13 -Infiltrado-

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- ¡¿Que haces aquí?! - Saltó de la silla.

- No, la pregunta es, que haces tu aquí... - Abrió los brazos listo para recibir un abrazo.

- Pero papá, te dije que estaba bien solo. - Se levantó de la silla y le dio un fuerte abrazo.

- ¡Siempre se necesita un poco de amor de padre a hijo! - Lo apretó contra su pecho y acarició su espalda.

El padre de Jungkook era el Comisario en jefe de la comisaría nacional de Corea en Seoul. Era un hombre un tanto excedido de peso, se estaba quedando calvo de tanto lidiar con los problemas de la ciudad, y sus años como policía habían logrado una personalidad un tanto tosca y arrogante. Pero aún así, amaba a su único hijo. A su manera, claro está...

- Papá, el es Jimin. - Lo señaló. - Mi nuevo amigo.

- Soy el comisario Jeon, mucho gusto. - El papá de Jungkook estiró la mano y Jimin se levantó de la silla para tomarla, seguido de una gran reverencia.

- Mucho gusto señor Jeon. - Sonrió y masajeó su mano luego de sentir el fuerte apretón que le había dado.

- ¿Hacia falta que vinieras con tu traje de policía? - Miró hacia otro lado con vergüenza.

- Ya sabes, me gusta que la gente me tenga respeto. - Río alardeando de su placa colgada en el lado izquierdo de su pecho.

- Y... ¿cuanto tiempo te quedarás aquí? - Se sentó invitándolo a sentarse en una silla junto a ellos.

- Bueno, quería ver como se encontraba mi único hijo... - Suspiró apoyando sus brazos sobre su enorme barriga. Tenía el aspecto típico de un comisario de las películas de Hollywood. - Me quedaré hasta mañana.

- Excelente, puedes quedarte conmigo en mi apartamento. - Sonrió emocionado.

- Claro que no, ya reservé en un Hotel por aquí cerca. - Aclaró. - Guiandome por las fotos que me has mandado, tu apartamento es demasiado pequeño para ambos.

Jungkook asintió y miró al suelo. Su padre tenía la costumbre de desmerecer todo lo que él tuviera. Pero aún así, se querían mutuamente, su padre lo había ayudado en infinitas ocasiones.

- Está bien. - Sonrió desganado. - ¿Y mamá como está? - Sus ojos color café se iluminaron al pensar en su madre.

- Tu madre está bien, pero te extraña mucho. - Dijo con melancolía.

- ¿Y por qué no vino aquí?

- Dijo que si te veía querría llevarte de vuelta a casa, asique prefirió quedarse.

- Entiendo... - Observó el suelo con tristeza.

- Veo que haces amigos muy rápido. - Señaló a Jimin que se encontraba frente a él.

- Así parece. - Miró a Jimin, quién se encontraba algo incómodo y sonreía falsamente. -Jimin, ¿te parece si nos vemos otro día? Quisiera pasar algo de tiempo con mi padre antes de que se vaya.

- ¡Por supuesto! - Se levantó de la mesa e hizo una gran reverencia frente al padre de Jungkook. - Fue un gusto conocerlo señor Jeon.

El padre de Jungkook asintió.
Jimin caminó hacia su moto, se puso su casco y arrancó a toda velocidad.

- Parece un buen chico. - Dijo el padre. - Creo que al fin estás haciendo buenos amigos...

- Papá, no empieces... - Rodó los ojos. - ¿Quieres ir a mi apartamento?

- Claro vamos. - Se levantó quejándose de su dolor de espaldas.

Ambos caminaron hacia el apartamento, mientras charlaban y se contaban como habían estado este tiempo lejos.

Llegaron al edificio y Jungkook pudo ver a través de la gran ventana al portero sentado sobre el banco que suele usar como cama.

Mientras tanto Taehyung, al ver a Jungkook y al entrajado señor con el que venía, se levantó rápidamente para abrir la puerta e hizo una reverencia cuando entraron.

Taehyung se acercó a Jungkook antes de que subiera por las escaleras y lo tomó del brazo.

- Jungkook ¿Que sucede? - Frunció el ceño y miró al policía junto a él de arriba a abajo. - ¿Te sucedió algo? - Dijo preocupado.

- Ah, él... - Lo señaló. - Es mi padre. - Dijo serio, no tenía demasiadas ganas de hablar con Taehyung luego de lo que había sucedido antes.

- Buenos días, soy el comisario Jeon. - Extendió su mano para saludarlo.

Taehyung tragó saliva. Estaba extremadamente nervioso, sus manos temblaban y su frente sudaba.

- Bu-buenos días. Mi nombre es K-kim Tae-taehyung, soy el p-portero. - Extendió su mano y la estrechó con la del comisario.

- Está bien muchacho, sé que algunos se intimidan al ver esta placa, pero tranquilo, no soy el diablo. - Lanzó una risa altanera.

- Papá, basta. - Rodó los ojos. Odiaba cuando su padre alardeaba de su posición.

Jungkook comenzó a caminar hacia las escaleras, pero otra vez una mano tomó la manga de su saco deteniendolo.

- Jungkook, necesito que hablemos... - Suplicó el portero con la mirada.

Jungkook le hecho una mirada al padre, quién se paraba junto a él con la típica pose de un policía en guardia.

- Estoy con guardaespaldas ahora... - Señaló a su padre. - ¿Podemos hablar en la noche?

- Claró... - Sonrió de oreja a oreja, estaba contento porque pensó que el menor no querría hablar con él.

Jungkook comenzó a caminar. Taehyung lo vio alejarse mientras debatía con su padre sobre si debían usar las escaleras o el elevador, pues el rechoncho policía se oponía a usar las escaleras porque decía que tenía problemas de rodilla.

"Esto está muy mal..." - Pensó Taehyung apoyando con preocupación una de sus manos sobre su frente.

THROUGH THE LOCK ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora