Capítulo 57 · Incertidumbre ·

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Bill había resultado herido por Fenrir Greyback, el hombre lobo contra el que Emma había luchado al principio del enfrentamiento. La Orden se había reunido en la enfermería del colegio, y ahora velaban a Bill, que seguía inconsciente tras el ataque.

Emma, por su parte, tenía la pierna vendada, aunque no lamentaba ningún hueso fracturado. La herida de la frente de George ya no sangraba tanto gracias a Madame Pomfrey, así que, salvo algunas heridas superficiales como aquella, no tenían que lamentar muchas más perdidas.

He matado a alguien.

Emma seguía atribuyéndose el mérito —o la desgracia— de haber asesinado a su abuelo Augustus. No había sido su intención; no había lanzado ningún hechizo letal, pero había sido ella quien había provocado que el suelo se derrumbara bajo sus pies y quedara sepultado por los escombros.

—¿Emma?

Emma salió de su estupor y se dio cuenta de que todos la miraban con atención. Si le habían preguntado algo, no tenía ni idea de qué era. George se acercó a ella para darle un medio abrazo y susurrarle:

—Preguntan si sabes si Bill se pondrá bien y...

No sabía si tenía las fuerzas para indagar en el futuro, pero hizo de tripas corazón y se acercó a la camilla de Bill para tomar su mano. Se concentró tanto como pudo y obtuvo una difusa imagen del futuro.

—No se va a convertir —sentenció unos segundos después. Sabía que aquella incursión le iba a provocar un buen dolor de cabeza, pero al ver el alivio en los rostros de todos sintió que valía la pena—. Cambiarán algunos de sus hábitos, pero no se convertirá en hombre lobo.

Todos respiraron con tranquilidad. La señora Weasley y Fleur empezaron a discutir, pero la francesa terminó por sacar su verdadero carácter y le demostró a la señora Weasley que realmente quería a Bill y no iba a dejarlo por que ahora tuviera una cicatriz de un arañazo en la cara. Todos se quedaron en silencio después de aquello, así que Emma se llevó a su padre y a su hermana, que todavía llevaba el pijama porque estaba durmiendo durante la pelea, a un lugar a solas.

Sabía lo que iba a ocurrir a continuación. Casi lo había olvidado, pero la imagen de Bill tendido sobre la cama sirvió como recordatorio. Sacó la piedra que le había dado su madre hacía ya más de un año y les explicó lo que había visto en su visión.

La conversación con su padre y su hermana ocurrió del mismo modo que ella había visto en su visión. Les convenció de que su madre había preparado aquello y que, por ende, debía ser importante.

—Colocad la mano sobre la piedra.

Viajar en traslador era una sensación a la que uno nunca terminaba de acostumbrarse. Cuando se pasaba el mareo inicial y el desconcierto al verlo todo dando vueltas a su alrededor, debían prepararse física y mentalmente para conseguir aterrizar suavemente sobre el suelo sin lamentar ningún golpe. Por un segundo, Emma temió que todo aquello fuera una trampa. Ni siquiera se fiaba ya de su intención.

Sin embargo, el olor que notaron nada más aterrizar era de lo más familiar. Uno de esos aromas que puedes percibir pasados los años y te siguen trasladando en el tiempo hasta el lugar al que te recuerdan.

Solo que aquel no era ningún recuerdo. El olor se encontraba exactamente en el lugar en el que debía estar, puesto que, cuando abrieron los ojos, se encontraban en su casa en Greylock Hills. Emma había acudido allí hacía más de un año a buscar una pista sobre las reliquias y había encontrado el lugar todo desordenado y lleno de polvo, pero ahora todo estaba recogido y olía a comida recién hecha. Por un segundo, fue como si hubieran viajado en el tiempo.

I Didn't See You  · George Weasley ·.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora