Capítulo 51 · La Profecía ·

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Emma se apareció en tres ocasiones para poder desplazar a todo el grupo. De no haber tenido a una mayor de edad presente, habrían tenido que desplazarse de otro modo, lo cual seguramente les habría llevado bastantes horas.

Se metieron a presión en una cabina telefónica que había justo detrás de un edificio enorme y Harry marcó una combinación de números concreta. Unos segundos después, la cabina comenzó a descender y los llevó directamente al vestíbulo del Ministerio de Magia.

Emma nunca había estado en el Ministerio, así que realizó un rápido recorrido con la mirada por el lugar. Era una enorme construcción de paredes negras con decoraciones doradas, y tenía ese aire de importancia y seriedad que debían tener todos los lugares gubernamentales. No había absolutamente nadie allí debido a lo tarde que era, pero se imaginó que durante el día estaría lleno de funcionarios que correteaban de un lado para otro.

En mitad del vestíbulo, o según lo llamó Hermione, el Atrio, había una fuente enorme con esculturas representando un mago, una bruja, un centauro, un elfo doméstico y un duende. Emma alzó las cejas con ironía. No entendía muy bien el objetivo de esa escultura; si se suponía que tenía que representar las buenas relaciones entre todos, desde luego, estaban mintiendo. Hermione hizo una mueca de desagrado que le hizo saber a Emma que tenía la misma opinión.

Corrieron por el vestíbulo, sin cruzarse con absolutamente nadie, mientras Harry explicaba que tenían que buscar una sala llena de estanterías con objetos redondos

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Corrieron por el vestíbulo, sin cruzarse con absolutamente nadie, mientras Harry explicaba que tenían que buscar una sala llena de estanterías con objetos redondos.

—Tenemos que buscar el pasillo número noventa y siete —indicó, mirando a los demás rápidamente para asegurarse de que todos le escuchaban.

Emma había visto un lugar similar en una de sus visiones, y volvió a sentir ese presagio de que algo iría mal. A pesar de que Harry insistía en que Sirius se encontraría ahí, Emma tenía la sensación de que no sería así.

Ojalá tenga razón. Ojalá no esté.

Llegaron por fin a la entrada del Departamento de Misterios, que tenía una enorme puerta negra. Harry se quedó mirándola, indeciso, y Emma supo que era porque la había estado viendo en sus sueños desde hacía meses. Se acercó a él y le dio un apretón en la mano para darle ánimos. Harry sonrió muy ligeramente antes de volver a fruncir el ceño.

Al cruzar la puerta, encontraron una enorme sala circular llena de puertas negras idénticas, sin picaporte ni forma de distinguirlas. Antes de que pudieran decir cuál escoger, se escuchó un gran estruendo y la pared comenzó a rotar. Emma se aferró a Ginny, que estaba junto a ella, pero el suelo no se movió.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Ron con la voz temblorosa.

—Creo que ha sido para que no sepamos por qué puerta hemos entrado —susurró Ginny.

—¿Cómo vamos a salir?

—Eso ahora da igual, primero tenemos que encontrar a Sirius, y luego veremos cómo salir. En los sueños siempre entraba directamente... —Harry miraba a todas partes, sin dejar de pensar en planes para sacar a su padrino de allí—. Tendremos que ir probando, pero reconoceré la sala en cuanto la vea.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora