Capítulo 54 · Esperanza ·

2K 224 441
                                    

Todas las mañanas dedicaba varios minutos a escuchar el corazón de George contra su oreja. Notaba cuándo se volvía a quedar dormido por la forma en la que comenzaba a ir más despacio. Notaba cuándo estaba excitado porque iba completamente desbocado y su pecho se hinchaba y deshinchaba rápidamente por la respiración acelerada.

Estaba apoyada sobre su torso con los ojos cerrados. George pasaba las yemas de sus dedos por el brazo y el costado de Emma, provocando que sintiera escalofríos cuando tocaba alguna zona concreta que al final terminaban siendo cosquillas. Emma se removía con una risita cuando era demasiado, por lo que George le hacía aún más cosquillas. Y así todas las mañanas desde que eran libres para despertarse juntos.

Era domingo, y aquel día tendrían que haberse ido a Hogwarts, pero ya habían terminado sus estudios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era domingo, y aquel día tendrían que haberse ido a Hogwarts, pero ya habían terminado sus estudios. En lugar de eso, se habían despertado juntos en el apartamento de los chicos y, tras lo que había terminado siendo una sesión de besos que se las había ido de las manos, estaban haciendo tiempo antes de ir a desayunar.

Fred se pasaba los días bromeando con lanzarse por la ventana para dejar de escucharles en plena acción, pero luego se vengaba trayendo a alguna que otra amiga al apartamento. La primera vez, Emma gritó por el susto cuando se encontró a una desconocida en la cocina. A la siguiente, le ofreció café.

—¡Hoy es mi último día con la hoja! —anunció Emma con entusiasmo.

—No la echaré de menos, quiero poder besarte bien sin ese olor a mandrágora. Es como estar en clase con la profesora Sprout otra vez —respondió George arrugando la nariz.

—¿Ah, sí? Si tanto te molesta besarme no lo hagas.

—Ya, como si tú quisieras dejar de hacerlo

Hacía tiempo que estar desnudos el uno frente al otro no les sacaba los colores. George se colocó sobre ella y depositó un suave beso sobre su cuello antes de pasar las manos por la silueta sin ropa de Emma. Colocó las manos tras sus piernas e hizo que las enroscara alrededor de su cadera. Emma se dejó escapar una risita y George se dio la vuelta con un impulso y ella acabó encima de él.

—¿Otra vez, George? —se burló ella, antes de besar su nariz—. ¿Es que no se te quitan nunca las ganas?

Siempre tenían esa broma entre los dos. Era una broma que, obviamente, no podían contarle a nadie si no querían incomodarlo, aunque George la tenía guardada para cuando necesitara meterse con Ron.

—¿De ti? Jamás.

—No llevas protección —le recordó ella—. ¿Acaso quieres que acabemos como Oliver y Maisie?

—Bueno, no por ahora, pero en unos años, cuando termine la guerra... No me importaría crear contigo unos niñitos pelirrojos con visiones—respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

Emma puso los ojos en blanco.

—Dime, ¿lo has visto? ¿Nos has visto en unos años?

Ella negó.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora