treinta y seis

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—¿Pero que sucedió? ¿Pudieron detener el fuego a tiempo? —Jungkook siguió a su padre hasta la cocina.

—Te dije que lo olvides, Jungkook.

—¡Pero papá, por favor dime algo! —Insistió angustiado. Necesitaba saber que había provocado con su estupidez.

El papá suspiró, miró el suelo e hizo silencio por algunos segundos.

—El edificio se ha quemado en un ochenta por ciento —dijo apoyándose en la encimera, intentando mantener la calma—, y como soy el jefe de policía, tuve que asignarle a cada oficial un area, les dije que mientras ellos tomaban las evidencias y demás, yo me encargaría de las cintas de seguridad... —le clavó la mirada a su hijo—. Eliminé los vídeos de seguridad en los que aparecías tu.

Jungkook corrió la vista hacia el suelo, no podía verlo a los ojos. Sabía que al cubrirlo, su padre estaba poniendo toda su carrera en juego.

—¡Papá lo siento mucho! —las lágrimas brotaron de sus ojos y se cubrió el rostro con sus manos. Estaba muy avergonzado por lo que había hecho.

Su padre suspiró y se acercó a él. Lo abrazó con fuerza, y le dijo que estaban a salvo, que nadie sabía que había sido él, y que jamás debían hablar de eso con nadie.

Le contó que el guardia de seguridad que debia trabajar allí esta noche, era el principal sospechoso de la investigación: Kim Ji Hoon.

La policia supuso lo que el papá de Jungkook más temía: encontrar el cuerpo de Kim Ji Hoon entre las cenizas. Pero en lugar de eso, lo encontraron en su domicilio, y estaba durmiendo, cuando debía estar trabajando esa noche. Por lo que ahora estaba detenido en la comisaría como el principal sospechoso del incendio.

El papá le dijo a Jungkook que si movia algunas influencias, seguramente encontrarían culpable a Kim Ji Hoon, y así él estaría a salvo.

—Así que... así fue como metieron a mi cliente a la cárcel —dijo el abogado, con una sonrisita de lado, sabiendo que con esa declaración, tendría a Ji Hoon fuera de la cárcel en un abrir y cerrar de ojos.

Jungkook asintió triste, y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Bueno Jungkook, con tu declaración pediré que reabran el caso, y si declaras a favor de Kim Ji Hoon, y te declaras culpable frente a los jueces, el caso estará cerrado.

Jungkook cerró sus ojos con fuerza. No se había dado cuenta de la gravedad de lo que había hecho, hasta que se imaginó a Taehyung llorando por su padre; trabajando para sacarlo de la cárcel por algo que no había hecho. Y entendió por qué le había enviado todas esas notas queriendo jugar con su mente.

Incluso si Taehyung no lo amaba, y si todo había sido un juego para presionarlo, lo entendía.

Pero Jungkook si lo amaba, lo amaba tanto, que haría todo lo posible por devolverle a su padre, y todo lo que le había quitado.

—Me declarare culpable —dijo firme, se levantó de la silla, y le dio la mano al abogado.

Salió del edificio con las manos en los bolsillos de su saco y la cabeza agachada. Totalmente devastado.

Supo desde un principio que inculpar a un inocente estaba mal, pero no había hecho nada para cambiar eso. Y si Taehyung no le hubiera enviado esas notas quizás nunca hubiera entendido la gravedad de lo que había hecho. Y debía cambiar eso.

Taehyung, quien se apoyaba sobre una pared esperando a que saliera del edificio, corrió hacia él rápidamente cuando lo vió.

—¡Jungkook por favor, perdóname! —gritó tomándolo por la ropa, sus ojos estaban hinchados por llorar, y le pedía disculpas como si él tuviera que disculparse por algo.

Eso solo hacía que Jungkook se sintiera peor de lo que ya lo hacía. Intentó quitar sus manos de su ropa y quiso huir de allí. Se sentía un cobarde, y ni siquiera podia verlo a la cara. Todo ese tiempo Taehyung lo había visto vivir su vida como si no hubiera hecho nada, mientras él luchaba cada día con el dolor de tener a a su padre en la cárcel. Le dolía haberlo lastimado tanto.

La angustia se lo comió vivo. Se detuvo en la vereda y comenzó a llorar desconsoladamente.

—¡Soy una mierda! —gritó siendo abrazado con fuerza por Taehyung—¡Lo siento mucho! ¡De verdad lo siento!

Taehyung lloraba y lo consolaba mientras lo apretaba contra su pecho.

—Jungkook escúchame bien. Yo hice todo lo de las notas como una estrategia, pero ayer, luego de enviarte la última, me arrepentí —lo tomó por los hombros y, aunque Jungkook quería cubrir su rostro, lo obligó a mirarlo a los ojos—. Te amo, me enamoré locamente de ti.

Jungkook lloró incluso más de lo que ya lo hacía. No podía amarlo, debia odiarlo. Había arruinado su vida por completo quitándole lo único que tenía y aún así le decia que lo amaba. Taehyung era demasiado bueno para él.

—Debiste hacerme algo peor que enviarme notas —dijo entre lágrimas, desviando la vista de sus ojos rojos.

—¡No, no! ¡Escúchame, encontraremos la manera de ayudar a mi papá, pero no debes entregarte, por favor! ¡Irás a la cárcel por años!

—¡Es lo que me merezco! Y tu papá debe salír —dijo con firmeza y secó sus lágrimas con la manga de su saco.

Taehyung lo miró con tristeza. Había logrado su cometido, la razón por la que había luchado tanto tiempo. Pero ahora no lo quería. No queria perder a otra persona que amaba.

—No lo hagas... —le rogó, incluso poniéndolo a él antes que a su padre—. Mi papá saldrá en un par de años con un acuerdo, tiene un buen abogado.

Jungkook lo miró, con más lágrimas cayendo de sus ojos y rodando por su rostro.

—Te amo Taehyung. Te amo, y por eso voy a entregarme. Mereces a tu padre de vuelta.

Jungkook salió corriendo del lugar, dejando las dos valijas sobre la vereda. Taehyung lo corrió hasta la esquina, pero se detuvo al darse cuenta de que debía darle su espacio, un tiempo para procesar todo lo que había sucedido ese día.

Una hora más tarde, Jungkook viajaba en autobús rumbo a Seoul. Había recogido algunas pocas cosas rapidamente en una mochila, había cerrado su apartamento y tomando el primer ticket que había encontrado. Mientras observaba hacia afuera pensaba que palabras usaría para contarle a su padre lo que haría. Sabía que él se opondría.

Al día siguiente, luego de gritarse por horas con su padre, quién le decía que ni soñara con entregarse, visitó a su abogado. Este lo ayudó, aunque le aconsejo que no lo hiciera, y le advirtió que era una mala idea, que Kim Ji Hoon enfrentaba ocho años, y eso que él no había metido preso a un inocente. Pero aún así, Jungkook no cambió de opinión en ningún momento.

Cada tanto leía los cientos de mensajes que recibía de Taehyung cada día, diciéndole que lo amaba, preguntándole a dónde estaba, y rogándole que hablaran en persona. Y él lloraba por horas en las noches, se contenía de no responderle ningún mensaje. Lo mejor para Taehyung sería seguir adelante y disfrutar de su vida con su padre, una vez éste estuviera libre.

THROUGH THE LOCK ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora