Capítulo 23 · Preguntas ·

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Durmió mucho mejor aquella noche después de decirle a George que prefería que fueran solo amigos, a pesar de lo consciente que era de que iba a ser muy difícil mantener la amistad como si nada tras lo ocurrido.

Tendrían que intentarlo.

Pensaba que había tomado la decisión correcta, que, había llegado a una encrucijada y aunque se había quedado dando demasiadas vueltas sobre su sitio, había escogido el camino correcto.

Cedric. Con él no me tengo que arriesgar. Con él no voy a ciegas.

Con él tenía mucho más en común y, aunque no sabía demasiado sobre relaciones, sabía que ese era el primer paso. Su mayor ejemplo de una pareja eran sus propios padres, y Amelia y Alfred Blackwood jamás discutían, jamás tenían un reproche para el otro. Con Cedric siempre era así.

Aquella tarde tenía una reunión con la profesora McGonagall. Era su tutoría de orientación vocacional, en la que la profesora intentaría asesorarla sobre cuáles asignaturas de nivel EXTASIS tendría que cursar el próximo año en función de la carrera profesional que quería seguir.

—Diría que te has adaptado bien al nuevo colegio —comenzó la profesora con una sonrisa confidente. Emma le tenía mucho respeto—. No he visto que te falten amigos, y desde luego eres muy querida en el equipo de Quidditch.

—Supongo que no me puedo quejar —respondió Emma, jugueteando con sus pulgares—. Todos me han acogido con los brazos abiertos.

—Bueno, he hablado con todos tus profesores, a pesar de contar con mi experiencia dándote clases, y todos concuerdan en que eres una estudiante brillante —continuó la profesora, revisando rápidamente sus notas—. Según ellos, serías válida para cualquier profesión que decidieras tras terminar en Hogwarts.

Emma no supo qué decir, así que solo sonrió con nerviosismo, como si no hubiera pasado muchas horas estudiando para asegurarse ese resultado. Casi como si se sintiera culpable de tener tan buenas notas, un sentimiento completamente injustificado.

—¿Tienes algo decidido? Me gustaría ayudarte en lo que pueda, Blackwood, creo que tienes mucho futuro.

—La verdad es que no lo tengo claro, profesora.

McGonagall le enseñó una gran variedad de folletos explicativos de distintas ramas de trabajo por las que podía optar al salir de Hogwarts. Emma las miró una a una con verdadero interés, pero en su cabeza sabía que solo había una profesión a la que le encantaría dedicarse.

—En mi opinión serías una excelente Aurora, o quizás una buena profesora, como tu padre. ¿Has pensado en alguna de esas opciones?

Ella sonrió con incomodidad. No se veía trabajando en la Oficina de Aurores, pensaba que ese oficio requería un compromiso demasiado fuerte, y ser profesora le parecía que también requería vocación. Y ella no la tenía.

—Me gusta ayudar a los demás, eso está claro... Pero para ser profesora necesitaría mucha paciencia, y no tengo de eso.

McGonagall asintió muy despacio, corroborando su suposición.

—¿Aurora, entonces?

Se encogió de hombros.

—No lo descarto. Me gusta porque supondría un reto nuevo cada día, sin embargo... No sé si me veo.

—Creo que ambas sabemos a lo que verdaderamente quieres dedicarte.

La profesora la miró con una sonrisa de lado.

—Quiero jugar a Quidditch profesionalmente —confesó. Ella tampoco pudo evitar sonreír.

—¿Sabes? Me acuerdo perfectamente de tu madre, Blackwood. Tuve esta misma conversación con ella.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora