treinta

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Jungkook salió del baño secando su cabello con una de las toallas marrones del hotel. Había logrado relajarse un poco, pero aún así no dejaba de pensar en las notas: ¿a qué se refería quien fuera con "errores"? Daba vueltas y vueltas en su cabeza intentando descifrar el misterio, y eso solo le estaba provocando un terrible dolor de cabeza.

Giró sobre si mismo buscando una ventana para tomar algo de aire fresco, pero acababa de darse cuenta de que no había una en la habitación. Suspiró pesado y se tiró sobre la polvorienta y ruidosa cama de madera vieja: ¿acaso eso era un colchón o era una alfombra? Su espalda dolería como el infierno al día siguiente.

Cerró los ojos para relajarse, pero al instante la puerta fué golpeada tres veces. Se sentó rápidamente sobre la cama y miró la puerte. Tragó duro. Le tomó unos segundos reaccionar y levantarse. Caminó hacia la puerta y respiró hondo antes de abrirla unos centímetros para mirar.

—¿Me extrañaste? —dijo una profunda voz.

Jungkook suspiró y abrió la puerta por completo.

—Tae... —su cuerpo se relajó y sonrió al verlo allí parado, con el casco de su moto en la mano y su cabello despeinado—. Me alegra que seas tú.

—¿Quién más podía ser? ¿O acaso esperabas a otro? —alzó una ceja y sonrió—. Ven aquí, hermoso —lo tomó por la camiseta, lo acercó a él y lo abrazó con fuerza—. Vine lo más rápido que pude. ¿Que sucedió?

Jungkook se acurrucó en su pecho, abrazandolo con cariño, agradecido de que estuviera allí con él. Y sin saber por qué, comenzó a llorar.

—¡Ey, ey! —Taehyung frunció el ceño y acarició su espalda—. Ya estoy aquí, no pasa nada.

Jungkook le contó sobre la nota que había recibido y sobre las extrañas actitudes de Jimin y Yoongi. Se apoyó sobre su pecho y comenzó a llorar otra vez. Jamás había llorado frente a nadie, pero ese día, lloró como un niño, sintiéndose desbordado. Taehyung lo contuvo, lo acarició y lo abrazó. Le prometió que todo estaría bien ahora que estaban juntos, y que todo eso que lo ponía mal terminaría. Quería ayudarlo, comenzaba a enamorarse tanto de Jungkook, que verlo llorar de esa manera rompía su corazón en miles de pedazos.

—Iré a hablar con Jimin y Yoongi —dijo Taehyung enojado.

—No lo hagas. ¿Y si son ellos y al decirles algo se ponen locos? ¿Y si no son ellos? Tendré que contarles todo... —contestó Jungkook secando sus lágrimas con la manga de su camiseta blanca.

—En eso tienes razón, pero esto tiene que terminar en algún momento, ¿no crees?

—Si, pero no será hoy.

—Jungkook, debemos ir a la policía, cuéntales todo, ellos sabrán que hacer.

—¡No iré a la policía! ¿Qué les diré? ¿Que un loco me acosa enviandome notas? Se reirán de mi. Además, ¿mira si el loco de las notas se entera de que fuí a la policía? ¡Vaya a saber dios que me haría!

—Jungkook, cálmate.

—¡Es que todo esto es demasiado para mi!

—Lo sé, y lo entiendo. No debemos ir a la policía ahora, —lo tomó por el brazo y lo miró fijamente—, tranquilo.

—Estoy cansado por el viaje, y supongo que tu también. Viniste en moto... —lo miró con ternura. Taehyung había viajado hasta allí en moto porque él lo necesitaba. Se ruborizó y agachó la cabeza, tenía ganas de besarlo.

—Viajaría a la luna en moto por ti...

Jungkook mordió su labio y se ruborizó aún más. Se acercó a su rostro y apoyó sus labios sobre los de él. Se besaron por unos largos treinta segundos.

—Gracias por venir por mi —susurró.

—El placer es mio —observó hacia adentro de la habitación—. ¿Compartiremos esa cama de papel hoy?

Jungkook rió.

—Si. Me alegra no dormir solo.

Eran las 2:30 de la mañana, y los gemidos y los golpes contra la pared de la habitación de al lado apenas habían cesado minutos atrás. Taehyung y Jungkook reían mientras contaban las veces que Jimin gritaba "ay" y las que Yoongi decía "uh". Con un total de 28 veces para Jimin y 15 para Yoongi. Jungkook y Taehyung habían logrado encontrarle la gracia a que las paredes literalmente fueran de papel.

—¿Crees que vayan por la segunda ronda? —susurró Taehyung aguantando la risa.

—¿Que acaso esas no fueron como tres? Llevan literalmente horas.

—No lo sé —Taehyung largó una carcajada y Jungkook lo calló poniendo una de sus manos sobre su boca—. Si nosotros escuchamos entonces ellos también nos escuchan.

—Pero nosotros no los molestamos con nuestros gemidos pornográficos.

—No, pero... —Jungkook miró a Taehyung—, ¿deberíamos? —rió y apagó la luz del velador.

Taehyung rió y lo miró; quería descifrar si hablaba en serio. Giró su cuerpo hacia él y colgó su brazo sobre su abdómen. Luego beso tiernamente su cuello, muy lento. Lo vió cerrar sus ojos y respirar más aceleradamente. Besó su cuello completo, luego su mandíbula, y luego su boca. Se subió sobre él sin separar sus labios y levantó su camiseta para acariciar su abdómen.

De repente, la chillona puerta se abrió lentamente. Unos pasos se escucharon ingresar a la habitación en la oscuridad.

Taehyung se recostó junto a Jungkook y lo abrazó. Ambos, espantados, hicieron completo silencio por un momento, hasta que Taehyung decidió hablar cuando sintió los pasos acercándose.

—¿Quién anda ahí? —dijo, intentando sonar calmado, aunque por dentro quisiera gritar.

—¡Ay, lo siento! No quería despertarlos —se escuchó la dulce voz de Jimin.

—¡Mierda Jimin! ¿por qué no tocas? Nos diste un susto. Además estábamos a punto de... ya sabes —Jungkook se quejó.

—Solo quería un cargador para mi celular, el de Yoongi no anda en mi celular y el mío lo olvidé en casa. ¡Lo siento mucho!

—Descuida —contestó Jungkook—. Mi cargador está sobre el mueble de la ropa.

Jimin trastabillo hasta encontrarlo, lo tomó y salió de la habitación dando las gracias y las buenas noches a los dos.

Esperaron unos segundos hasta que se escuchó la puerta de la habitación de al lado cerrarse. Taehyung suspiró pesado. Estaba ansiando las manos de Jungkook sobre su cuerpo.

—¿En qué estábamos? —insinuó, y en la oscuridad dejó un beso en su mejilla. Entonces, notó que Jungkook estaba dormido—. ¿Te dormiste? ¿Jungkook? —lo movió con su mano, pero Jungkook solo se dio vuelta para seguir durmiendo.

Taehyung rió y se acomodó a su lado, lo abrazó y cerró los ojos.

—Descansa, Jungkook —susurró.

THROUGH THE LOCK ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora