『↺Capitulo 30』

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"LA TORTURA REGRESA"

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TaeHyung y JiMin resaltaron los ojos en su mismo lugar, sus piernas perdieron fuerza y sus respiraciones aceleradas no ayudaban en absolutamente nada en mantener la calma.

A sus espaldas se encontraba, sí, claro que sí, era Hong Jeon, la escoria en carne y hueso, su peste presenciándose de poco a poco hasta que por fin, con dificultad le encararon, notando que tras el hombre diez oficiales, obviamente no vestidos con sus uniformes, le apuntaban.

─Los dos contra la pared ─ ordenó el señor Jeon, señalándoles con el mentón para aproximarse, acto que provocó que ambos se miraran no muy de acuerdo, resistiéndose ─ Dije, ¡las malditas manos contra la pared! ─exclamó Hong, pegando el arma a la frente de TaeHyung, quien le recibió con una sonrisa de lado, mirándole fijamente a los ojos, burlándose.

─ Como usted ordené─ dijo con sarcasmo, dirigiéndose con dificultad a la pared, el dolor en su espalda dándose en todo momento.

JiMin quedó en su mismo lugar, firme y rudo ante la presencia del viejo.

─Park JiMin─ comenzó a hablar el viejo, arqueando una ceja para pegar el arma a la frente de JiMin, quien le mataba con la mirada, su rostro serio y la venas de su frente resaltándose en todo momento ─, a la pared ─ordenó, sin embargo, JiMin no se movió ─ ¿No escuchaste? ─nada ─¡Dije que te pongas contra la maldita pared! ─pegó más su arma, escuchándose el seguro del arma.

─ JiMin─ Tae le habló, provocando que el mencionado le mirara sin mover la cabeza, respirando cortantemente ─. Ven ya.

─ Fantástico ─ elevó ambas cejas el señor Jeon, riéndose después hasta soltar fastidiosas carcajadas, viendo cómo JiMin se acercaba al castaño, quedando a su lado─ ¡Jodidamente fantástico! ¡Los hermanos que se odiaban a muerte ahora hasta seguramente follan! ¿¡No es grandioso!?

JiMin frunció el ceño, conteniéndose fuertemente las ganas de aventarse sin importar las consecuencias. TaeHyung a su lado suspiró, mirándole para negar con la cabeza, indicándole que no, que no era la forma, sin embargo no se contuvo y escupió con odio:

─ ¿Crees que seríamos tan podridos como tú? ─ cuestionó JiMin, elevando una ceja, retándole ─. No confundas, maldita y asquerosa rata─gruñó, empuñando sus manos─. La gente no está tan enferma como tú para llegar a tal grado.

El señor Jeon borró su risa, guardando el arma en su cinturón, negando con la cabeza para después sonreír.

─ Siempre... desde que supe tu existencia ─ comenzó a hablar, caminando lentamente alrededor de la habitación─ deseé con matarte, con torturarte, deseando y anhelando que tu gritos de dolor fueran escuchados por mí, verte en el suelo y disfrutar cómo ruegas por tu maldita e insignificante vida, que ruegues por tu vida y sobre todo─ le miró de pies a cabeza, riendo burlón ─; que me podas perdón.

─ Es seguro que vives de malditos sueños, hombre─ dijo JiMin con una risa ─. Jamás, escúchame bien, Hong...─le miró penetrante, arrugando inconscientemente la nariz por el gruñido que daba.

─jamás en mi vida, haré algo como lo que acabas de decir, ¡Jamás! ¡Nunca!

─ ¿De verdad? ─Hong elevó una ceja, inclinando la cabeza de lado, llevando ambas manos a su cintura pensativo.

─ Jamás ─recalcó.

─ Espósenlos ─mandó el señor Jeon a sus oficiales, acto que obviamente acataron, acercándose a ellos para esposarlos.

EL SICARIO² •〖JIKOOK〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora