Debate entre amigos o más que amigos.
La cena estuvo demasiado buena, la verdad una de las mejores comidas que he tragado en mi vida.
¿Lo mejor? El postre, ¿por qué? Porque yo hice la mezcla, gracias.
Las charlas en la mesa se centraron en la universidad, Oliver daba su opinión a cada instante, ya que según él es la persona más experta en el tema, ni crea que le voy a hacer caso, esos consejos de él solamente los siguen las personas que no les temen a las consecuencias de sus actos.
Los regalos estuvieron sorprendentes, mi padre me obsequió el libro de John Katzenbach, que desde hace tiempo deseaba, Eliana me regaló una camisa con el logo de Imagine Dragons, Oliver otra camisa con su cara estampada. Además de eso muchos calcetines y bonos de spa.
¿El mejor? Todos, mis regalos dejaron a todos felices, repartí entre sudaderas, perfumes, corbatas y maquillaje.
¿De dónde saqué ese dinero? Es un secreto que jamás diré, tqm. Mentira. Ahorros, colega, ahorros.
No me di mala vida, no le di importancia a lo de Lowell, a todos se nos olvidan las cosas y como no quise parecer tan afectada por eso le respondí el mensaje a su hermano deseándole feliz navidad a los dos.
Pero todo no era lo que yo creía...
El sábado, día de los Santos Inocentes, me encontraba acostada en mi cama con un enorme dolor de cabeza que me estaba matando, mi madre me recomendó unas pastillas las cuales compré hace como dos horas, no tengo ánimos de nada, solo de dormir, de cosa tuve fuerzas de bañarme porque ni con eso podía, Oliver se ha pasado todo el rato acostado a mi lado viendo televisión a un volumen considerado, según él para no dejar que me aburra y me muera.
Mi celular estaba completamente descargado y preferí dejarlo así, no quería ni escuchar el sonido de las notificaciones, las cuales no creo que tenga.
Tenía claro que Lowell Banch venía hoy, tenía claro que no había contestado mis llamadas y también tenía claro que estaba evitándome. Lo único que no entendía era su razón para hacerlo.
—¿Qué harías tú si te secuestrara un loco como éste? —escucho que pregunta Oliver.
Volteo a ver el televisor y anda viendo 911: llamada mortal.
—Me muero, con lo de malas que soy hasta se me olvida el teléfono —respondo mientras alzo la cobija hasta taparme la cabeza.
Oliver se ríe.
—¿Y si lo llevaras?
Cierro los ojos, no quiero ni ver la luz que se asoma por la ventana.
—Puede que esté 1) descargado o 2) sin saldo.
—No creo que seas tan desgraciada, me tienes a mí al menos y gracias a lo inteligente que soy te hallaría.
Eso provoca que sonría aun con los ojos cerrados, Oliver con sus comentarios estúpidos logra que hasta una piedra sonría.
—Capaz y en esos días andas cuidando a tu hijo con Leslie —bromeo —y ni tiempo tendrías para tu prima.
Escucho su risa y luego como su puño toca la cabecera de la cama.
—Toco madera —contesta enseguida y yo trato de sonreír porque reír ni puedo —no me hables de niños que ni los soporto.
Ruedo los ojos, esa es su respuesta siempre.
—¿Acaso nunca piensas tener una familia? —pregunto aun dentro de mi oscuridad.
Escucho las voces de los personajes de la película, tal vez mi pregunta dejó a Oliver meditando.
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En Medio de Coronas
Teen FictionNicole nunca se imaginó fijarse en él, pero su desinteresada forma de ver el mundo y su maravillosa manera de hablar la volvían loca. Él tenía apariencia de chico coqueto e insensible, pero lo que nadie sabía era que sobre su espalda recaía el rumbo...