Cap. 133: Tutorial... no lo vuelvo a hacer

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La carita que tenía Hyeong Jun tenía esa mañana era terrible, aun tenía sus ojitos ojerosos, pero esa mañana tenia que cuidar a Eric, Hangyul había dejado desayuno, le dio un beso en la frente y prometió volver temprano, no le recriminó nada, la carita de la mega cruda que tenia su prometido era suficiente para saber que la estaría pasando mal un par de días más y que en su vida volvería a beber

Su boquita fruncida, su mirada de tristeza y que al caminar se tambaleara un poco, pero tuvo que ponerse fuerte, porque tenía obligaciones, demasiado ya, había sido el día anterior en que Hangyul se dedicó a cuidarlo a él y a Eric.

Hyeong Jun desayuno un poquito, mientras tenía a su hijo en sus brazos, ya lo había cambiado y dado su biberón, el pequeño se había acostumbrado a sus brazos y lo miraba detenidamente mientras desayunaba aquella comida insípida, porque bueno, Hangyul le había dicho que tenía que cuidar su estómago con alimentos blandos y nada pesados

-Tu papi es muy tonto para beber – Le decía Hyeong Jun a su bebé mientras él mismo probaba la papilla de su bebé

Eric parpadeó y sonrió emitiendo un ruidito alegre

-Tendré suerte si Hangyul no rompe su compromiso conmigo… lo engañé y me emborraché y ya ni sé que tantas tonterías hice en el antro – Si yo hubiera sido él, le hubiera armado un drama y divorciado antes de casarme.

Eric balbuceo y Hyeong Jun le dio un beso en la frente y lo llevo hacia su cuna, donde lo dejó y suspiro, mientras que el se dedicaba a limpiar su departamento, era lo menos que podía hacer, paso la aspiradora, metió la ropa a la lavadora, limpio el baño, toda esa mañana estuvo como ama de casa, incluso preparó comida, todo estaba perfectamente limpio para cuando su señor prometido regresó.

Eric ya estaba bañadito, perfumado, entalcado y recibió a su papi Hangyul contento, también se había acostumbrado a sus brazos y lo cargó por un buen rato, mientras Hyeong Jun puso la mesa para que comieran juntos, luego se sentaron y pusieron al bebé en su silla especial, para darle otro poco de papilla

Mientras comían, Hyeong Jun tuvo que mirar a Hangyul a los ojos…

-Me porté muy mal – susurro – Te mentí… yo, la verdad, tenia ganas de tener una verdadera despedida de soltero… con estríper y toda la cosa… así como lo veo en películas gringas… me aloqué un poco

-Es cierto, tomaste demasiado y te volviste mano larga… No fue agradable mirarte como dejabas que te bailaran esos tipos encuerados

-Lo lamento mucho…

-Bueno, es primera y última vez que haces un desfiguro así…

-¿No estás muy enojado conmigo?

-Si lo estoy, pero no iba a dejarte abandonado sobre todo cuando sabia que te ibas a sentir mal por la borrachera…

-Como a los otros si los dejaron solos, como castigo…

-Si bueno, me dieron ganas de hacer lo mismo contigo, pero… decidí que por esta vez, tenía que estar a tu lado y cuidar de nuestro hijo, en las condiciones en las que estabas, no ibas a poder… Tampoco me lo podía llevar todo el día conmigo, está muchísimo más acostumbrado a ti, iba a llorar, claro, si lloró, pero lo dejaba a tu lado y se dormía o se consolaba… mientras tu roncabas como bendito

-Lo siento – murmuró y sus ojos brillaron

-No llores – suspiró Hangyul alcanzando una lágrima de sus ojitos y la limpio

-¿Aun te quieres casar conmigo?

-¿Tengo otra opción? – Preguntó curioso y medio sonriendo

-No – negó Hyeong Jun, antes muerto, que quedado, él se casaba pero se casaba, chingadamadre, no iba a permitir que su hombre se le escapara, tantos años esperando que regresara ese puto como para que dejara que se le fuera de nuevo, además, ya tenían un hijo… digo, ya era su hijo de los dos

Además su anillo de compromiso estaba tan bonito…

Lucia precioso en su huesudo dedo…

-Seguiré adelante con los preparativos para nuestra boda – sonrió finalmente

-Dejaremos la luna de miel para cuando Eric este más grande, no creo que sea adecuado dejarlo con algunas de nuestras madres o llevarlo, podría enfermarse

-Tienes razón… - Finalmente lo más importante era tener el papel de bodas firmado en donde decía que Hangyul era suyo para siempre y que estarían juntos hasta que la muerte y ninguna zorra o zorro los intentara separar.

Ya estuvo de mejor humor el resto de la tarde, dejo que Hangyul se llevara a Eric al parque un rato en su carriola, mientras él terminaba los deberes domésticos, obvio, quería quedar bien con el hombre, por eso insistió en que él podía hacerlo mientras ellos salían a respirar aire puro, para cuando regresaron, Eric era risas y balbuceos

Después de su biberón, se quedó completamente dormido…

Y fue cuando Hyeong Jun aprovechó para acurrucarse junto a Hangyul mientras miraban una película, era tan cálido estar así, arrimando su cuerpecito esbelto al del amor de su vida, a quien le entregara su tesorito, digo, esas cosas no se olvidan tan fácilmente ¡Tanto trabajo que le costó que ese hombre aflojara con él! Que el matrimonio era lo de menos

No quería recordar el dolor que sintió cuando lo creyó comprometido con Suset, o sea, eso que jugara a que le gustaran las panoshitas, no era algo que él esperase nunca, menos mal que todo había sido un trato entre esos dos

Hyeong Jun buscó ansioso la boca de su prometido, para besarlo con ternura, lento, despacito, saboreando la saliva y el sabor de aquellos labios masculinos tan rudos y varoniles, rodeando su cintura con sus manitas, para pegarse más a su cuerpo y aspirar el aroma de macho alfa que desprendía en esos momentos, era tan precioso y tan perfecto.

Todo iba tan sinuoso, listo para una hermosa noche apasionada, deseaba que Hangyul lo tomara en sus brazos, lo llevara a su cama, le quitara la ropa a jirones y lo poseyera como nunca, quería gritar entre sus brazos, sentir la dureza de ese cuerpo penetrando el suyo, jadear hasta quedar ronco, ya hasta sentía que se le ponía muy duro, sus manos de la cintura se deslizaron hacia la entrepierna de Hangyul, para trabajarlo, acariciarlo y mimarlo…

Sus ojos se cruzaron y el penetrante color achocolatado ardió en sus miradas, sus alientos se entremezclaban y los besos se intensificaron con más ganas, aquello era sin duda, el preludio de una intensa jornada de sexo… Hangyul no lo dudó, lo cargó en brazos, iba a llevarlo a su recámara, Hyeong Jun se sintió princesa y esclava, lo miró tan deseoso, que nada en ese momento iba a poder interrumpir ese momento

Pero…

El teléfono sonó insistente y bueno, tuvieron que checar, porque una vez paso que se había enfermado uno de sus padres y en cuanto Hyeong Jun checó, vio que los chicos le habían enviado un montón de imágenes de él, en la fiesta de despedida de solteros… si, digamos que se le bajaron las ganas al ver semejantes fotos, se puso rojo, morado, miró de reojo a Hangyul, que le miraba con una carita de “Si amor, ese eres tú, siendo una zorrita”

Losing my VirginityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora