Cap.65: Ese hombre

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Pinche cruda…

Toda su cabecita le daba vueltas, no podía ni levantarse de la cama porque sentía que se metía a un túnel vertiginoso y tenía que volverse a recostar, sentía la pesantez y dolor de cabeza, un poco de náuseas, aunque no había vomitado… Seungyeon apareció y no pudo evitar sonreír de modo burlón al verlo tan mal, por lo que se dedicó a hidratarlo hasta que más o menos se sintió bien de la cruda

-Come un poco de gachas de avena, le harán bien a tu estómago

-Gracias – Hizo un puchero

-Por la noche te vinieron a dejar y ya me toco venir a darte la vuelta a ver como estabas

-Dejaste a Minhee solo – susurró

-Le avise. Bueno, ahora debes bañarte para que se te despeje la mente y hagas recuento de lo que hablaste anoche con Suset

-N-no me acuerdo de nada – Gimió de pronto y se llenó de terror - ¡No recuerdo nada!

-Me lo imaginé – suspiró Seungyeon

El chico se fue dejándolo solo, con sus demonios, porque todo el resto de la noche, de la madrugada, estuvo quejándose de que no se acordaba nada, lloro hasta cansarse y se quedó dormido… y solo… puta vida…

Seungyeon regreso a su departamento, donde Minhee lo esperaba despierto aún, él se recostó en la cama y el chico se deslizo sobre su torso desnudo, buscando su calorcito, cerrando los ojos y durmiéndose sobre su pecho, arrullado por el latido de su corazón, Seungyeon le acaricio ese cabello y lo abrazó, mirando complaciente lo relajante, lo maravilloso y lo increíble que era tener a ese hombre entre sus brazos de nuevo, así que al poco rato, él también se quedó dormido profundamente

En otro departamento, el que andaba de remilgoso era Pyo, se resistía, Seungwoo (Aquí se lo saltan las que los ven como padre-hijo XD) lo tenía atrapado entre sus brazos a sus espaldas, estaban en la cama, semidesnudos y él le daba besos en el cuello, en la espalda y hombros estrechos, Dong Pyo se retorcía, intentando poner resistencia, pero era una tarea titánicamente imposible

-Seungwoo…

-Tengo ganas de ti – susurraba y era tan evidente, Pyo sentía esa poderosa erección chocando contra su cuerpo… y él que quería resistirse hasta más no poder, hasta después de su boda, pero esas manos, esos besos, esos labios ¿Cómo negarle un poco de amor y pasión al amor de su vida quien prácticamente estaba suplicándole?

-Prometiste esperar a que nos casáramos – Susurró intentando ponerle freno a ese ímpetu apasionado

-¿Cómo puedo hacerlo si estás junto a mí? – Suspiró mordiendo su orejita – Quizás… quizás yo deba entonces irme a dormir a otra habitación y dejarte solo, para evitar tentaciones

-¡No! – Jadeó Pyo de solo imaginar en dormir solo, ya estaba muy acostumbrado a contemplar a ese hombre por las noches y despertar abrazado por las mañanas como para estar unas semanas lejos de sus brazos y sus besos

Seungwoo rozó sus manos sobre los bracitos de Pyo, quien se estremeció y se le erizo la piel, ese hombre tenía la mala costumbre de hacer tan eróticos esos momentos, de acariciar su piel de tan modo que era imposible que el cuerpo no reaccionara y no pidiera tantas, pero tantas cosas, cerro sus ojitos y se mordió los labios, pero esas manos de sus bracitos, paso a su pancita, subió por su pechito y acaricio sus chichitas

-¡Oh! – Jadeó sin ocultar lo que le provocaban esas manos
Seungwoo seguía mordiendo su cuellito, Pyo ya tenía los ojitos en blanco con tanta caricia, las manos de su hombre, pasaron del pecho, hacia debajo de nuevo, llegando a la pancita, el vientre y metiendo las manos en sus calzoncillos, hasta percibir que también Dong Pyo estaba más firmes que un asta de bandera, sonrió complacido

-Dong Pyo – le hablo al oído de modo seductor y la pobre criatura ya había aflojado todo su esbelto y diminuto cuerpecito

-MMMM ¿Qué? – Gimió apenas mientras era manoseado con esas manotas y esos dedos largos y tan ágiles, que recorrían sus intimidades sin piedad

-Vamos a hacerlo – volvió a susurrarle calentándole la orejita

-Si – suspiró deseando de repente, que estuviera dentro de él

Seungwoo volteó a Pyo depositándolo suavemente en la cama, el chico tembló al verlo, tan grande, tan varonil (a veces) tan perfecto, era como un depredador y él un tierno e indefenso animalito, aguanto la respiración cuando él busco su boca para besarlo, él correspondió ávidamente, porque esos besos eran únicos, sabrosos, irrepetibles, de inmediato rodeo con sus bracitos el cuello grueso de ese hombre, mientras sentía todo el peso de su cuerpo sobre el suyo, aquella sensación era maravillosa

Buscó abrir sus piernitas de fideíto para que Seungwoo se acomodara mejor, noto la erección chocar contra su piel y lo estremeció de nuevo, amaba ese efecto que le provocaba, jamás hubiera creído que una cosita como él, pudiera causar efecto en ese hombre, de que lo deseara tanto, al borde de enloquecerlo, de provocar que no mirara a otros más que a él

Y porque incluso, estaban a punto de casarse

Si no hubiera amor y un compromiso real, estarían lejos de hacerlo

Pero el modo en que Seungwoo lo miraba, lo mimaba y lo tocaba, era tan único, que Dong Pyo no sentía ninguna duda en que estaba con el hombre correcto. Sonrió ante sus pensamientos y dejo que ese hombre lo recorriera a su antojo después de morderle los labios, saborear su cuello y deslizar su lengua viperina por su cuerpo esbelto, jugueteando con su pancita, llegando a sus partes más sensibles, dándole mucho amor

Pyo solo abrió esa boquita para dejar salir todos sus gemidos amorosos, mientras que sus manos buscaban la cabecera de la cama, para sostenerse, porque se movía peor que chapulín en comal, ansioso por las caricias de su hombre… su hombre suyo de su propiedad… las manos, la lengua, los labios de Seungwoo eran insaciables, no tenían piedad de provocar aquellos espasmos dolorosos y placenteros en Pyo, quien con sus gemidos, hacia calentar más la sangre de Seungwoo

Se volvió loco cuando fue penetrado, cuando Seungwoo comenzó a mover esas caderas con fuerza y con destreza, arremetiendo contra la pequeña humanidad de Pyo, quien se convirtió en un pequeño demonio lleno de pasión y lujuria, pidiendo más hasta el cansancio, no le importó quedar ronco, sudado, con las caderas doliéndole, él quería que su hombre saciara su deseo y él también, quería llenarse todo de él.

Cuando terminaron, ninguno podía hablar siquiera, respiraban con dificultad, jalando todo el aire que podían, Pyo pensó que un día les iba a dar un paro cardiaco por tanta actividad física, pero no estaba arrepentido, estaba tan enamorado de Seungwoo que por más que quisiera, no podía negarle sus nalguitas… porque finalmente eran de él

-Si seguimos así ¿Qué haremos en nuestra noche de bodas? – Preguntó Dong Pyo cuando Seungwoo le paso un vaso de agua

-Leer un libro – Sonrió Seungwoo divertido

-¿Leer un libro? – Hizo un gesto

-Un libro erótico – le sonrió acariciando su cabello y su naricita

-¿Quieres pervertirme más? – Le pregunto haciendo aegyo

-Já, pero si tú ya estabas dañado desde antes de conocerme

-¿YOOOO?

-Tú mismo me confesaste que habías echo un pacto con tus amigos de perder la virginidad antes de salir del instituto… así que ya te estabas instruyendo sobre esos planes

-Pues si… ¡Pero el pendejo de Eunsang nos ganó a todos!  - suspiró

-Pero tiene buenas ideas para el sexo

-¡Oye!

-Y ya hasta tienen una hija

- Y tú sigues diciéndole pendejo…

-Lo es – afirmó Pyo sonriendo

Eunsang estornudó justo en ese momento
Se apartó un momento del miembro de Yohan y se limpió su nariz y se quedó pensativo

-¿Q-que pasa? – Jadeo Yohan al ver que lo dejo a medias

-Creo que alguien pensó en mí – respondió

-¡Pues yo! – Apuró Yohan – No pares bebé, me dejas a medias

-No, no eras tú – le dijo – Creo que era Lía, con eso de que mi madre insistió en que se quedara con ella para llevarla a la fiesta, solo espero que no  nos extrañe mucho y no llore…

-Eunsang – se quejó Yohan mordiéndose los labios, o sea, se pasaba, no se había puesto un pinche disfraz de ave caluroso como la chingada, a petición de Eunsang dizque porque Yohan era mamá ave y le iba a dar de comer un gusanito a su polluelo que era él… que tenía en su cabeza una diadema de pollitos… o sea…

Así nomás no se pinches puede

Y el gusanito de Yohan le miraba firme como diciendo ¡Apúrate pendejo, que se me caen las fuerzas si no le sigues soplando al gusano! ¡Eso no se hace compa! ¡Cómeme cabrón, que no estoy parado nada más por gusto!

Eunsang estuvo perdido en el limbo otros segundos más

-¡OK! –Reacciono solito y sonriendo volvió su atención al instrumento de Yohan que casi lloraba lagrimitas de semen (pobecito) lo volvió a tomar en sus manos y lo metió de nuevo a su boca… Yohan sonrió complacido al sentir de nuevo aquello… pinche polluelo caprichoso, primero duro y duro con el gusanito y luego no se lo quería comer

Lo que sea de cada quien, Eunsang le daba buen servicio, ni madres lo dejaba Yohan, era muy celoso y egoísta como para dejar que su niño le hiciera lo mismo a otro cabrón, ni mergas, por eso es que cuando pudo, se lo llevo a su departamento, para tenerlo como su señor, porque pues señorito ya no, dándole todo su dinero (Obvio, lo más importante) su amor (Indiscutible) su pasión desmedida (No puede faltar) dándole duro con su miembro (indispensable) y dándole el gusto de adoptar una hija (Pa que se entretuviera con algo)

Después de que descargara su placer en el rostro de Eunsang (pinche costumbre de Yohan, pero la verdad es que Eunsang tenía una piel muy bonita) mando a la chingada la botarga, quedando como Dios lo trajo al mundo… los ojitos de Eunsang recorrieron ávidos ese cuerpazo que su marido se cargaba, ese torso duro, ese abdomen firme y esas piernotas duras y resistentes, sin obviar evidentemente el paquetazo que se cargaba

-¡Ay, todo eso es mío! – Sonrió llevándose las manos a su rostro sonrojado

-Obvio – sonrió Yohan recostándose en la cama como diciendo “vente pa’cá”

Eunsang se estaba quitando las manos de la cara y sintió pegostioso, miro sus manitas y era un poco de líquido seminal, así que mientras su amor se recuperaba y se manoseaba para que se pusiera firmes de nuevo, tuvo que ir a limpiar su carita con agüita y con jabón, porque pues, ante todo, no iba a estar sobre él, todo embarrado… y ya para cuando termino, no dudo en dar el salto del tigre, hacia su precioso hombre (UwU).

Losing my VirginityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora