7 -Hola, y bienvenido al juego-

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Jungkook despertó exaltado escuchando algunos ruidos en su apartamento. Estaba amaneciendo y una sutil luz ingresaba por la ventana. Giró rápidamente para mirar, y aunque fué algo dificil focalizar, vio a Taehyung a punto de salir por la puerta.

- ¿Que haces? - Logró pronunciar con la voz ronca y los ojos apenas abiertos.

- Me voy a trabajar, mi turno comienza en unos minutos. - Sonrió. - Duermete.

- Está bien, adiós. - Dijo volviendo a acostarse.

Aunque hizo su mayor esfuerzo, no logró conciliar el sueño. Así que se levantó, lavó su cara y sus dientes, y decidió ir a conocer la pequeña ciudad.
Revolvió su ropa que aún se encontraba algo desordenada por la mudanza, y se puso unos jeans negros, una camiseta blanca, y un tapado gris que llegaba hasta sus rodillas.

Salió de su apartamento y cerró la puerta con llave. Siempre lo hacía, era algo que había aprendido de las tantas veces que su madre le había repetido que "Las puertas se cierran siempre con llave." Hasta podía escuchar la dulce voz de su madre en su cabeza mientras cerraba.

Bajó las escaleras hacia el piso dos, mientras su cerebro daba vueltas y vueltas.

Se sentía algo nervioso al saber que vería al portero cuando llegara al piso uno, pero ¿Por qué? Quizás por que había pasado la noche en su apartamento, y eso era algo incómodo si la otra persona es un completo extraño.

"Pero ¡Hey! Yo soy un completo extraño para él también... Espera... ¿Habré hablado dormido?" Pensaba Jungkook mientras bajaba lentamente las escaleras.

Finalmente llegó al piso uno y se acomodó un poco su largo saco. A lo lejos veía al portero hablando con alguien, era una señora mayor. La señora reía, aparentemente con las cosas que el portero le decía.

Jungkook pasó de largo las dos personas y se aproximó hacia la puerta.

"¡Adiós señora, que se recupere su marido!" Escuchó Jungkook y se apuró para salír, antes de que el portero lo interceda, pero él fue más rápido y corrió para abrirle la puerta.

- ¡Buenos días Jungkook! - Dijo sonriente.

- Buenos días. - Dijo Jungkook apresurando su paso. ¿Por qué quería huir del portero? Si él estaba siendo muy amable, pero algo en el lo ponía nervioso.

- Escucha, quiero decirte muchas gracias por dejarme pasar la noche en tu sofá.

- ¡Shhh! - Puso su dedo índice frente a su boca. - No queremos que todo el edificio se entere de eso. - Miró hacia todos lados.

- Lo siento. - Se acercó más a Jungkook y comenzó a murmurar. - Hace mucho que no dormía tan bien, ¡Mi espalda se siente de maravilla! - Sonreía de oreja a oreja.

- ¡Me alegro! Ahora debo irme. - Dijo seco y salió por la puerta.

- ¡Espera! - Lo tomó de la manga del saco para evitar que saliera por la puerta.

Jungkook llevó su vista a las grandes manos del portero, las cuales tomaban su saco con fuerza.

- Lo siento. - Dijo Taehyung soltandolo. - Quiero pagarte por dejarme dormir en tu sofá.

- No hace falta. - Quiso salir pero el portero lo detuvo nuevamente.

- Por favor, déjame pagarte de alguna forma... - Insistió.

Jungkook suspiró pesado, no quería que el portero le pagara por un simple gesto de amabilidad, pero al parecer no iba a rendirse.

- Está bien, pero no aceptaré dinero. - Dijo cruzándose de brazos, pensando en quizás una caja de los dulces que tanto le gustaban.

- Está bien, estaba pensando... Mi turno termina hoy a las 20:00. ¿Que dices si salimos a cenar? - Sonrió tímidamente. Jungkook frunció el ceño, no esperaba algo como eso. - P-pero descuida, es para enseñarte la ciudad y eso... - Aclaró.

Jungkook lo pensó unos segundos.

- Está bien, nos vemos a las 20:00. - Ahora debo irme. - Dijo algo serio, y salió por la puerta.

- ¡Que tengas un buen día! - Sonrió y saludó con la mano.

Jungkook caminó hacia la esquina, procuró no chocarse la cabeza con el cartel del retaurante italiano, y al llegar allí, frenó para ver en su mapa de la ciudad donde ír. Estaba tan concentrado en el mapa, que no notó la pequeña mano que se sacudía frente a su rostro.

- ¡Ey Jimin! - Sonrió.

- ¡Hola! ¿Oye que haces? - Sonrió. - ¿Has encontrado mi aro?

- Em, quería conocer un poco la ciudad, pero la verdad es que no se a donde ír. - Se rascó la nuca. - Y no, no encontré tu aro.

- Yo estoy en moto, ¿Quieres que te lleve a dar un paseo? - Señaló su moto verde estacionada media cuadra más adelante.

- C-claro, si no te molesta...

- ¡Para nada! De hecho estaba algo aburrido. - Rió.

Ambos se subieron a la moto y Jimin le mostró los alrededores durante unas horas. Se divirtieron mucho juntos, pero cuando Jungkook miró la hora, eran las 19:00. Pegó un salto del banco en el que estaban sentados en aquel florido parque y le pidió a Jimin que por favor lo llevara a su apartamento porque tenía un compromiso.

Jimin lo dejó en la puerta del edificio. Desde afuera Jungkook podía ver al portero dando vueltas adentro, y observandolo de reojo cada tanto mientras se despedía de su nuevo amigo.

Jimin aceleró su moto y Jungkook se quedó viendo como se alejaba. Cuando estuvo lo suficientemente lejos, caminó hacia la puerta del edificio, y ésta fué abierta por el portero.

- Buenas noches Jungkook. - Dijo sosteniendo la pesada puerta con una mano y con la otra detrás de su cuerpo.

- Buenas noches. - Dijo ingresando rápidamente y caminando hacia las escaleras. - Bajaré en una hora para ir a cenar.

- Claro... - Sonrió. - Estaré aquí. - Lo siguió con la mirada hasta que desapareció.

Jungkook abrió la puerta de su apartamento, sin atreverse a mirar el suelo, tenía miedo de ver otro de esos papeles con amenazas estúpidas o algo por el estilo. Pero por suerte, no habia nada allí.
Tomó una ducha rápida, cepilló sus dientes y se puso su perfume favorito. Eligió su ropa cuidadosamente, nunca había salido de noche en esa ciudad, por lo que no sabía si la gente era muy elegante, así que se vistió lo mejor que pudo, solo por las dudas.

Bajó las escaleras a las ocho en punto, y vio al portero sentado en el banco donde usualmente dormía. Miraba hacia afuera, muy concentrado en sus pensamientos.

- Estoy listo. - Dijo Jungkook algo serio, no estaba seguro de querer salir a cenar con el portero, pero no le quedaba de otra.

- Te ves... bien. - Lo miró de arriba a abajo.

Jungkook lo miró también, el portero aún vestía su ropa de trabajo. - Tu también te ves bien. - Dijo frunciendo en ceño.

- ¿Vamos? - Abrió la puerta y lo dejó pasar primero. - Mi moto está aquí cerca.

THROUGH THE LOCK ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora