5 -Amor y odio-

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Jungkook caminó hacia su cama, tenía demasiado sueño, tanto, que ni siquiera pensaba tomarse la ducha que tanto había ansiado. Se recostó sobre su cama, apagó la luz y comenzó a observar el techo fijamente. Estaba por caer en un pesado sueño, hasta que unas sutiles luces verdes que ingresaban por la puerta ventana llamaron su atención. Se incorporó sobre la cama y corrió la fina cortina blanca para observar hacia afuera. Enseguida notó que las luces provenían de la pequeña pero muy bien decorada tienda de dulces, justo frente a su apartamento. Su estomago rugió fuerte rogándole por uno de esos pequeños dulces largos y enroscados color café que se deshacen en la boca. No pudo negarse a la petición de su estómago, así que saltó de la cama, tomó un abrigo, y salió de su apartamento. Bajó las escaleras con rapidez, estaba algo oscuro, frio y solitario. Llegó al primer piso y caminó hacia la puerta de entrada escuchando sus propios pasos retumbar por el silencioso edificio. Apretó el botón para que la puerta se abriera y tiró de ella. De repente, sintió algo moverse detrás de él, entró en pánico y tomó su celular rápidamente para alumbrar hacia todos lados.

- ¡Quién anda ahí! - Gritó y esperó unos segundos, pero nadie contestó.

Juraba haber escuchado algo moverse cerca de él. Palpó las paredes hasta encontrar el interruptor de la luz, y cuando finalmente lo hizo, encendió todas de una sola vez.

Su ceño se frunció al ver lo que menos esperaba. El portero dormía sobre un pequeño banco de metal cerca de la puerta de entrada, y giraba sobre su cuerpo al estar muy incómodo.

"¿Cómo es que ni siquiera despertó con mi grito?" - Pensó Jungkook acercandose a él.

El joven portero llevaba su traje de trabajo puesto, y sus manos se encontraban calentándose entre sus piernas mientras dormía como un bebé sobre el duro banco.

Jungkook lo observó dormir y decidió que despertarlo sería la mejor opción, quizás se había quedado dormido en su turno de trabajo.

- D-disculpa... - Dijo intentando hacerlo salir del sueño. - ¿...Hola? -

Al ver que no reaccionaba, decidió moverlo un poco con su mano. El castaño comenzó a moverse un poco, balbuceando algunas palabras incoherentes.

- Solo dos minutos más papá... si... las rejas varían el tono... hmm... - Daba vueltas en el banco mientras Jungkook lo observaba.

- Disculpe... - Insistió Jungkook, y entonces el portero entre abrió apenas sus ojos color café, los cuales dolían por tanta luz.

- Ay dios mio... - Dijo el portero sentándose en el banco rascándose su despeinada cabellera. - Lo siento, me quedé dormido.

- ¿Estabas en tu horario de trabajo? - Preguntó curioso.

- No, es solo que a veces yo... - Miró al suelo. - Yo duermo aquí porque mi apartamento queda demasiado lejos, no tiene caso que vaya hasta allí en la noche cuando mi horario termina, y luego vuelva aquí en la mañana.

Jungkook asintió. Le daba lástima la situación del pobre portero quién trabajaba día y noche, y ni siquiera podía descansar bien.

- Escucha... - Dijo Jungkook. - Iba a cruzar por unos dulces, ya sabes... Mi estómago me lo pide. - Río y el portero sonrió también. - Y luego si quieres, tengo un sofá para prestarte solo por esta noche.

- Oh no, no tienes que hacer eso. - Sacudió su mano en negación. - Estaré bien aquí en el... frio y... muy, muy, muy duro... - Observó desganado el banco en el que estaba sentado. - ...Banco. - Sonrió falsamente.

- No dejaré que pases la noche ahí... - Extendió su mano para que el joven la tome y así ayudarlo a levantarse. - Por cierto, me llamo Jungkook...

- Lo sé. - Sonrió. - Mi nombre es Taehyung, Kim Taehyung.

THROUGH THE LOCK ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora