Capítulo 59 · Prometido ·

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Se miró al espejo pensando que no había tomado la mejor decisión al escoger aquel vestido para la boda. Era azul oscuro y llegaba hasta el suelo, lo cual no era demasiado cómodo para correr. Se atrevería a cortarlo con algún hechizo, pero no era demasiado diestra en ese tipo de magia en concreto, y a lo mejor, terminaba deshilachando toda la prenda o cambiándola por completo. Tendría que romperlo en el último momento.

Tampoco se había cortado el cabello a tiempo. Lo llevaba suelto, cayendo sobre su espalda, y ahora que comenzaba el verano se daba cuenta de que tendría que habérselo cortado a la altura de los hombros para llevarlo con mucha más comodidad. De nuevo, tendría que atárselo en el último momento.

Justo antes de echar a correr. Porque aquel era el día.

Hoy es el día en el que huyo.

George se había cambiado la venda alrededor de la oreja y la habían hechizado para que fuera a juego con su corbata. Cuando lo vio entrar en la habitación, con una taza de café en la mano, no pudo evitar sonreír antes de rodar los ojos.

—¿Eso que llevas en el oído es...?

—El cepillo de dientes, sí —dijo sacándoselo para enseñarlo. Hacía ese tipo de bromas con el agujero de su oreja, y Emma pensaba que debía ser muy doloroso, pero él nunca se quejaba—. ¿A que no sabes lo que acabo de ver? He pillado a Ginny y a Harry dándose un beso en la cocina.

Emma sonrió, negando de un lado para otro con la cabeza.

—Aún se quieren.

—Ya, siempre supe que acabarían juntos, no me hacía falta ver el futuro para saberlo —bromeó George, tomándola de la mano y dándole una vuelta para observar su vestido—. Qué guapa estás, Em.

—Mira quién fue a hablar —rebatió ella, arreglándole el remolino que se le formaba siempre en el pelo—. Desde luego, te sobraba una oreja, antes estabas guapo, pero ahora...

Él sonrió y le dio un beso en la frente para no quitarle el pintalabios.

—Lo sabía. Sabía que era esa maldita oreja.

Ella soltó una risita y se alejó un poco para observarlo bien de arriba abajo

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Ella soltó una risita y se alejó un poco para observarlo bien de arriba abajo. Estaba mayor. Era un adulto. Se habían convertido en adultos los dos juntos y ni siquiera habían tenido tiempo de hacer las cosas más normales, como salir al cine o tomar algo con sus amigos en un bar cualquiera. Desde que habían terminado de estudiar, sus vidas habían estado plenamente enfocadas a intentar evitar lo inevitable, y aquel día era la muestra de que no lo habían conseguido.

Solo de pensar en dejarlo atrás, a Emma se le cerraba la garganta por completo. Atrapó sus mejillas entre sus manos y se obligó a mirarlo detenidamente, prometiéndole mentalmente que volvería pronto junto a él.

—¿Vamos? —la voz le sonó ligeramente ahogada, así que rozó su nariz contra la de ella para evitar que él quisiera preguntar qué le ocurría.

—¿Vamos? —la voz le sonó ligeramente ahogada, así que rozó su nariz contra la de ella para evitar que él quisiera preguntar qué le ocurría

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I Didn't See You  · George Weasley ·.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora