Losing my Virginity

Cap. 76: El rescate

Seungyeon no se pudo ir con ellos por el trabajo, pero Jinhyuk y Wooseok se dirigieron a la habitación de hotel de Suset y Hangyul, también fueron Yohan y Eunsang con todo y criatura, Seungwoo, Pyo y Minhee… cuando llegaron, se reunieron todos en el sillón, porque ya Suset le había dado el número de placas a su gente para que investigaran y en eso estaban, con Lía correteando por todos lados, Eunsang esperaba que se cansara y se durmiera

-¡No entres a las habitaciones! – Le advirtió Yohan

-¿No? – Brincaba Lía de un lado a otro hasta que tomo el picaporte de una habitación

-Esa es la habitación de Suset – Señaló Wooseok – puede juguetear con su ropa y maquillaje o joyas

-¿Cómo sabes que es mi habitación? – De pronto se volvió Suset a preguntarle extrañada

-¿Acaso no duermen juntos en una habitación? – Preguntó Seungwoo extrañado

-Pues…

-¡Oh, la llamada! – Interrumpió Suset y respondió el móvil, eran sus investigadores, ellos ya habían dado con la dirección del dueño de esas placas de coche, le mandaron la información y estaban vigilando si entraba o salía  del edificio el automóvil

Cuando leyeron el informe sobre la dueña del coche, era extraño, porque ninguno la conocía, sin embargo, Wooseok era el único que podía confirmar si ese llavero era el de Hyeong Jun y si era, significaría que ella lo tenía secuestrado

Pero ella aún no estaba en su departamento…

Estaba donde tenía a Hyeong Jun… el pobre muchacho seguía en el suelo, casi agonizante, no sentía las manos, las piernas, ya ni lágrimas tenía, esa tipa se acercó y lo empujó en el suelo con la punta de sus zapatillas, Hyeong Jun pego un respingo, ni siquiera sabía si era de día o de noche, la oscuridad era aterrorizante

-¿Sigues vivo? – se mofó de él

-P-por favor… d-déjame ir

-Sí, ya te dije… cuando estés muerto – soltó una risotada y se inclinó – Apestas ¿te miaste? – Se burló – Eres un estúpido y un hombrecito asqueroso

Hyeong Jun sintió el ardor en sus ojos cuando las lágrimas resbalaron de nuevo, después de estar tantas horas, era evidente que iba a tener ganas de hacer sus necesidades fisiológicas, así que estaba sucio, húmedo, hasta enfermo porque tenía fiebre

-Yo creo que de aquí a mañana te mueres… o antes, porque estoy pensando en prenderle fuego a esta casa

-¿Q-que?

-Sí, creo que eso haré, necesito que tu cuerpo se calcine hasta que quedes irreconocible, incluso si no has muerto, el humo te matará… mira, no sufrirás terriblemente cuando te quemes, porque ya no sentirás nada ¿Soy o no soy, dadivosa?

-N-no, no por favor… yo… yo no te hice nada… suéltame… suéltame

-¡Cierra la boca imbécil! – y pateó su preciosa cara rompiendo de nuevo el labio y la sangre brotó en la oscuridad, de nuevo el sabor metálico de la sangre le provoco arcadas a Hyeong Jun, lo que molesto a esa mujer y le propino patadas en su cuerpo

Hyeong Jun no entendía porque tanto odio contra él… ¿Quién era ella que parecía odiarlo tanto y desear que se muriera? Incluso pensó que así iba a morir, solo y encerrado en esa casucha, porque ya sentía que no podía luchar y que poco a poco la vida se le iba

-Estoy harto de ti… creo que lo adelantaré para hoy – bufó esa mujer – Pero antes te diré quién soy yo… soy la hermana de Marie Kim

-¿Quién? – Jadeó Hyeong Jun, él no conocía a ninguna mujer con ese nombre