Emma jamás había visto un gigante o una acromántula, pero estaba decidida a que aquella fuera la última vez que los veía. Atacar desde el cielo era sumamente útil, porque eran mucho más rápidos en escoba que a pie, y podían adelantarse a los ataques porque los veían venir desde arriba, pero eso no lo hacía más fácil. No tenían experiencia en lanzar hechizos a objetivos que se movían a esa velocidad. No tenían experiencia en esquivar la muerte, que aparecía en sus direcciones de todos los colores y formas. Jamás tendrían que haber aprendido a esquivarla.
Bajo ellos el mundo estaba en llamas. Algunos de los muros de Hogwarts habían comenzado a destruirse, y las personas que había en tierra se lanzaban hechizos sin parar. Fuera de contexto habría podido parecer un maravilloso espectáculo de fuegos artificiales como los que hacían los gemelos, pero aquello no tenía nada que ver, porque a pesar de la distancia podían escuchar los gritos de dolor, especialmente aquellos que venían de los más jóvenes; alumnos del colegio que ni siquiera habían podido terminar sus estudios, enfrentándose a magos oscuros con un propósito horroroso. Emma nunca había visto ni oído nada peor.
Junto a ella, una de las Arpías fue derribada por una piedra que había lanzado un gigante, y su escoba se quedó suspendida en el aire, pero ella comenzó a caer al suelo. Emma iba a lanzarse a por ella, pero Oliver la agarró firmemente de la capucha y la mantuvo en su lugar.
—¡Está muerta, le ha dado en la cabeza! ¡Lo he visto! —la frenó—. No puedes hacer nada, Em, te necesitamos aquí con nosotros. ¡A tu derecha!
Emma esquivó otra piedra por los pelos, y el grito de Oliver hizo que toda la flota de escobas se dirigiera hacia aquel gigante en particular. Les costó sudor y sangre deshacerse de aquella criatura, pero cuando por fin se cayó al suelo y no se levantó, pudieron respirar con tranquilidad. Emma intentaba mantener la cabeza fría, pero escuchaba los sollozos de un par de sus compañeras, que podían ver desde el cielo el cuerpo de la Arpía caída. Emma intentó no mirarlo, porque sabía que era otra de las cazadoras y que había pasado horas y horas junto a ella entrenando. Si la veía muerta, jamás podría recordarla de otra forma.
Si me pongo a pensarlo, creo que me quedaré paralizada y no podré continuar.
Como no había más gigantes a la vista, decidieron acercarse un poco más para aturdir mortífagos desde arriba. Algunos eran ágiles, duchos en combate tras varios meses librando una guerra en las sombras, pero otros eran ya más ancianos y sus movimientos carecían de rapidez. Algunos de esos fueron derribados fácilmente, pero otros se defendían con destreza.
Emma reconoció la risa de Bellatrix a varios metros de distancia. ¿Cómo no hacerlo, si había acompañado sus pesadillas desde hacía meses?
Era consciente de las súplicas de sus compañeros, de cómo le gritaban para que no fuera a por ella, pero era demasiado tarde. Emma ya había enfilado su escoba en su dirección y, clavando las uñas en la madera del mango, se abalanzó hacia ella con el objetivo de aniquilarla y que dejara de reírse de una vez por todas. El primer hechizo le dio de lleno en el brazo izquierdo, provocándole una quemazón incontrolable.
Bellatrix parecía contrariada porque no comprendía de dónde había venido aquel hechizo, pero cuando levantó la cabeza y vio a Emma dirigiéndose hacia ella, una sonrisa macabra cruzó su rostro.
—¡Eso es! ¡Ven a por mí, niñata traidora!
Ni siquiera trató de utilizar otro hechizo que no fuera la Maldición letal contra la joven. Emma, sin embargo, llevada por la adrenalina, esquivaba cada hechizo como si fuera una bludger, contratacando con frenesí con el objetivo de aturdirla. Matarla sería demasiado benévolo; Emma quería que se pudriera por siempre en la celda más sucia de Azkaban. Que recordara los rostros de todos aquellos que había matado durante el resto de su vida. Además, Emma no se sentía capaz de matar a alguien de ese modo.
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I Didn't See You · George Weasley ·.
FanficElla lo ve todo. Él solo la ve a ella. Tras la trágica e inesperada muerte de su madre, Emma Blackwood deja atrás su vida en Estados Unidos y sus estudios en la escuela de magia americana Ilvermorny para trasladarse a Hogwarts. Allí, su vida dará un...