『↺Capitulo 14』

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TaeHyung caminaba sin rumbo por las solitarias calles de Corea, mirando a todo su alrededor, notando que ya estaba algo lejos del departamento que Hong le había asignado junto con aquel molesto oficial.

Tenía un objetivo por el cual desapareció de la habitación, necesitaba encontrar a un viejo amigo del pasado, necesitaba algo de él, claro, si es que aún seguía vivo. La preciosa casa se notó a su vista, estaba algo escondida de las demás casas, pero aún lograba ubicar con fija perfección el lugar.

Miró a todos lados para asegurarse de que nadie le viese o le siguiese para por fin decidirse a tocar la puerta. Su enorme abrigo no le lograba calentar como se debía, aquella noche hacia mucho frío y Tae sabía que si su viejo amigo ya no estaba no le quedaría de otra más que esperar a que Hong regresara nuevamente a Corea.

Al hombre quien había visitado se trataba de un hombre el cual había conocido en su niñez. A lo que él recordaba, ese hombre se dedicaba al transporte de Marihuana, Cocaína, Cristal o cualquier clase de droga hacia otros países. Él sería el más indicado para enviarlo (Y gratis) a París.

Le quería mucho al Señor, había sido una grandiosa persona en su niñez. Cuando puro silencio invadió en aquel momento, la vieja puerta de madera pintada de color negro, se abrió lentamente, escuchándose ruidosamente el rechinido de ésta.

Era un chico de una edad aproximada de veinte a veinticinco años, su expresión al mirar a Taehyung quedó perpleja, casi como si tuviese miedo.

Buenas noches — Saludó el hombre, mirando a Tae con las uñas clavadas en la puerta.

Buenas noches — Tae sonrió, haciendo una pequeña reverencia — ¿Se encontrará el Señor Jung Ho Soulm?

Ehm... — Tragó grueso, aún dudoso de hablar — ¿De parte de quién?

— Soy un viejo amigo, me gustaría que saliera para que me viera personalmente.

— De acuerdo, permítame...

¡Hijo! ¿Quién es? — Interrumpió un hombre de voz vieja, abriendo más de la puerta hasta rebelarse.

Soulm... — Tae murmuró con una sonrisa, aún temblando debido al brutal frío que hacía — Qué alegría que... — Le miró de pies a cabeza, un pequeño nudo en su garganta nacía al ver al hombre altamente acabado — Estés con bien...

— Muchacho... — El hombre tosió antes de hablar, con el corazón palpitando a mil por minuto al ver al chico después de tantos años— S-saliste de... — Miró a su hijo, quedándose inmediatamente callado — Entra, Tae, entra por favor... te congelarás si sigues afuera.

El Señor y el hijo abrieron en total la puerta para permitirle la entrada al castaño, quien temblando no lo pensó dos veces para entrar.

No lo puedo creer — Comentó el mayor, tosiendo continuamente — Has crecido bastante, Taehyungie...

— Oh, vamos Soulm — Rió apenado, enviando ambas manos a su boca para tratar de calentarlas con el calor de adentro — Tenía como diez años cuando te conocí, ¿No es así?

— Shh ~ — El hombre siseó con un dedo frente a sus labios, dirigiendo la mirada con su hijo — HoSeok, ve a tu habitación, si necesito algo te llamo.

— De acuerdo, padre — Inclinó un poco la cabeza en señal de respeto, pasando una mano por su anaranjada cabellera para finalmente despedirse — Seguiré estudiando. Lisa y yo estamos a exámenes finales.

EL SICARIO² •〖JIKOOK〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora