『↺Capitulo 28』

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El lugar era sorprendentemente escalofriante, pero era tanto el coraje y la ira que, JiMin ni siquiera lo notó.

Sus pasos eran rudos y pesados, el lugar era enorme, apestaba rata muerta y las paredes desgastadas le daban el toque perfecto a algo paranormal, sin embargo, JiMin siguió, en todo momento mirando a los lados para cualquier clase de trampa que pudiese haber. Subió las escaleras, las cuales rechinaron de forma tenebrosa en peligro de romperse, pero al parecer, ahora era lo menos importante.

Justo en el segundo piso, en exactamente al fondo había por primera vez una habitación con luz, y aquello era seguramente por la luz de luna que entraba directamente de la ventana. Lo sabía, ahí estaba . Se acercó sin miedo, en todo momento la ira creciendo y creciendo mientras su sangre hervía en puro coraje dado. JungKook era su prioridad, y juraba que mataría al hombre si siquiera le hubiese tocado un cabello.

Una pequeña risa burlona se dio cuando llegó al marco de la puerta, donde quedó ahí, mirando toda la habitación hasta que por fin le notó. Se encontraba parado de brazos cruzados a un lado de la ventana, donde solamente su silueta negra se daba. JiMin cerró sus manos en puño, enviando una mano a su cadera con intención de sacar su arma, pero entonces TaeHyung le habló:

─No lo haría si fuese tú─amenazó, quitándose de la pared para colocarse en medio de la habitación, aún su rostro no se daba bien por la poca luz del lugar.

─¿Dónde está JungKook?─ preguntó sin miedo, encarándole ─. Fue tan malditamente infantil que le involucraras, creo que no entiendes...


─ Eres tú el que no entiendes, ¿cierto? ─TaeHyung se cruzó de brazos, negando con la cabeza lentamente ─. Tira el arma al suelo ─le ordenó.

JiMin quedó unos eternos segundos quieto, con la mirada clavada al hombre castaño, quien de igual forma le esperaba ansioso. La tensión era jodidamente fuerte, el calor se daba en la habitación por la furia y las miradas asesinas. Fue luego que después de un largo minuto JiMin llevara su mano a su cinturón, sacando el arma para aventarla al suelo, justamente tras él.

─ También saca la navaja de tu antebrazo y las dos de tus tobillos ─nuevamente le ordenó, seguro de lo que decía. JiMin solamente pudo resaltar los ojos, acto que TaeHyung aclaró la garganta, dando un profundo suspiro ─. Yeoul te enseñó esos escondites, así que hazlo.

─ ¿Cómo sé que no estás armado? ─JiMin cuestionó, evadiendo completamente lo de su padre Yeoul.

Taehyung rodó los ojos, elevando amabas manos en alto para después mostrarle su pantalón, el cual no tenía bolsillos.

─ Ninguna arma, puedes revisar por ti mismo─ dijo seguro─. Y las navajas, no sé usarlas, pero de todas formas puedes revisar.

JiMin bramó molesto, jalando la manga de su chaqueta para sacar la navaja y tirarla, seguido de sacar las dos de sus tobillos, de igual forma, aventándolas lejos.

─ Era todo lo que tenía ─sinceró JiMin, moviendo la cabeza de lado a lado hasta que su cuello tronó, seguido de apretar sus manos en puño, elevándolos por fin, colocándose en guardia─. Que esto empiece ─ dijo, acercándose.

─ Muy seguro, ¿eh? ─TaeHyung sonrió emocionado, elevando ambas manos para colocarlas en puño, de igual forma acercándose─. Veamos qué tanto te mejoró la maldita mierda de Yeoul.

JiMin enfureció, soltando sin pensarlo un golpe al rostro del castaño, quien por cierto era levemente más alto que él, detalle que ayudó para que TaeHyung lo esquivara, dando un golpe al rostro del pelinegro, el cual desafortunadamente no pudo esquivar. Dio tres pasos atrás, tratando de calmarse, parpadeando varias veces para nuevamente enfocar al más alto.

EL SICARIO² •〖JIKOOK〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora