12 -Kilometros de lejanía del lugar que deberías ocupar tu-

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Jungkook pasó un rato recostado sobre su cama. No quería pensar en el beso, pero no podía evitarlo.

Decidió que era hora de pensar en otra cosa, y recordó que había quedado en hablar con su nuevo amigo Jimin, justo cuando su teléfono comenzó a sonar.

Era Jimin, atendió, y arreglaron encontrarse en el restaurante italiano a la vuelta de la esquina en diez minutos.

Jungkook se preparó, tomó su saco gris largo que usaba la mayoría de las veces y salió del apartamento.

Bajó las escaleras diciendo una plegaria mental para que el portero no se encuentre allí cuando él pase. No le daba el coraje para verlo a la cara luego de lo que había hecho, aunque sabía que debía enfrentarlo tarde o temprano.

Llegó a la recepción del edificio y no vió a nadie allí. "¡Vamos!" Pensó, haciendo una mueca de victoria.

Cruzó la recepción a paso rápido, y abrió la puerta, salió del edificio y cuando miró hacia la derecha, allí estaba él,

El portero.

Jungkook tomó aire y refunfuño para sus adentros. No quería tener que saludarlo y fingir que nada sucedió. Pero algo llamó su atención, asique caminó hacia él de todas maneras.

- ¿Q-que haces? - Dijo Jungkook tímidamente, pero algo confundido al ver al portero revolver el buzón del edificio.

- ¡Mierda! - Saltó y llevó su mano a su pecho al ver al menor detrás de él, observandolo. - E-estaba... - Señaló nervioso el buzón.

El buzón numero "3" se encontraba abierto.

- Es el tres... - Dijo el menor con el ceño fruncido. - Es el mío, ¿Que haces? - Se acercó a ver dentro del buzón, pero no vió nada allí.

- De hecho... - Tragó saliva. - Escuché ruido en el buzón, asique salí rápidamente y... - Lo miró con lástima.

- ¿Y...? - Insistió.

- Encontré este papel dentro de tu buzón. - Metió la mano dentro de su bolsillo y sacó un papel idéntico a todos los demás, doblado en cuatro partes.

Jungkook lo tomó con miedo de su mano, no quería leer otra amenaza o algo por el estilo. Tragó saliva y miró al mayor a los ojos.

- ¿Lo has leído? - Dijo serio.

- No lo he leído... - Contestó rápidamente poniendo sus manos detrás de su cuerpo, como el protocolo de porteros le indicaba.

- Está bien. - Lo metió a su bolsillo y comenzó a caminar en dirección al restaurante italiano, donde vería a Jimin.

- ¡Espera Jungkook! - Gritó desesperado.

- ¿Que? - Se dió vuelta para verlo.

- ¿P-podemos hablar? - Dijo tímidamente.

- Prefiero que no Taehyung, lo siento, debo ver a Jimin. - Dió media vuelta y se fué.

Taehyung se quedó observando como se alejaba de el lugar, hasta que doblo la esquina. Se preguntaba por qué razón el menor lo había besado, ¿Estaba enamorado de él? O solo se confundió... y, ¿Que sentía él por el menor? ¿Por qué ahora lo evitaba? Taehyung se encontraba muy confundido y eso lo estaba matando por dentro.

Jungkook caminó sin mirar atras y dobló en la esquina, esquivó el cartel del restaurante y enseguida vió la invonfundible silueta de su amigo en una de las mesas de hierro celeste que se encontraban afuera, el cual se veia muy entusiasmado texteando en su celular, por lo que nisiquiera notó cuando Jungkook se acercó a él y tomó asiento frente a él.

- Hola. - Dijo Jungkook observándolo fijamente.

- ¡Jungkook! - Gritó su amigo quitando la vista del celular.

- ¿Cómo estás? - Se acomodó en el asiento.

- Muy bien ¿y tú? - Sonrió dejando su celular a un lado de la mesa.

- Pues... - Jungkook tenía demasiadas ganas de contarle a su nuevo amigo lo que había sucedido con Taehyung, necesitaba sacarse el nerviosismo de ensima, y sabia que usar a alguien de psicólogo serviría, pero no estaba seguro sobre si contarle o no.

- ¿Pues qué? - Insistió Jimin al ver la cara de ansioso y nervioso que Jungkook tenía en ese momento.

Jungkook dejó salír una pequeñísima sonrisa de lado mientras observaba el suelo y jugaba con sus dedos. Lamentablemente ese pequeño gesto lo delató.

- No me digas que... - Jimin abrió los ojos como platos. - ¡¿Conociste a alguien?! ¿Tan rápido? ¿Como se llama? ¿A dónde vive? ¿La conozco?

- De hecho, es un "él". - Lo miró fijo. - Y si, lo conoces... - Suspiró.

- ¿Lo conozco? - Frunció el ceño desconcertado. - La única persona que tu y yo conocemos es... - Hizo memoria, hasta que se dió cuenta. - ¡¿El portero?! - Saltó.

- ¡Shh! ¡Ya callate! - Lo calmó.

- Entonces, tu y el portero... ¿Que pasó entre tu y el portero? - Giró la cabeza de lado pidiendo detalles.

- B-bueno, hoy nos encontramos en una situación difícil de explicar, y yo... Lo besé. - Admitió cubriendo su rostro con las mangas de su saco.

Jimin abrió la boca impresionado, nunca se hubiera imaginado que hoy conocería un chisme de ese calibre.

- Pe-pe-pero... - Decía incrédulo. - ¿Te gusta?

- No lo sé, yo-

- ¿Que van a ordenar? - El chico flaco y de sonrisa amorosa apareció, con su bolígrafo rojo en una mano, y su libreta en la otra.

- ¡Hoseok como estás! - Jungkook lo saludó. - Yo pediré un plato de Spaghetti a la ciciliana. - Sonrió al contagiarse con la gran sonrisa del mesero.

- ¡Excelente! - Anotó su orden en una libreta. - ¿Y tu Jimin? - Lo miró.

- Lo mismo, gracias. - Dijo algo serio.

- Enseguida traigo su pedido chicos. - Metió su bolígrafo en el bolsillo de su delantal de mesero, y se dio media vuelta.

- Entonces, ¿En qué estábamos? - Insistió Jimin.

- Es que no estoy seguro de lo que siento... - Suspiro. - M-me parece lindo, pero no se si sienta algo por él.

- Entiendo... - Miró el delicado mantel de la mesa y comenzó a hacer círculos con su dedo sobre ella. - Quizás deberías descubrirlo. - Insinuó.

- ¿A que te refieres?

- No sé, solo digo que-

De repente alguien interrumpió la conversación abruptamente apoyando una mano sobre el hombro de Jungkook. Seguido de una voz profunda que habló lentamente.

- A ti te estaba buscando...

THROUGH THE LOCK ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora