EL SICARIO² •〖JIKOOK〗

『↺Capitulo 6』

Jungkook se encontraba limpiando toda la enorme sala mientras Jimin se encargaba del cuarto. Aquel día era sábado, tenían todo el día para divertirse y llenar sus horas de alegría. No estaban dispuestos a pelear, lo habían hecho toda la semana como para ahora también hacerlo.

El pelidorado limpiaba a fondo por debajo de los sofás y sobre la elegante alfombra. De un momento a otro escuchó los pasos de Jimin aproximarse, quien bajó de la escaleras lentamente, mirando con dulzura y deseo a Jungkook.

—Ya terminé, Jungkook—Avisó Jimin, acercándose al pelidorado con una sonrisa, pasando sus mano por toda su dorada cabellera —Y me cansé.

—Perfecto —Sonrió Jungkook, acercándose al pelirubio para entregarle la aspiradora —Ahora, limpia lo que resta de la casa.

—...

—¡Solo bromeo! —Se la quitó nuevamente, hundiéndose en un mar de risas que no tardó por contagiar de igual manera al pelirubio —Jimin, ya acabé también, ya no tenemos que hacer nada.

—Muy gracioso, Jungkook —Comentó Jimin, elevando una atrevida ceja.

Jungkook nuevamente rió, enrollándose en la cintura del pelirubio para plantar un cálido y dulce beso sobre sus labios, uno tras otro hasta por fin sacarle una sonrisa al pelirubio

—Bañémonos juntos —Pidió Jungkook,  entrelazando sus dedos con los contrarios, guiándolo desesperado a las escaleras.

—P-pero...kookie, aún no me quiero b...

—¿No te quieres bañar conmigo? —Jimin detuvo el paso, mirando a Jungkook con tristeza y decepcionado. Partiéndole el corazón de un momento a otro del pelirubio.

—De acuerdo —Se rindió, sonriendo plácidamente para seguir nuevamente el paso—Bañémonos mi kookie.

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Kim Taehyung había logrado salirse con las suyas.
El oficial Jeon le cedió un auto donde estaba totalmente inseguro, no tenía GPS y servía con excelencia para lo que estaba a punto de hacer.

A Hong no le parecía la idea de que se fuese nada más él solo, es más, no quería, sin embargo tenía que confiar en este tipo, era suúnica salida y si de verdad quería recuperar a Jungkook tenía que darle paciencia a su ser.

Mientras que, Taehyung manejaba firmemente con una mano en el volante y la otra sosteniendo entre sus dos dedos un mentolado cigarro. Extrañaba el sabor y el aroma del tabaco, disfrutaba cada galón que le daba. Si no mal recordaba, iba en dirección correcta. Bien podría huir de la ciudad y escapar de todo este enredo pero, tenía muy buenas razones para no hacerlo.

En primera, el auto no tenía tanta gasolina y ya no tenía ni una pizca de dinero ya que todose lo había gastado en su limpieza personal; ropa, estética, accesorios, etc. Otra razón, era porque deseaba con todo su ser tener entre sus grandes manos el cuello de Jimin y matarlo muy lenta y dolorosamente.

Le causaba más enojo recordar el fondo de sufrimiento y el porqué odiaba tanto a Jimin, no estaba dispuestoa traer nuevamente esos recuerdos a su mente. Después de unas breves horas, la enorme e inmensa mansión del narcotraficante Kim Namjoon se vio a la vista. Recorrió todo el bello pasillo hasta llegar al portón donde habían dos hombres de traje denegro, quienes se acercaron con las manos ensus armas para cualquier clase de acto negativo.