Derecho de piso: Diario de una sumisa [+18]

VII. El Contrato

VII

El Contrato

¿Él mi dominante y yo su sumisa? Es una idea que aún no me queda muy clara. Jonathan me explica un poco la figura de esta nueva "Relación Contractual" que parece que estamos iniciando. Porque sí, hay un contrato de por medio.

Lo que entendí en un primer momento fue que básicamente él sería como que mi jefe y yo tendría que hacer todo lo que me diga, a cambio de que el cuide de mi y me ayude con mis necesidades. Entiendo esto último como la paga, aunque dicho de una forma bonita, debe ser ¿No?

-Acepto- Debo admitir que no es la idea más reflexiva que he tenido en los últimos días, pero me vale, necesito el dinero. Aparte, chicas, seamos sinceras, que un muchacho guapo nos diga que nos cuidará es algo que cualquiera aceptaría.

Ahora, hacer todo lo que él me ordene. Esa idea me dejó pensando por unos segundos más mientras Jonathan se dirigía a lo que supongo es su oficina o su cuarto por unos instantes a no se que. ¿Qué clase de cosas me podría ordenar? ¿Vendría a ser una suerte de empleada del hogar? De ser así me conviene, porque el chico parece limpio y ordenado, si vieran mi cuarto en este momento se darían cuenta que soy alguito desordenada.

Vuelve con su laptop y se sienta frente a mí sin decirme nada. Lo veo ocupado mientras tipea algunas cosas en su teclado. Luego de un rato me preguntó mi nombre completo. Luego de ello me requirió que vaya pensando una palabra clave. Ésto, para variar, tampoco lo entendí y con esto me dió pie a comenzar con la ronda de preguntas. Tenía que organizarme en mi mente, tenía tantas dudas que no sabía por dónde comenzar. Mientras tanto el vuelve a salir por unos segundos y vuelve con una hojas recién impresas. ¿Qué? ¿Ya tiene listo el contrato? Eso fue rápido.

-Toma, léelo y cualquier duda házmela saber- me dice entregándome el documento sin despegar sus penetrantes ojos de los míos.

Analizo los papeles detenidamente, en efecto, explica muchos detalles pero me llena de muchas otras dudas. Es un contrato de mutuo acuerdo entre las partes el cual puede ser resuelto en cualquier momento de manera unilateral - Eso quiere decir que puedes renunciar en cualquier momento - me comenta él, justo cuando leía ese párrafo. Para ello sirve la palabra clave, al decirla el contrato acaba y se pierden todos los deberes y derechos de las partes. Así que para eso era, vaya que es raro esto, pero deberé pensar un poco en qué palabra proponer.

En los términos y condiciones se indica que la relación es de "Intercambio Total de Poder" (24/7), a lo que le consulté a Jonathan por qué quiere decir eso. Él me indicó que significa que el tiene total responsabilidad sobre mí y que yo tendría que hacer todo, y repitió con énfasis esto último, todo lo que él me ordene en todo momento, sin importar lo que esté haciendo. Creo que fue su voz, un tanto áspera, la que me persuadió de la idea, la cual me había asustado en un primer momento. Todo será progresivo, me comenta. Quiero entender que eso significa que las órdenes al inicio serán más simples, sin que ello me incomode, e irán aumentando conforme lo permita.

-O hasta que digas tu palabra de seguridad- responde él, cogiéndome los hombros con ambas manos. Son cálidas las palmas de sus manos, siento como si me abrigarian de un momento a otro. En eso, de un momento a otro, se inclinó lentamente, acercando sus labios a mi oído.

-Si te digo que vengas, vendrás, que me traigas algo, pues tendrás que ponerlo en mi mano, si te digo que te arrodilles, lo harás sin dudar, en general, tendrás que serme obediente, a cambio, yo me haré responsable de tí.- me susurro lentamente con su voz, ligeramente ronca, directo a mi oreja.

Con esto último si me estremecí, la idea de ser de la propiedad de alguien es demasiado extraña y nueva para mí.

Me entraron las dudas, creo que iba a retractarme, sin embargo, la necesidad que tenía, y no me refiero solo al dinero o a conseguir empleo, sino a la necesidad de que alguien me cuide.