacer – susurró

-¡Claro que no lo vuelves a hacer!

-Yo solo te amo a ti – Le dijo en tono mieloso y se puso de pie acercándose a su esposo – Solo que se me subieron tantito las copas

-No sé, no estoy convencido que en verdad me ames – Bufó Yohan dejando que Eunsang se acercara a él y lo abrazara, apoyando su cabeza en su hombro – Creo que ya no soy suficiente para ti, a lo mejor mi cuerpo ya no te satisface

-¡No digas eso mi amor, solo tú me haces sentir tan bien cuando me haces tuyo!

-Pues no sé, yo vi algo distinto en ese lugar…

-Te juro que no vuelvo a salir a ningún lugar, que me quedo en casa encerrado, pero no te vayas a divorciar de mí, por favor, no sé qué haría sin ti… moriría si no te tengo a mi lado, no podría vivir sin ti, te lo juro

Yohan miró esos ojos de cachorrito arrepentido… Eunsang estaba ya todo lloroso, pensando que su esposo iba a abandonarlo por andar de pito flojo ¡Pero no había hecho nada malo! O sea, si coqueteó, pero nada más.

-Te amo – susurraba y se abrazaba a él y buscaba su boca para besarlo

Yohan se hacia el rejego (O sea, se hacia el que no quería nada con él) y estaba instalado en indignado, así que miró de reojo de nuevo a su esposo y procuró no caer en tentación, porque bien que sabía dónde tocarlo para aflojarle las piernas, sabia su debilidad y bueno, por un momento quiso rechazarlo, pero era imposible

Sentir su aliento en su cuello, los mordisquitos y los besitos, hacían que a Yohan se le enchinara la piel, y que una sensación de calor le subiera y le bajara y se le estacionara en su entrepierna, maldita sea, las manos de Eunsang ya acariciaban su espalda, llegaban a su trasero y le acariciaba ansiosamente, se le pegaba como lapa e intentaba seducirlo

“Resiste Yohan” – Pensaba éste – “Resiste la tentación, no dejes que te convenza y te seduzca”

Pero no era fácil, las caricias que Eunsang le prodigaba, eran tan perfectas y estimulantes, aparte no era capaz de hacerlo a un lado, por más que su parte ofendida le dijera que lo empujara y rechazara, su parte de esposo abnegado y cachondo, le impedía hacerlo, es más, deseaba que Eunsang insistiera y continuara seduciéndolo

“Maldita sea” – Pensó Yohan cuando Eunsang se arrodilló… porque no era para pedirle perdón, bueno, o sea sí, pero no

Cuando estimuló con su boca la entrepierna, aun con el pantalón puesto, fue el acabose para Yohan quien se mordió sus labios para no jadear ante la poderosa fricción de esa boca y es que Eunsang había mejorado tanto con esas  caricias que su boca hacia que se le pusiera bien dura hasta la conciencia, como Yohan no objetó, Eunsang entendió que tenía pase libre para bajar la cremallera y sacarle al muñeco, el cual pues contento de salir a jugar ¿Por qué no? Ya no resistió emitir el jadeo cuando finalmente Eunsang lo metió todo a su boquita

“Diablos, diablos, diablos ¿Tenía que ser tan débil cuando lo tocaba?”

Pero ya nada pudo hacer… él había permitido que Eunsang se bajara por los chescos y le succionara hasta sus pensamientos, y pues no se podía quejar, de verdad, adoraba esos momentos en que Eunsang se ponía así, no podía negar que amaba a ese hombre que aunque medio distraído, le había robado el corazón y su dignidad, desde la adolescencia. Aparte, su esposo bien que se esmeraba en esas artes, porque no se detuvo hasta que Yohan se dejó venir con todo y con muchas ganas

“Maldita sea, Eunsang, tienes una aspiradora por boca” –Pensaba el pobre esposo

Y con sus piernitas temblorosas se recostó en la cama, Eunsang se dedicó a saborear los fluidos de su marido que se le habían quedado por la cara, las manos y sus labios, quedándose con ganas también, pero era como un “autocastigo” al estilo “haré feliz a mi marido con una chupadita pero no le exigiré que me haga el delicioso como castigo por andar de puta con el mesero”

Yohan se durmió así, todo embrocado sobre la cama, con el pilín al aire, digo, Eunsang ya le había succionado la vida misma con la chupada, así que bueno, quedó noqueado, así que su esposo, le quito los pantalones y suspiró al mirar ese cuerpazo que cargaba su marido, le limpio y busco ponerle su pantalón de pijama y lo arropó, salió un momento a la cocina, para prepararse un té, esperando que al día siguiente, Yohan ya lo hubiera perdonado…

Iba a dormirse cuando…

-Papi – salió Lía de su habitación

-¿Qué pasa amor?

-No puedo dormir… soñé con un monstruo

-¡Oh, pobrecita! – La cargó en brazos – No te preocupes, yo te cuido

Lía se acurrucó en sus hombros y la arrulló suavemente, mientras le cantaba una canción, se fue hacia la habitación de Lía, caminando de un lado a otro, arrullándola, hasta que finalmente, Lía perdió el miedo en brazos de su papi y sucumbió al sueño de nuevo, pero no la depositó en su cama, la mantuvo en sus brazos por un buen rato, incluso hasta que dormitó con ella

-¿Eunsang? – Escuchó una voz masculina susurrar en la oscuridad

Medio reaccionó cuando sintió que le quitaban a Lía de los brazos, se había quedado dormido en la silla junto a la cama, entreabrió los ojos y observo como Yohan depositaba a la niña en la cama y la arropaba de nuevo

-Tenía pesadillas – murmuró

-Lo sé, vamos, ya está dormida – Le dijo y lo sujetó del brazo y lo sacó de ahí, de hecho, Yohan había despertado y al no ver a Eunsang se había preocupado ¿Se habría quedado a dormir en la sala? Por un lado se lo merecía, pero por el otro, ya estaba acostumbrado a dormir abrazado a él, así que… salió a buscarlo, pero no lo vio en la sala y después fue a donde Lía y ahí lo encontró cabeceando y abrazando con fuerza a la niña

Era un cuadro enternecedor

Lo condujo a la habitación y después de que se cambiara de ropa, se recostaron en la cama… pero a Eunsang se le olvidaba (o se hacía tontito) que Yohan estaba molesto con él, porque sin dudarlo se acurrucó a su lado, abrazándolo, Yohan no lo rechazó, sentir el cuerpo tibio de su esposo a su lado, era lo que más amaba en las noches… así que se giró y lo abrazó suavemente, pero se juró que nunca más iría a ninguna despedida de soltero.. y menos solo… o con sus otros amigos… Es más, iba a ponerle un chip de rastreo… oilooooo

Losing my VirginityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora