Emma habría jurado que George la había visto besarse con Cedric. Desde su posición, casi podía escuchar a George tragando saliva con una evidente incomodidad, observándola con las manos metidas en los bolsillos del pantalón y una ligera reticencia. Emma pensaba que George diría algo; que, tal vez, le dijera que eso de besarse con chicos en el salón de su casa cuando era su invitada no era lo más educado del mundo.
Sin embargo, no dio ningún indicio de haberlo visto más que la forma en que la miraba, como si se sintiera mal por haber interrumpido algo. Ni siquiera lo mencionó cuando por fin rompió el silencio.
—¿Como es que todavía sigues aquí?
—Me he quedado adormilada en el sofá —se excusó ella, caminando en su dirección. Pasar junto a él era la única forma de salir del salón—. Pero ya subía a dormir, no te preocupes.
—No, quédate conmigo un poco más —suplicó, tomándola de la muñeca.
Emma observó cómo su mano acariciaba su piel y luego le miró a los ojos. George apartó la mano lentamente, pero no su mirada, que estaba extrañamente seria. Ver a George con un gesto así en el rostro era tan raro para Emma como ver nevar en pleno agosto. No supo qué decir, así que se quedó en silencio, esperando a ver por qué querría que se quedara con él.
—He bajado a por un poco de chocolate caliente. ¿Quieres?
No había forma de que ella se negara a eso. No sabía si George era consciente de lo mucho que le gustaba el chocolate, pero poco le importó a Emma, que accedió y asintió rápidamente con una sonrisa de oreja a oreja.
La señora Weasley había dejado una olla con una enorme ración de chocolate humeante en su interior, así que George sacó dos tazas con motivos navideños y sirvió el líquido oscuro. Cuando se la entregó a Emma, sus dedos se rozaron. Emma llegó a pensar que hacía ese tipo de cosas a propósito, y lo cierto es que no tenía forma de comprobar si era verdaderamente así o si simplemente se había rozado con ella sin querer y ella le estaba buscando un significado oculto. Le daba la sensación de que George era consciente de cómo un simple roce podía despertar en Emma algo que juraba que llevaba semanas enterrando.
El chico cogió impulso y se sentó sobre la encimera de la cocina y ella lo imitó, colocándose junto a él y agarrando la taza con las dos manos. En parte, hacía aquello para calentárselas, aunque en realidad le temblaban ligeramente por los nervios de encontrarse a solas con él.
No seas tonta, Emma. ¿Por qué tienes que hacer de todo un drama?
Estabas con Cedric hace unos minutos y no estabas temblando así.
—Ha sido una cena genial. Tu familia ha sido muy amable por invitarnos. —Emma rompió el silencio de manera educada. Necesitaba decir algo antes de ponerse a gritar por los nervios.
—No ha sido nada —respondió él con una sonrisa sincera—. Podéis venir cuando queráis. Además, me da la sensación de que nuestros padres van a querer verse muy a menudo. Son tal para cual.
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I Didn't See You · George Weasley ·.
Fiksi PenggemarElla lo ve todo. Él solo la ve a ella. Tras la trágica e inesperada muerte de su madre, Emma Blackwood deja atrás su vida en Estados Unidos y sus estudios en la escuela de magia americana Ilvermorny para trasladarse a Hogwarts. Allí, su vida dará un...