"Capítulo 42: arruiné su vida".

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El suave rocío de las flores y plantas silvestres que rodeaban su hogar caía en su rostro suavemente, el humeante líquido en la pálida taza de cerámica blanca opaca, los dedos golpeando en un suave tacto la madera raspada con algo de brillo, miraba las pequeñas gotas de lluvia caer y mojar el barandal color café, recargo su brazo en la mesa, con su mentón en la palma de su mano, observando aquella naturaleza que inclusive hoy le resultaba muy interesante, ver el frondoso bosque con aquellas nubes color negro y grises en el cielo llegaba hasta cierto punto a relajarlo, la soledad de su cabaña era abrumadora, pero quizás ya se habría acostumbrado, hasta ese punto, a permanecer solo, y tampoco era algo que le importará demasiado.

Cada día trataba de controlar sus impulsos a salir por esa puerta e ir a buscarlo, pero se resistía ante todo, para ya no dañarlo más, miró con rabia un punto muerto, la taza en su mano con aquel líquido ardiente se hizo pedazos, y ése líquido quemó su mano, pero nada ahora le hacía más daño que el recuerdo.

—Maldito saiyajin... Tuviste que haberme enredado contigo, sal de mi mente, ya no soportó verte ahí— murmuró al tomar una servilleta y ponerla sobre el líquido derramado, se levantó.

Camino sin más a aquella oscuridad en su hogar, el lugar que tantas veces Vegeta recorrió con su camisa blanca y larga hasta los muslos, con esa cara soñolienta que cargaba cada mañana y sus anticuados insultos a los animales pequeños.

Se sentó en el sofá, un líquido recorrió su mejilla, había estado haciendo esto varios días, llevo su mano a su rostro, limpio aquella pequeña gota, —llorar...— murmuró al ver a un punto muerto, habia perdido la cuenta de cuantas veces había llorado al pasar los meses, y es que...

Lo extrañaba con toda su alma.

"¿Me amas?" ||GokuVegeBlack|| EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora