Emma y George se dirigían de vuelta al castillo tras el entrenamiento de aquella tarde. Al parecer, el resto del equipo tenía mucha prisa por cambiarse y volver y habían dejado a la pareja de amigos atrás en el vestuario.Emma refunfuñaba por el camino, quejándose de cómo Isabella no le dejaba ni un minuto de tranquilidad. Tras dos semanas del incidente con las grageas, Isabella había vuelto a atacar y le había requisado el Walkman de su baúl porque "incumplía con las normas del colegio". Percy Weasley, que era el Premio Anual, había decidido quitarle treinta puntos a Gryffindor por aquello, y ahora a Emma le caía un poquito peor uno de los Weasley.
De poco había servido que Cedric hablara con Isabella, al parecer, pues Emma estaba segura de que le había requisado el objeto solo por molestarla. Sin embargo, más allá de eso, no se había vuelto a interponer entre ellos, así que todo iba sobre ruedas cuando pasaba tiempo con él.
Cualquiera que fuera un poco ansioso y los viera actuar el uno con el otro terminaría sin uñas de tanto esperar, pues era evidente que la atracción era mutua y no hacían demasiado por resolverla. Cedric aprovechaba cada oportunidad que tenía para hacerle saber lo guapa que le parecía, y Emma inventaba excusas para hablarle por los pasillos o rozarle sin querer. Cuando no tenía mal colocado el cuello de la camisa, tenía una ramita en el cabello.
—¿Cómo va todo con Diggory? —preguntó George mientras cruzaban el prado en dirección al castillo.
Emma se sobresaltó al escuchar aquella pregunta. Ella y George jamás hablaban de sus parejas. Era como si hubiera metido un pie en un terreno prohibido para ellos.
No hagas de esto algo incómodo, Emma.
—Bien —contestó ella, sin saber con seguridad qué debía decir—. Es muy buen alumno.
—¿Pero lo de las clases va en serio? —dijo él con una sonrisa de lado, sin terminar de creérselo.
—Claro que va en serio —mintió. No iba en serio en absoluto—. Llevamos ya más de un mes viéndonos tres veces a la semana. ¿Qué íbamos a estar haciendo si no?
—Visitar la biblioteca, dar un paseo por el séptimo piso, colaros en las cocinas a merendar...
Emma frenó en seco y miró a George con la boca abierta. Él se encogió de hombros.
—¡Nos has seguido! —le acusó Emma, señalándole con el dedo.
El chico frenó también y se giró para mirar a su amiga. Parecía estar a punto de echarse a reír, pero era un gran experto en fingir que no pasaba nada.
—No te he seguido, es lo que se dice por ahí.
—No es cierto, es imposible que nos vieran cuando nos colamos en las cocinas. Como no se lo preguntaras a un elfo doméstico, no sé cómo podrías haberte enterado.
—Voy mucho a las cocinas a por comida, Em, parece mentira que no lo sepas —respondió él con suma tranquilidad. A Emma le ponía de los nervios cuando hacía eso—. Pero no lo decía por molestarte. Solo quería preguntarte cómo van las cosas con él.
Ella frunció el ceño. Aquella forma de hablar era muy rara en él, porque no había ni un solo atisbo de broma. Parecía genuinamente interesado por cómo le iban las cosas con Cedric.
—Tú y yo... Nosotros no hablamos nunca de eso.
El chico comenzó a andar de nuevo y miró hacia el castillo.
—Ya, ¿por qué no? Es raro —se metió las manos en los bolsillos—. Yo tengo novia y tú tienes... Un chico que te gusta. ¿Cuál es el problema? Somos amigos.
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I Didn't See You · George Weasley ·.
FanfictionElla lo ve todo. Él solo la ve a ella. Tras la trágica e inesperada muerte de su madre, Emma Blackwood deja atrás su vida en Estados Unidos y sus estudios en la escuela de magia americana Ilvermorny para trasladarse a Hogwarts. Allí, su vida dará un...