XIV. Inosuke vs Hog

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Fue bastante aburrido, a decir verdad. En su vida había utilizado cremas antes de bañarse, por lo que no conocía el proceso. Nada más estar recubierto de ella por completo, se tomó unos minutos para tranquilizarse, y posteriormente, después de hacerse un medio recogido, se levantó con unas prisas aceleradas, en busca de la piscina. Por desgracia, Tanjirou lo detuvo porque su piel necesitaba absorber la crema primero, si entraba al agua de inmediato se le desprendería. Y ahí estaba, sentado de piernas y brazos cruzados, con una mueca arrugada, labios fuera y párpados entrecerrados, observando con furia contenida cómo el resto de jóvenes desconocidos que había se divertían en el agua. Ajeno a ellos, Zenitsu intentaba borrar su memoria de lo que había escuchado salir de entre los brazos del chico de cabello largo antes. Esos jadeos... Maldijo su oído agudo. Si tan solo pudiera tener una audición normal. ¡Hasta Genya no se había enterado! ¡Fue el único que sufrió esos ruidos!

-Te odio. -murmuró, gruñón.

-Es la octava vez que lo dices y ni siquiera han pasado veinte segundos desde que te eché el protector... -Tanjirou suspiro, estando sentado a su lado.

-Te odio mucho. -y ahí fue la novena. Desenredó las piernas y las dobló, juntas, acercándose las rodillas para dejar sobre ellas su mentón mientras las abrazaba.

-Sé un poco más paciente, será solo un minuto.

-Tanjirou, ¿no ves que no puede ser paciente? -murmulló Zenitsu, girando la cabeza hacia ellos.

-¡¿Que no puedo?! -el rubio había apretado el botón correcto. Inosuke levantó la cabeza para observarlo con expresión rabiosa. -¡Soy muy paciente, más que cualquiera! ¡Esperaré horas si es necesario!

-A ver si es verdad. -el chico de bañador a triángulos se sentó y comenzó a rebuscar en su bolso.

-¡Por supuesto que lo es! -chilló.

-Inosuke, te está tomando el pelo. No te vas a quedar horas ahí sentado cuando solo tienes que esperar un minuto. -Genya lo delató, y como tal, la reacción del alemán fue desmesurada al saber que lo estaba tratando de tonto. Saltó por encima de Tanjirou, quien exclamó al verlo, y se echó encima de Zenitsu a horcajadas con claras intenciones de aplastarle la cara. Precisamente, lo estaba haciendo, manteniendo sus manos en las mejillas contrarias y presionando hacia dentro con una fuerza bestial, aunque su brazo derecho temblaba por estar más debilitado. Le estaba haciendo daño, en realidad. El rubio pedía ayuda a gritos, pero no se le entendía vocalizar. Se le escapaban las lágrimas por su drama interno que le decía que iba a morir con el cerebro hecho papilla por aquellas manos. Pataleaba como un loco, mas era incapaz de quitárselo de encima. Hasta que levantó las piernas de más y empujó la espalda del extranjero, quien perdió la estabilidad y casi se estrelló contra su cara si no hubiera sido porque había desviado el cuello a un lado. Eso pudo haberles roto la nariz a ambos. En aquel momento, dos jóvenes de la edad de Genya pasaron por delante y no pudieron evitar prestar atención.

-Hey, rubio. Si tu novia está cachonda llévala a un motel, no le quites aquí el sostén y te la folles. -dejaba claro con sus palabras burlonas y agresivas que también era un lugar público. Y era que, desde su posición, no veían más que la espalda pálida, descubierta, y aquel cabello brillante y azulado. Tanjirou frunció el ceño en profundidad mientras el más mayor se mantenía al margen, pero atento por si algo se salía de control y tenía que intervenir.

-Él no-... -el pelirrojo fue interrumpido por el grito enfurecido del muchacho de ojos esmeralda, quien había aprovechado la postura para agarrar una rama del suelo, darse la vuelta sin levantarse y propinar un latigazo en el muslo del desconocido. Este y su compañero salieron corriendo cuando notaron el error, pero sobretodo, por la actitud salvaje y violenta de aquel que casi se les abalanzó como un animal.

Rage WildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora